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Dormir una siesta corta después de comer tiene grandes beneficios para el cerebro./ Imagen: Wildfox.
Sueño
Dormir media hora a mediodía no sólo te ayudará a estar más descansado, sino que también es básico para el buen funcionamiento del cerebro y mejorar sus capacidades.
Por Paka Díaz
31 DE AGOSTO DE 2023 / 10:00
Las siestas, en concreto, lo que se conoce como power naps, pueden generar mucho bienestar en nuestro organismo. Un nuevo estudio demuestra que este tipo de siestas hacen que el cerebro esté mejor y hasta más joven. Además, presentan un efecto beneficioso en la salud cognitiva y la memoria. También mejoran la fuerza, la potencia y la resistencia, con efecto inmediato.
Eso sí, hay que dormir la siesta adecuada. Es decir, no podemos excedernos en el tiempo, no más de 30 minutos. Si dormimos una siesta de horas, lograremos el efecto contrario. Te contamos por qué y cómo y cuándo dormir la siesta para lograr todos sus beneficios.
La power nap, o siesta energética, es un breve descanso de entre 20 y 30 minutos. Se suele recomendar dormirla a mediodía. Nunca demasiado tarde. Al contrario de un ciclo completo de sueño, que suele durar unos 90 minutos, se trata de un breve pero potente descanso para nuestro organismo. Al contrario que las siestas más largas, que producen somnolencia y aturdimiento, estas siestas cortas logran que despiertes descansado y preparado para seguir con tu jornada.
La respuesta corta es: sí, las siestas son necesarias. “Una buena siesta te alargará la vida”, apunta el doctor Albares en La ciencia del buen dormir (Península). En realidad, el médico explica que “una característica del sueño humano que se debe tener en cuenta y que, por desgracia, en la mayoría de los casos no es respetada es que nuestro patrón del sueño es bifásico. Consiste en un periodo principal de sueño nocturno y un breve periodo de sueño diurno en torno al mediodía. Lo que conocemos como siesta”.
Además, el doctor Albares aclara en su manual del sueño que, pese a lo que mucha gente cree, “ni la siesta es una tradición cultural mediterránea, ni dormir la siesta es de vagos”. Por el contrario, recalca que “la siesta es una necesidad fisiológica de nuestra especie que se ha perdido con los años, debido, en parte, al estilo de vida acelerado y sobrecargado que llevamos”.
A estas alturas, que una power nap es positiva está más que demostrado. “La siesta tiene importantes beneficios para nuestra salud, como mejorar las capacidades cognitivas y el estado de ánimo. También propiciar ajustes beneficiosos para nuestro sistema cardiovascular, como la regulación de la tensión arterial”, destaca el médico. No sólo eso, sino que no dormirla aumenta el riesgo de muerte cardiovascular entre un 37 y un 60 %.
Algunos estudios indican que, dormir entre 2o y 30 minutos mejora la productividad laboral de los trabajadores. “Estos beneficios de la siesta ya han llegado a los responsables de algunas empresas, que están buscando ingeniosas ideas para permitir que los trabajadores que lo deseen puedan echar un sueñecito tras la comida”, explica el médico. Y señala que «los espacios adaptados para la siesta deberían ser cada vez más frecuentes en los lugares de trabajo”.
Además, según un reciente estudio publicado en la revista dedicada al sueño Sleep Health, quienes duermen siestas regulares durante el día tienden a tener cerebros más grandes y saludables. En él se señala que dormir habitualmente una power nap puede estar relacionada positivamente con la salud cerebral.
En este estudio conjunto de investigadores de las universidades de Londres y de Uruguay, se examinó la relación entre las siestas diurnas regulares y el bienestar cognitivo. La conclusión es que existen numerosos beneficios para el cerebro al dormir siestas como hábito. Los escáneres cerebrales mostraron que quienes dormían siestas con regularidad tenían de media cerebros más grandes. Además, los científicos señalaron que estos eran de 2,6 a 6,5 años «más jóvenes» que los de quienes no dormían siesta.
Para dormir la siesta perfecta, la que te va a recargar de energía sin dañar tu sueño nocturno, el doctor Albares da una serie de recomendaciones en La ciencia del buen dormir. Estas son algunas de ellas.
Evita las siestas prolongadas. “Como máximo, que sean de 30 minutos. Te permitirá tener energía por la tarde y contrarrestar la tendencia al adelanto de fase”, sugiere el médico. Tampoco recomienda que sean de mayor duración en adolescentes. Mejor descansar por la noche para no alterar su ritmo circadiano.
Pon una alarma. Ya sea en el reloj o en el teléfono móvil, lo ideal es configuar tu alarma para que te despierta. Así tu siesta no durará más de 20 a 30 minutos. De este modo, no interferirá en tu correcto descanso nocturno.
Sólo a mediodía. Aunque a veces, si la jornada ha sido muy larga, sea tentador, mejor evitar dormir a partir de las 17 horas. La razón es que dormir demasiado tarde durante el día, puede dificultar que puedas conciliar el sueño por la noche.
Prepara el espacio donde dormir. Igual que ocurre con el sueño nocturno, para un buen sueño diurno también conviene crear un ambiente adecuado. Busca que sea un espacio tranquilo y que no te vayan a despertar en mitad de tu descanso. Coge una manta para que no te enfríes. Si la habitación donde estás dormido está a oscuras, tu sueño será más profundo y reparador. Si es necesario, usa un antifaz.
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