¿Cómo empezar a hacer tu compra responsable? 6 claves para cambiar el mundo

Parece que solo nos fijamos en las compras que hacemos cuando llegan épocas como Navidades, Black Friday o similar. Sin embargo, nuestra forma de consumo no siempre está alineada con el cuidado del medio ambiente. No nos damos cuenta y terminamos tirando de tarjeta sin ser realmente conscientes de que nuestras decisiones de compra tienen mucho que ver con el planeta.

Si en las fiestas te recomendábamos seguir estas pautas para unas compras más sostenibles, en el Día Mundial del Consumo Responsable celebrado el 15 de marzo, hoy os traemos las mejores formas de evitar las compras compulsivas y consumir de manera más responsable de la mano de Simplr, una plataforma que ayuda a encontrar cualquier tipo de servicio o producto que necesites.

1. Piensa en tus hábitos

Reflexiona sobre todo aquello que has comprado y que has usado poquísimo. Ve más allá y piensa en aquello que incluso no has llegado a estrenar. ¿Cuántas cosas compramos sin necesidad? ¿Cuántas veces te has comprado algo porque te entra por el ojo, sin pararte a pensar si realmente lo necesitas? Muchos de nuestros comportamientos nos llevan a convertirnos en compradores compulsivos, lo cual es diametralmente opuesto a hacer una compra responsable. Antes de compensar un mal día con un montón de caprichos, párate un momento y medita un poco.

2. Compra, alquila, suscríbete… ¿Cuál es mejor opción?

En los últimos años hemos visto proliferar multitud de formas de consumo: compra, alquiler, leasing, suscripción, renting… ¿Sabes lo que implican cada una de ellas y cuál es la que mejor se adapta a tus necesidades?

Hasta no hace mucho era impensable pagar por la música o por ver series. Sin embargo, Spotify y Netflix llegaron con un modelo de suscripción que nos cambió la cabeza y, cómo no, los hábitos. Seguramente cuando comenzaste a pagar por ello no eras consciente de las ilimitadas opciones de este tipo de servicio, no solo para tu bolsillo sino también para el medio ambiente.

Si un día quieres ir a dar una vuelta en bici, ¿por qué has de comprar una que luego tengas guardando polvo en un trastero? Quizás alquilar sea la mejor solución. Desde luego, resulta más rentable si la vas a usar de vez en cuando. Otra opción es la de suscribirte a algún servicio que las alquile y que puedas dar de baja cuando te venga bien. Lo mismo pasa con los coches, las motos… e incluso con los enseres familiares.

Nos cuentan desde Simplr, y nos llama mucho la atención, que puedes suscribirte a un servicio en el que te ofrecen todo lo necesario para la llegada de un bebé. En lugar de comprar, pides lo que necesita el peque y lo devuelves cuando ya no te sirva. Ideal para ahorrar espacio. Ya se sabe, los enanos crecen a pasos agigantados: primero el nido, después la cuna y luego una camita más grande… Con este tipo de prácticas evitas malgastar el dinero en cosas que vas a usar puntualmente. Además, ayudas a fomentar la economía circular porque el producto será usado por otra persona. No estamos acostumbrados, pero si te paras a pensarlo… No parece mala idea, ¿verdad?

3. Cambia la forma de desplazarte

Los desplazamientos en coche, además de ser de lo más contaminantes, suponen un gran desembolso. Sobre todo en el universo del vehículo nuevo. Por supuesto, la opción más sostenible es la del transporte público pero, si tuvieras que usar coche o moto en tus trayectos el pago por uso brinda más ventajas a las personas y al planeta. También hay renting de patinetes eléctricos, una de las mejores y más cómodas formas de moverte por la ciudad sin contaminar.

4. Apuesta por la sostenibilidad

Aunque la gran mayoría de las marcas se han unido al movimiento que premia la sostenibilidad, aún hay muchas que no están haciendo demasiado en este sentido. La información es poder. Saber qué empresas abogan por el medio ambiente y realizan acciones para disminuir su huella de carbono en el planeta siempre ayudará a tomar mejores decisiones. Apostar por productos de proximidad siempre será una buena elección. Investigar en los procesos de fabricación, así como en el origen de los productos nos hará ir más allá y, aunque te pueda parecer una minucia, ten por seguro que estarás aportando tu granito de arena al ecosistema. Por ejemplo, comprar ropa sostenible, siempre será mejor que acudir al fast fashion.

5. Únete al minimalismo y sé consciente de lo que consumes

Lo de que «menos es más» no es solo una frase. Al menos para quienes siguen un estilo de vida minimalista. Tener solo las cosas que necesitas, sin duda, te hará más feliz. Llenar tu vida de cosas para ocupar un vacío emocional (incluso existencial) no funciona. El decluttering nos guía en este sentido, dándonos pautas para tener orden en nuestras casas y nuestras mentes. Sirve para todo y te hará mucho más responsable en tus compras.

6. Comparte tus conductas más responsables

No sólo de food porn y lugares paradisíacos vive Instagram. Está perfecto poder soñar, pero si, además, pudiéramos darle a nuestras cuentas un toque de realismo y empatía, nos iría mucho mejor. La mayor parte del tiempo mostramos aquello que nos da más likes, sin darnos cuenta de que prestar algo de atención a ciertos comportamientos sostenibles podría suponer un verdadero cambio. Si inspiramos a los demás, más allá de nuestras vacaciones y restaurantes preferidos, podríamos concienciar a muchas mentes. Si viralizamos contenidos sobre la mejora de la economía circular, el medioambiente, el cambio climático, el slow food, etc. seguro que todos nos lo pensaríamos un poco más a la hora de hacer ciertas elecciones.