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Clase de yoga

Todos los estilos de yoga buscan acallar las fluctuaciones de la mente.

CUERPO

Cómo elegir el tipo de yoga que mejor te funciona, según tu edad y tu estilo de vida

Con esta mini guía conocerás las diferentes ramas del yoga y podrás elegir el estilo que mejor se adapta a ti.

Por Eva Carnero

02 DE JULIO DE 2025 / 14:00

A estas alturas, decir que practicar yoga es bueno para la salud física y mental no es decir nada nuevo, al menos para la mayoría de la gente. De hecho, ya sea por experiencia propia, o porque tienes una amiga o una compañera de trabajo que va dos veces por semana a clases, es muy probable que conozcas las bondades de esta disciplina milenaria de origen hindú que arrasa hace décadas en suelo occidental.

Los que lo practican (yoguis) aseguran que ya desde las primeras semanas se puede ver cómo la flexibilidad, la fuerza, el equilibrio y la coordinación aumentan. También afirman que su capacidad de concentración mejora, e incluso, hay estudios que sugieren que el yoga ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y ayuda a combatir el insomnio y trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad.

Mismo objetivo por distintos caminos

Para ser uno de esos afortunados que se aprovechan de semejante lista de beneficios, solo es necesario practicar yoga de forma regular. Ahora bien, el yoga no es una práctica única ni uniforme: existen numerosos estilos, cada uno con sus particularidades, ritmos y enfoques.

Unos buscan sobre todo la paz mental, otros la fuerza física, y algunos más se centran en el despertar energético o el trabajo postural. Elegir el tipo de yoga adecuado puede marcar la diferencia entre una experiencia enriquecedora y una clase frustrante.

Estos son los cinco estilos de yoga junto con sus características específicas que probablemente puedas encontrar en cualquier centro. La idea es que los conozcas y puedes elegir (si quieres) el que mejor se adapta a tus objetivos. Recuerda que otra opción es combinar los diferentes estilos escogiendo en cada momento el que más se acerca a tus preferencias.

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1. Hatha Yoga: ideal para empezar desde cero

Es el más conocido y practicado en occidente, probablemente, porque «se adapta al nivel de cualquier persona gracias a que ofrece secuencias, variantes y modificaciones de cada postura (asana). Así, todo el que lo practica puede obtener sus beneficios: alcanzar la paz mental, la energía serena, la intuición, un cuerpo fuerte y radiante y la liberación», detalla la profesora de yoga Eva Roca.

Ahora bien, en la práctica, ¿qué te vas a encontrar en una clase de hatha yoga? Aunque no todas las clases son iguales, sí se puede decir que todas incluirán una combinación de posturas físicas (asanas), técnicas de respiración (pranayama) y breves meditaciones. Se practica a un ritmo pausado, con tiempo para entrar y salir de cada postura de forma consciente.

Es perfecto para principiantes, personas mayores, personas en rehabilitación o con baja condición física, o para aquellas que buscan bajar pulsaciones en su día a día.

Por el contrario, si prefieres una práctica intensa, dinámica o centrada en el esfuerzo físico, el hatha yoga no es tu estilo.

2. Vinyasa Yoga: energía y fluidez

«Para iniciarte en el yoga, es importante, empezar con un hatha puro, más clásico, para poder explorar bien cada postura, los bandhas (cierres energéticos) y la respiración y, cuando eso ya está bien integrado, podremos pasar a un flow más dinámico», aconseja la profesora.

El Vinyasa ofrece esa fluidez a la que hace referencia Eva Roca, ya que este estilo se basa en secuencias de posturas encadenadas una tras otra al ritmo de la respiración. Es un yoga dinámico, creativo y variable.

Las clases de este tipo de yoga suelen ser muy distintas unas de otras, ya que no siguen una secuencia fija como otros estilos. Dado que el movimiento y la fluidez son el distintivo de este estilo, se puede decir que es el más adecuado para personas que buscan un entrenamiento completo y disfrutan del dinamismo, mientras que no es el más recomendado si tienes una lesión articular, o buscas una práctica más espiritual.

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3. Ashtanga Yoga: disciplina y fuerza

Si eres una persona constante, disciplinada y comprometida con todo lo que haces, es posible que el Ashtanga Yoga sea tu estilo.

El Ashtanga, creado por Pattabhi Jois, es exigente y metódico. Sigue una secuencia fija de posturas que se repite en cada práctica, lo que permite medir progresos con claridad. Además, la respiración ujjayi, el uso de cierres energéticos (bandhas) y la mirada enfocada (drishti) tienen un especial protagonismo en este método.

En las clases de Ashtanga encontrarás personas con buena forma física, amantes de la rutina estructurada y deportistas. Recuerda que este estilo requiere una base previa para poder practicarlo correctamente y con seguridad. Por tanto, si no cuentas con unos conocimientos mínimos, será mejor que optes por el Hatha Yoga. Tampoco será tu opción si lo que buscas es una práctica más libre o meditativa.

4. Iyengar Yoga: precisión y adaptabilidad

Este estilo es el que tiene un enfoque más terapéutico. Fue desarrollado por B.K.S. Iyengar, y se centra en la alineación y la técnica. En las sesiones de Iyengar se emplean numerosos apoyos como bloques, cintas, mantas o sillas.

Además, uno de los rasgos distintivos de este estilo es que las posturas se mantienen durante más tiempo y se ajustan con precisión. Es ideal para quienes tienen lesiones, poca flexibilidad o poseen un claro interés por el aspecto anatómico del yoga.

Si te gustó la idea de la fluidez del Vinyasa Yoga, no te gustará tanto el Iyengar. Tampoco será tu mejor elección si buscas una sesión más espiritual. Si es así, lo que mejor encajará contigo es el Kundalini Yoga.

5. Kundalini Yoga: despertar interior

Este es el estilo más energético. De hecho, su nombre así lo indica, ya que la palabra kundalini significa energía vital. Sus posturas trabajan sobre todo esta energía que reside en la columna vertebral.

Una clase de kundalini combina posturas físicas y respiraciones intensas, con cantos de mantras, mudras (gestos con las manos) y meditaciones. En este sentido, se parece bastante al Hatha yoga, pero el kundalini busca la conexión espiritual con más determinación.

Puede incluir ejercicios físicos exigentes, como los otros tres estilos, pero su enfoque es claramente más energético y emocional, por lo que, si buscas una práctica más convencional, lo más probable es que no te sientas cómodo con los cantos de los mantras o las respiraciones intensas.

Sea cual sea tu elección de estilo, recuerda que el yoga no es una meta, sino un camino. Escucha tu cuerpo, respeta tus límites y permite que la práctica te transforme poco a poco, desde dentro hacia afuera.

El ambiente y el profesor, también importan (mucho)

Además del estilo de yoga, otros aspectos como el espacio donde vas a practicar yoga, o el profesor que te guiará en la práctica, pueden ser igual de importantes. De hecho, para Eva Roca el profesor «es lo más importante».

Además, hace especial hincapié en la importancia del ambiente: «Todo lo que envuelve la práctica debe estar alineado con la filosofía del yoga. El ambiente debe aportar serenidad y silencio, los colores deben ser suaves, el espacio ha de ser luminoso, ventilado, saludable, y los materiales ecológicos».

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