Este destino wellness te ayudará a renovar cuerpo y mente en Ibiza

Dicen que Es Vedrà es uno de los puntos más magnéticos de la Tierra, que las brújulas se desorientan al aproximarse a su silueta e incluso que allí habitan las sirenas. A este islote balear le rodean las leyendas, a la que podríamos añadir una más: la de que todo aquel que quiera alcanzar el bienestar debe dirigir su vista hacia allí. Y hay un punto perfecto para hacerlo: el spa Pure Seven, ubicado dentro del resort 7 Pines de Ibiza.

Este complejo hotelero del oeste de la isla cuenta con los ingredientes más comunes del ocio ibicenco, como sesiones de DJ para contemplar el amanecer o cócteles que se degustan en bikini sin necesidad de salir de la piscina.

Pero poco a poco el resort se va orientando, además, a satisfacer las demandas de quienes buscan una escapada puramente centrada en el wellness.

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“Aspiramos a crear experiencias distintas”, nos cuenta Cristina Grau, una de las monitoras, mientras la acompañamos a una cueva natural en la que ella misma dirige una sesión que combina las posturas de equilibrio con ejercicios de fitness, baile y técnicas de respiración, todo ello aderezado con una banda sonora que incluye desde el eco de un cuenco tibetano hasta los acordes de una música africana. A este mix lo denominan Fit Cave Experience.

Rituales ibicencos

Porque Pure Seven tiene esa característica diferencial, la de llevar el spa fuera del spa, y por eso los huéspedes pueden disfrutar, por poner otro ejemplo, de un paseo matutino hasta Cala Escondida en compañía de los instructores del hotel, a unas horas en las que el pequeño arenal aún no ha sido invadido por las hordas de turistas.

Incluso las actividades de bienestar que se realizan dentro del resort tienen en cuenta el entorno, de manera que uno de los platos fuertes de su menú de tratamientos son los rituales ibicencos. En ellos se puede elegir entre tres opciones de aromas que son seña de identidad de la isla: la almendra, la mandarina y el higo. La fragancia elegida es la que bañará los aceites de la marca Campos de Ibiza que se utilicen durante el masaje corporal que, según el protocolo, también incluye reflexología podal o estimulación de puntos de presión faciales.

Al final del masaje, al huésped le espera un menú (a base de sushi, brioche de atún, ensalada de tomates…) en la terraza Pershing Yacht, con vistas, cómo no, a Es Vedrà.

Por cierto, que la alianza con Campos de Ibiza incluye también la posibilidad de participar en un taller de fragancias, en el que se juega a ejercer el oficio de perfumista.

Este complejo hotelero de 185 habitaciones concebidas a modo de villas en construcciones encaladas también cuenta con gimnasio. Los ventanales de esta instalación (en la que destaca una sorprendente máquina para practicar aeroyoga) apuntan igualmente a Es Vedrà.

Sólo la zona de aguas, con sauna, pediluvio y baño turco, dan la espalda al peñasco, aunque tarde o temprano el huésped volverá a mirar hacia allí. Recordemos que el islote ejerce un poder magnético que va más allá de la pura leyenda.