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Tostadas de crema de cacahuete con plátano/ imagen de Pexels.
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No sólo he comprobado que no engorda, sino que desde que como un plátano a diario he dejado de picar entre horas, tengo más energía e incluso duermo mejor.
21 de abril de 2023 / 14:18
Hasta hace sólo unos meses estaba convencida de que el plátano engordaba, pero desde que descubrí su verdadero aporte calórico y todos los beneficios que tiene para la salud, no he dejado de comerlo. De hecho, he probado a comerme un plátano cada día durante un mes y el resultado ha sido más que sorprendente. Y no, no engorda, simplemente me sacia más. Así, ya no pico entre horas, ha mejorado mi tránsito intestinal e incluso me noto con más energía y ha mejorado mi estado de ánimo. Y por si todo esto fuera poco, se ha convertido en mi fruta preferida gracias a que no necesito pelarlo con un cuchillo y puedo llevarlo sin problema al trabajo y, en general, a todas partes.
A pesar de que siempre había pensado que el plátano engordaba, he podido comprobar con mis propios ojos que esto es sólo un mito. De hecho, según una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, los plátanos son los mejores aliados en las dietas de adelgazamiento. Y te preguntarás, ¿por qué?
El Plátano de Canarias contiene un alto contenido en pectina, asegura ASPROCAN, la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias, una fibra soluble que aumenta la producción de mucina en las paredes intestinales, que, en definitiva, contribuye a aumentar la sensación de saciedad.
Además, el plátano tiene un efecto saciante por lo que evita que comamos más y sustituye alimentos que cuentan con un gran número de calorías y un bajo nivel de saciedad. Y, por último, su facilidad de consumo y portabilidad lo convierte en un elemento clave en una dieta en la que el objetivo sea eliminar los alimentos altamente calóricos entre horas.
Desde que como un plátano a diario he notado un gran cambio a mejor en mi digestión. Suelo comerlo a media mañana y, además de un buen tránsito intestinal, he notado que me aporta mucha energía en mi larga jornada. Esto se debe a que es una gran fuente de fibra y tiene un alto valor en vitaminas, en especial las del grupo B como la vitamina B6 que, como bien asegura el equipo de ASPROCAN, influye muy positivamente en el funcionamiento metabólico del organismo.
Además, al presentar un amplio contenido de minerales saludables, el plátano también aporta grandes beneficios en el funcionamiento del sistema nervioso, el control de la presión arterial, y la dinámica del sistema musculoesquelético. Otra de sus grandes aportaciones al organismo es su capacidad para combatir la retención de líquidos, y esto lo he notado principalmente en mis piernas y en la zona del abdomen, ahora me noto mucho más ligera y me siento mejor conmigo misma.
Pero uno de los beneficios que más me ha sorprendido del plátano es que, desde que lo como, duermo mucho mejor y me levanto cada mañana mucho más descansada. Esto es porque su gran fuente de potasio ayuda a las células a crear conexiones electrónicas por toda la membrana celular y, según asegura ASPROCAN, «el buen funcionamiento de este sistema favorece la relajación de los músculos, que a su vez fomenta el descanso y la tensión propia del insomnio».
Aunque la composición nutricional del plátano está influida por su grado de maduración (cuanto más avanza, el almidón se va transformando en azúcares), su contenido en vitaminas y minerales se mantiene intacto. Como bien explica el equipo de ASPROCAN, entre las propiedades del plátano podemos encontrar un alto valor en vitaminas del grupo B y minerales como el fósforo, manganeso, hierro, zinc, calcio o el potasio.
Debido a sus múltiples propiedades, el plátano tiene la cualidad de actuar en beneficio incluso de personas que padecen diabetes o dislipemias, puesto que ralentiza la absorción de algunos nutrientes. Asimismo, también favorece la reducción de riesgo de cáncer de colon, ya que ciertas bacterias del intestino que tienen una función de protección requieren de estos nutrientes.
Para exprimir al máximo todos los beneficios que tiene el plátano, la buena elección del mismo es fundamental. Y, evidentemente, lo primero es saber reconocer que sea plátano y no banana. Ambos son tan parecidos que, al principio, no solía fijarme en cuál era cada uno. Según ASPROCAN, «Las diferencias entre ambas frutas no son sólo estéticas, sino también compositivas y nutricionales».
La principal diferencia visible que he notado entre ambos es su forma y su tamaño. El plátano es curvo y la banana es más recta, por otro lado, el primero es un poco más pequeño, su grosor es menor que el de la banana y su color es más amarillo y tiene unas características manchitas negras.
Pero, a nivel compositivo se pueden observar ciertas diferencias. ASPROCAN explica que el plátano (por su mayor contenido en azúcares sencillos) es más dulce que la banana y presenta una textura más suave. En cambio, la banana, por su mayor contenido en almidones es menos dulce y su textura es más harinosa.
El motivo de esta distinción está, según diversos estudios científicos, en el clima subtropical y suave del archipiélago canario, que le permite al plátano alcanzar poco a poco el grado de madurez. Lograr este estado de un modo progresivo (6 meses de maduración frente a los 3 de la banana) tiene como consecuencia una mayor permanencia del plátano en la planta, que lleva a la fruta a convertir el almidón en azúcares naturalmente presentes, lo que explica que el plátano sea más sabroso, dulce y fácil de digerir.
El color del plátano también es importante y no sólo porque nos indica si está maduro o no. He aprendido a reconocer si está listo para comer gracias a su color. Y, dependiendo de su estado de maduración, tendrá más o menos azúcares, y por tanto un sabor más dulce.
Debido a este grado de maduración y su influencia en el sabor, existe un amplio abanico de posibilidades en cuanto a recetas saludables con el plátano como ingrediente estrella. Por ejemplo, con el plátano verde (en su grado menos dulce) puedo preparar comidas como tortilla de plátano o buñuelos. Pero cuando me apetece algo más dulce compro el plátano en su punto o espero a que madure, para conseguir un sabor mucho más suave y hacer postres para chuparse los dedos.
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