La sauna es la clave de la felicidad y el bienestar de los finlandeses: atrévete a probarla

Desde hace cinco años, Finlandia encabeza el ranking en el  Informe Mundial sobre la Felicidad, una encuesta anual patrocinada por las Naciones Unidas que se lleva a cabo en 150 países. Resulta que los finlandeses, además de dar sopa con onda en el ámbito educativo, también son los más felices. Desde mi visión mediterránea, me pregunto el motivo de por qué las gentes de un lugar tan gélido, con noches casi perpetuas en invierno, tienen este sentido de la felicidad. Y la respuesta podría estar en algo tan entroncado en su cultura como la sauna.

Un viejo dicho del país dice: «Construye la sauna, luego la casa». Y así se explica que, para una población de 5,5 millones de habitantes, haya casi tres millones de saunas. No se trata sólo de entrar en calor y sudar, sino de una suerte de limpieza de cuerpo y alma. Y, en el transcurso esa limpieza ritual que suelen llevar a cabo dos o tres veces a la semana, aparecen unas viejas amigas, las endorfinas, que proporcionan esa sensación de felicidad.

Qué ocurre cuando te metes en una sauna

Así lo explica el doctor Mark Timmerman, especialista en medicina del deporte. Él no es finlandés, pero tiene una sauna en su casa y se sumerge en ella al menos tres veces por semana: “Una de las reacciones más comunes al tomar una sauna es que parece hacer que la gente se sienta mejor. Y resulta que hay algunas razones científicas mensurables detrás de esto”, ha señalado en la North American Sauna Society.

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Según señala, “la exposición a la sauna provoca una liberación significativa de dopamina, un neurotransmisor, y betaendorfina, una hormona neuropeptídica. Estas sustancias provocan una sensación de euforia, así como un mejor estado de ánimo, energía, sensación de calma y tolerancia al dolor”.

Aclara que el término «endorfina» es una combinación de las palabras «ENDógena» -que ocurre naturalmente en el cuerpo- y «moRPHINe», un compuesto para aliviar el dolor.

Y no parece que sean pocas las endorfinas liberadas durante un baño en la sauna, continúa Timmerman, que segura que «el nivel puede ser tres veces mayor que el normal, similar a una carrera de entrenamiento de media distancia. Esta euforia del corredor que se produce puede ser algo adictiva y afectar a los usuarios habituales de la sauna de la misma manera que afecta a quienes hacen ejercicio habitualmente”.

Los beneficios del calor para la salud mental

No son sólo las endorfinas las responsables de una mejora en el estado de ánimo. Un estudio publicado en JAMA Psychiatry ha analizado la relación entre la hipertermia y la depresión. La idea de hipertermia implica calentar gradualmente el cuerpo y después dejarlo enfriar. Así se hace al practicar Bikram Yoga, al darse un baño muy caliente o al utilizar la sauna. En esta investigación, el profesor Charles Raison mostró que este tipo de calentamiento podría producir en pacientes con depresión severa “un efecto andidepresivo significativo”.

Asimismo, se ha estudiado cómo la sauna supone un pico de estrés que puede estimular y beneficiar el tejido cerebral, lo que le puede ayudar a lidiar con trastornos como la depresión.

Otros beneficios

Según el doctor Timmerman, “el sueño también mejora después de una sauna, y algunas investigaciones muestran un sueño más prolongado en la etapa cuatro, que proporciona un sueño más profundo y reparador y una actividad onírica más saludable. El sueño afecta a tantos otros aspectos de la salud, incluido el estado de ánimo, la función inmune y la capacidad para manejar el estrés, que esto por sí solo parecería sugerir un beneficio significativo para la salud derivado del uso regular de la sauna”.

Y hay más razones que contribuyen a la percepción de que la sauna mejora el estado de ánimo y contribuye a la sensación de felicidad:

• Relajación muscular y reducción del estrés. La sauna puede ayudar a relajar los músculos y aliviar la tensión física. Este alivio del estrés físico a menudo se asocia con una sensación de relajación general, lo que puede contribuir a un estado de ánimo más positivo.
• Estimulación de la circulación sanguínea. La sauna puede aumentar la circulación sanguínea, lo que puede tener efectos positivos en la oxigenación de los tejidos y la eliminación de toxinas. Un mejor flujo sanguíneo puede contribuir a una sensación de vitalidad y bienestar.
• Promoción de la socialización. Muchas saunas se utilizan en contextos sociales, como clubes de salud o spas, lo que brinda oportunidades para la socialización y el disfrute compartido. Las interacciones sociales positivas tienen un impacto significativo en el estado de ánimo y la felicidad. Como señala Timmerman, “La conexión social, compartir con amigos y sentirse parte de una comunidad, así como la naturaleza personal de la conversación que se fomenta en la sauna, juegan un papel en la validez cultural de la sudoración grupal que ha existido en tantas culturas a lo largo del tiempo”.
• Descanso y desconexión. La sauna proporciona un entorno tranquilo y alejado de las distracciones diarias, lo que permite a las personas relajarse y desconectar. El tiempo dedicado a cuidar de uno mismo puede tener un impacto positivo en la salud mental y el bienestar emocional.