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Violencia estética

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PSICOLOGÍA Y SALUD

Violencia estética: lo que pasa cuando el físico importa demasiado

Gastamos mucha energía, tiempo y dinero en nuestros cuerpos. ¿Dónde está el límite entre la salud y la obsesión?, ¿por qué seguimos emitiendo juicios de valor basados en el físico?

Por Mónica Heras

7 de febrero de 2022 / 08:01

Vivimos en un mundo en el que todo tiene nombre y si es susceptible de ir precedido por un hashtag, mucho mejor. Así, al hecho de ridiculizar a los demás por su físico, lo llamamos body shaming e hicimos cientos de campañas para combatir este tipo de acoso. ¿Lo logramos? Por supuesto que no.

Sin embargo, dimos lugar a otro movimiento. Este nos invita a amar nuestros cuerpos fueran cuales fueran y a sentirnos orgullosos, una oda a la diversidad corporal, vamos. A este le pusimos body positive, que dejó de serlo cuando nos sentimos presionados a aceptar todo de nosotros… pero, ¿qué pasa si no consigo que me guste mi nariz? Puestos a rizar el rizo, surgió el body neutrality, que deja a un lado el rollito guay, que tanto puede crispar, y nos invita a la aceptación, sin más.

Nombres aparte, vivimos sometidos por los famosos cánones de belleza, que nos han llevado a sufrir una violencia estética con la que tenemos que convivir diariamente. ¿Has escuchado este término antes?, ¿crees que has sido víctima de este tipo de agresión? ¿o puede que alguna vez hayas ejercido de verdugo? Hablemos de nuestros cuerpos y lo que remueven.

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¿Qué es la violencia estética?

La socióloga Esther Pineda, fue la primera en acuñar este término en 2012 en su libro «Bellas para morir: estereotipos de género y violencia estética contra la mujer». En él sostiene que la violencia estética se fundamenta en cuatro formas principales de discriminación:

  1. Sexismo
  2. Racismo
  3. Gerontofobia
  4. Gordofobia

La presión social está tan aceptada que incluso pasa por poner en riesgo la salud física y mental, a fin de conseguir ese prototipo estético. Aunque los hombres no están exentos de vivir este tipo de violencia, se ejerce especialmente hacia las mujeres, quienes desde bien pequeñas son presionadas para obligar a sus cuerpos a que encajen en los estándares.

La repercusión de la violencia estética

Una de las prácticas más habituales dentro de las redes sociales consiste en señalar las diferencias físicas de los demás y atacarlas ferozmente. Curiosamente, todo esto llega después de años del boom de los famosos retoques digitales, en donde actrices y modelos parecían ser seres celestiales sin rastro de imperfección. Aunque esto continúa dándose, sí que vemos una tendencia a desmitificar esas imágenes inalcanzables, aunque no siempre de buenas formas.

Esta presión, a la que los personajes públicos se han visto sometidos, ha dado lugar a que algunos hayan dicho basta. Ejemplos sobran, aunque uno de los más directos fue el vídeo ‘Not my responsibility’, de Billie Eilish, donde habla directamente sobre el body shaming a raíz de unas críticas acerca de su cuerpo.

En el vídeo se puede escuchar: «Algunos odian lo que llevo, algunos lo alaban. Algunos lo usan para meterse con otros, algunos lo usan para meterse conmigo…».

Campañas como estas son necesarias, especialmente si tomamos en cuenta datos de este informe de la UNESCO (2019) que revela que la apariencia física es la principal causa de acoso escolar, resaltando que la sufren con mayor presión las niñas y quienes no encajan en los mandatos de género, o no se ajustan a los estereotipos de masculinidad y feminidad.

Gordofobia, cuando el sobrepeso molesta

En los últimos años las personas con sobrepeso están siendo objeto de una discriminación. Hay una clara tendencia a deducir que no se preocupan por su salud, que no son felices, que no pueden ser capaces de tener una vida funcional y así una larga lista de suposiciones infundadas.

Resulta paradójico, porque frente a este acoso y derribo, la palabra «gorda», se ha convertido en un tabú. Se han creado mil y un términos para sustituirla: curvy, rellenita, tallas grandes. Esto ha provocado un efecto contrario que ha llevado a muchos a preguntarse, ¿qué hay de malo en decir ‘gordo’?

Esto ha dado lugar a una reivindicación del término y a cientos de influencers que se declaran orgullosos de sus kilos. Un ejemplo de ello es Mara Jiménez, mejor conocida como @croquetamente_, una artista que sin darse cuenta se ha convertido en todo un referente de amor propio.

«Croquetamente empezó siendo una plataforma en Redes Sociales en la que compartir, a modo diario personal, mi experiencia conviviendo con un Trastorno de la Conducta Alimentaria y una baja Autoestima que muchas veces condicionaron mi vida. Lo que nunca imaginé es que me permitiría conocer mi verdadero propósito de Vida: Ayudarte a encontrar el Amor que ya reside en ti. «

Otro que ha hablado abiertamente acerca de su sobrepeso y cómo esto le hace sentir, ha sido uno de los streamer con más seguidores en el mundo: Ibai Llanos, que sorprendió con un improvisado discurso durante uno de sus directos en Twitch: «No sé cuántos millones de seguidores tengo, no sé cuántas cosas he hecho en mi vida… Yo podría desaparecer mañana que mi vida ha sido mucho mejor de lo que me imaginaba, y a día de hoy tengo inseguridad con mi sobrepeso«.

Reflexionemos

Para poner el punto de polémica, echamos mano de las palabras de Aitor Sánchez, autor de ‘Mi dieta cojea’, durante uno de sus programas ZumoDeAraña, donde junto a Lucia Martínez, hizo algunas matizaciones interesantes con respecto a la obesidad. Estas son solo algunas de ellas, aunque aquí te dejamos el enlace para que lo escuches completo.

  • Informar sobre las consecuencias de la obesidad no es estigmatizar ni gordofobia, como mucha gente dice.
  • El body positive vehiculizado por marcas e influencers es en muchos casos un movimiento consumista que busca ampliar el target de mujer a la que se ofrecen sus servicios.
  • El sobrepeso y la obesidad no nos define. ¿Decir “acéptate a ti mismo” en un tema evitable y corregible es una estrategia adecuada? Debemos buscar el equilibrio entre aceptarse y tener mejor salud.

¿Qué piensas? ¿Dónde está el límite entre aceptar nuestro cuerpo y la salud? Puede que haya que empezar por aceptarnos, dejar de compararnos con esos famosos cánones estéticos y buscar incorporar hábitos saludables que se adapten a nosotros.

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