
El agua proteica te ayuda a hidratarte y llenarte de proteína de forma rápida y muy cómoda. FOTO: Freepik.
Ejercicio
Qué es el agua proteica y por qué no es la mejor opción para recuperarte después de entrenar
Te ayuda a mantenerte adecuadamente hidratado y a lograr el aporte de proteína necesario para fortalecer tus músculos. Unos requerimientos que, en realidad, puedes cubrir a través de la dieta.
Por Marcos López
29 DE MAYO DE 2025 / 07:30
Hay que hidratarse. Reponer el agua que compone hasta el 60% del cuerpo y cuya pérdida se acelera cuando aprieta calor. Más aún cuando realizas tus ejercicios que tanto bien le hacen a tu salud y acabas embadurnado en sudor. Una situación esta última en la que, como ocurre con el líquido elemento, también es (muy) recomendable aumentar la ingesta de proteína, tal y como apunta el estudio de la International Society of Sports Nutrition (ISSN). Lo que algunas voces dicen que puedes conseguir rápida y cómodamente gracias al agua proteica… Te contamos qué hay de verdad.
Natalia Migdalova, especialista en Nutrición Clínica y Deportiva y fundadora de Migdal Nutrición, explica que «sobre el papel, el agua proteica parece una buena idea: te hidrata y, además, aporta proteínas, lo que es muy importante si haces ejercicio. Sin embargo, cuando la analizamos desde el punto de vista nutricional, las ventajas reales se diluyen, pues si bien suele aportar una cantidad moderada de proteína, entre 10 y 20 gramos por botella, lo hace a un precio muy elevado». En varios sentidos.


Por un lado, muchas versiones contienen saborizantes, edulcorantes y otros añadidos que no solo no aportan valor nutricional sino que tampoco son recomendables. Por otro, aunque reconoce que podría ser un producto cómodo, presenta una relación calidad-precio muy baja. «Hay formas mucho más completas y asequibles de obtener proteínas e hidratarse al mismo tiempo».
La dieta debe ser suficiente
La proteína es clave para la recuperación muscular y el desarrollo de masa magra tras el ejercicio. Así que la ciencia recomienda aumentar la ingesta tras el ejercicio. Lo que en ningún caso significa que haya que recurrir a productos procesados para obtenerla. Por el contrario, Migdalova recuerda que «si la alimentación diaria está bien planteada, es perfectamente posible cubrir estas necesidades incluso en personas activas, con alimentos reales como los huevos, las legumbres, las carnes magras, el pescado o los lácteos. La clave está en repartir adecuadamente las fuentes proteicas a lo largo del día y adaptarlas al tipo de actividad física, sin caer en la trampa de que más proteína o que la proteína en formato bebida es siempre mejor».
Hay alternativas mejores que el agua proteica
Que el agua proteica contenga menos calorías, presente una textura más ligera y sea fácil, cómoda y rápida de ingerir, no la convierte en la mejor. Como refiere la experta, «los batidos y la proteína en polvo, por ejemplo, permiten elegir entre diferentes tipos de proteína –suero, caseína, vegetal…–, así como ajustar la dosis y su combinación con otros alimentos».
El agua proteica disponible hoy tiene un perfil nutricional más limitado y un coste más elevado por cada gramo de proteína. La sentencia de la experta: «aunque sea una opción que puede parecer práctica, nutricionalmente aporta poco y sale bastante cara».
Cuándo tomar complementos de proteína
Hay que mantenerse adecuadamente hidratado y proporcionar al cuerpo la cantidad de proteína que necesita para funcionar adecuadamente. Pero también es importante no pasarse, pues el exceso tanto de agua como de este macronutriente acaba teniendo efectos negativos para el organismo.
Sin embargo, hay situaciones en las que tomar complementos de proteína puede resultar muy útil. Entre otras, «en personas con requerimientos muy elevados o que presente alguna patología que limite la ingesta o la absorción de alimentos. También en momentos concretos en los que, como ocurre en los viajes, los horarios muy ajustados o los contextos en los que preparar una comida completa no resulta posible, un suplemento puede ser una solución puntual».
Los suplementos, incluida el agua proteica, deben suponer la excepción, no la norma. Pues como concluye la experta, «conviene recordar que son eso: suplementos, no sustitutos de una alimentación real y equilibrada».
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