Así es como tu gato se comunica contigo: las claves para descifrar el lenguaje felino

Cuando tu gato se acomoda en tu regazo y empieza a ronronear, parece que el mundo es un lugar mejor, te sientes feliz. Otras veces, te mira fijamente cuando estás al teléfono con tu pareja y jurarías que entiende la conversación. En ocasiones, te acaricia restregando su cara en ti, otras te castiga con su indiferencia. En realidad, tu gato siempre está comunicándose contigo, expresando cómo se siente en ese momento. Pero solo lo puedes comprender si conoces el significado de sus gestos.

Claire Bessant estuvo durante 28 años al frente de iCatCare, una organización británica dedicada al cuidado de los gatos. Su labor fue tan impresionante que le ha concedido la Orden del Imperio Británico. Pero, aún más importante, aprendió a descifrar el lenguaje felino. Gracias a su labor en iCatCare, la pequeña organización benéfica se ha convertido en una de las principales voces en materia de bienestar felino en todo el mundo.

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Pero, para Bessant, lo más importante es que llegó a comprender bastante bien a estos fascinantes animales. Todo eso lo ha volcado en el best-seller Cómo hablar con tu gato, donde explica cómo comunicarse con ellos. También cómo mejora tu vida tener cerca a estos animales, tan populares y tan beneficiosos para los humanos, que incluso disminuyen el estrés. Y además, explica por qué nos hacen más felices, quizá por eso en Japón hay bares de gatos.

El lenguaje sonoro de los gatos

Nuestra fascinación por los felinos es tal que incluso tiene nombre, ailurofilia. Una palabra de origen griego que significa amor por los gatos. Para llegar a comprenderlos, hay que empezar por fijarse en su modo de comunicarse. En cuanto a sonidos, los principales que emiten son tres: el ronroneo, el maullido y el gruñido.

«El característico ronroneo les sirve para calmarse en situaciones de estrés o de dolor. Pero además, muestra su felicidad«, indica Bessant en su libro. Así que si tu gato ronronea en tu regazo es que se siente tranquilo y calmado.

Por otro lado, «pese a que los gatos no suelen maullar entre ellos, sí que lo hacen con los humanos. Suelen hacerlo para reclamar tu atención y su intención depende mucho del contexto. Si te fijas en ello, seguro que lograrás adivinar qué desea», apunta. Eso sí, si un gato gruñe o silba, hay que prestar atención ya que es una alerta de advertencia. El minino se está defendiendo de algo que no le gusta o que le da miedo.

El lenguaje gestual

Los gatos poseen también un sofisticado lenguaje corporal que resulta clave para comprenderles. Aunque no tienen una gran número de expresiones faciales, sí que usa su cuerpo para contarte cómo se sienten. Por ejemplo, Claire explica que «la cola es muy expresiva. Si está recta y rígida, es señal de estar confiado. Mientras que si la mueve deprisa de un lado a otro puede significar frustración o excitación, como cuando está jugando. Por el contrario, si la mantiene baja o entre las piernas, es señal de miedo o sumisión».

Las orejas de tu gato también te mandan señales. Cuando están hacia atrás, indican que está enfadado o asustado. Hacia delante, por el contrario, es una muestra de curiosidad e interés. Cuando está echado, también se expresa. Si muestra la barriga es porque se siente seguro. Pero si se hace bola puede deberse a cierta inseguridad o, también, que está buscando calor.

Lo que piensa tu gato de ti

Además de verte como su proveedor de comida y mimos, tu gato considera que eres suyo. Según un estudio de la Universidad de Oregón, publicado en la revista Behavioral Processes, pese a su fama de independientes, los gatos generan vínculos muy semejantes a los de los perros con su dueño. Se sienten cómodos y felices en tu presencia y, de hecho, la buscan si tienen miedo o están en una situación de estrés. Lo hacen porque te perciben como una figura protectora.

Otra cosa que conviene saber es que cuando te miran fijamente, y parpadea lentamente, te está dando lo que se conoce como beso de gato. Si le miras igual, abriendo y cerrando los ojos con lentitud y manteniéndole la mirada, le estarás devolviendo el cariño. Para tu minino esa es la señal máxima de apego y confianza.