
La alimentación y ciertos hábitos pueden potenciar su liberación de manera natural de esta hormona. FOTO: Freepik.
CUERPO
Esta hormona te puede ayudar a reducir el azúcar y a sentirte saciado más tiempo
La hormona GLP-1, además, reduce los antojos y mejora el metabolismo. Una nutricionista explica cómo activarla.
Por Paka Díaz
01 DE JULIO DE 2025 / 07:30
Seguro que te ha pasado alguna vez, que comes y en apenas un rato después ya sientes hambre. La sensación es como de un vacío constante. Y para llenarlo, picoteas algo, ya sea dulce o salado. No hay hambre real, pero desde luego el organismo no manifiesta una clara falta de saciedad. En ese complejo entramado, la hormona GLP-1 puede jugar un papel protagonista ya que, entre otras cosas, puede ayudar a regular el apetito, controlar los niveles de glucosa y mejorar la eficiencia del metabolismo. «Actúa como una señal fisiológica que avisa de que ya es suficiente», recalca la farmacéutica y nutricionista Salena Sainz Echevarría, fundadora de Naturae Nutrición y experta en salud hormonal.
Además, la experta detalla que si la hormona GLP-1 funciona de forma correcta «la persona se siente saciada durante más tiempo. Eso tiene un impacto directo en la forma de alimentarse a lo largo del día». O sea, la respuesta fisiológica al hambre real y a la saciedad, mejoran de forma significativa. Por eso esta hormona se ha puesto en el punto de mira de los expertos en nutrición para controlar los ataques de hambre, por ejemplo.


Qué es la hormona GLP-1
La hormona GLP-1 es una molécula que el intestino libera cuando detecta comida. No es nueva, pero últimamente ha despertado un gran interés en el ámbito de la salud metabólica por sus múltiples funciones. Entre ellas, reduce los antojos, al mismo tiempo que mejora la secreción de insulina. Su función principal es ayudar a regular el hambre, el azúcar en sangre y el metabolismo.
Entre otras cosas, esta hormona avisa al cerebro de que ya hay comida suficiente. Así ayuda a sentirse lleno más rápido y durante más tiempo. Además, estimula la producción de insulina, la hormona que reduce el azúcar en sangre después de las comidas. Por otra parte, disminuye el vaciado del estómago. Por eso, al liberar GLP-1, la comida permanece más tiempo dentro y no aparece el hambre tan pronto.
Saciedad sostenida y control del apetito
Uno de los efectos más interesantes del GLP-1 es su capacidad para aumentar la sensación de saciedad. Tras la ingesta de alimentos, actúa sobre el hipotálamo, una región del cerebro clave en la regulación del hambre, y retrasa el vaciado del estómago. Como resultado, el cuerpo tarda más en volver a pedir comida.
Sin embargo, advierte que si se abusa de dietas demasiado restrictivas y se confía únicamente en el efecto de esta hormona, puede aparecer el temido efecto rebote. «El problema no es perder peso, sino el tipo de peso que se pierde y la manera en que se hace. El equilibrio es esencial», remarca Sainz.
Reducir los antojos
Uno de los efectos menos conocidos, pero más relevantes en la práctica diaria, es su influencia en el sistema de recompensa del cerebro. GLP-1 interviene en las áreas que modulan el deseo por alimentos altamente procesados, cargados de azúcar o grasa.
«Se ha demostrado que reduce la atracción por este tipo de alimentos al modular la respuesta cerebral que los hace tan deseables. Al haber mayor saciedad, también disminuye la necesidad de comer por impulso», cuenta Sainz. Sin embargo, en personas con trastornos alimentarios o con una relación emocional conflictiva con la comida, este efecto puede no ser suficiente por sí solo. En estos casos, recuerda, es fundamental el acompañamiento psicológico y la reeducación del vínculo con la alimentación.
Mejora metabólica e inflamación
Además de su papel en el apetito y la glucosa, GLP-1 también mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la inflamación sistémica. Este doble efecto lo convierte en un aliado en la prevención y manejo de enfermedades como el síndrome metabólico o incluso algunas enfermedades autoinmunes.
«Tiene propiedades antiinflamatorias y puede ayudar a modular la respuesta inmunitaria, lo cual abre posibilidades interesantes para el futuro», comenta Sainz. Con todo, la farmacéutica insiste en la necesidad de ser prudentes con los nuevos tratamientos y sugiere estimularla de forma natural.
Cómo estimular el GLP-1 de forma natural
No es necesario recurrir a medicamentos para beneficiarse del GLP-1. La alimentación y ciertos hábitos pueden potenciar su liberación de manera natural. Por ejemplo al tomar fibra fermentable, presente en alimentos como legumbres, avena, alcachofas y puerros. También ayudan las grasas saludables. Como las que contienen el aguacate, los frutos secos o el aceite de oliva virgen extra.
Por otra parte, la nutricionista subraya la importancia de comer sin prisa, masticar bien y evitar los picos bruscos de azúcar, que interfieren con el funcionamiento de esta hormona. Y aconseja consumir proteínas de calidad. Por ejemplo, las procedentes de huevos, pescado, carne magra o legumbres.
Hábitos para aumentar la GLP-1
Hay formas sencillas de ayudar al cuerpo a producir más GLP-1. La experta sugiere dos recomendaciones prácticas:
- Incluir proteína en el desayuno y no saltárselo. «Desayunar de forma saludable es especialmente importante para personas que experimentan ansiedad alimentaria por la tarde», comenta.
- Menos azúcar y más fibra y deporte. Evitar azúcares añadidos y priorizar alimentos con fibra, como frutas enteras, verduras y legumbres. Además, toca incorporar actividad física diaria. Valdría incluso caminar durante 30 minutos ya que «el ejercicio mejora la sensibilidad del cuerpo al GLP-1», comenta Sainz.
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