¿Chicle para salir del paso? El recurso exprés que maquilla el mal aliento, pero no lo arregla. Foto: Craigcapture / Pexels
¿Hablas entredientes?
Cuando ni el cepillo o el chicle te salvan: el misterio del mal aliento
Halitosis traicionera: esa invitada que aparece cuando menos lo esperas y no entiende de rutinas, ni de colutorios, ni de citas importantes
Por Marcos López
23 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / 07:30
Acostumbras a lavarte los dientes después de cada comida para evitar los problemas de salud, algunos verdaderamente graves, que se asocian a una mala higiene oral. Un cepillado que, además, completas con el uso de colutorio e hilo dental. Pero da igual. Aunque luzcas una dentadura blanca y deslumbrante, no has acabado con el mal aliento o, dicho en términos clínicos, la halitosis.
Según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración, hasta un 30% de la población adulta de nuestro país padece halitosis, siendo esta prevalencia similar en mujeres y en varones. Pero hay buenas noticias. Como explica la doctora Sharon Huang, especialista en Odontología y cosmética dental, «si bien el mal aliento puede hacernos sentir vergüenza, hay distintas maneras de tratarlo. De hecho, hay remedios naturales que pueden ser muy efectivos cuando se combinan con una higiene bucodental adecuada».
Tus amígdalas se llenan de «piedras»
No se trata sólo de limpiar a conciencia dientes, muelas y lengua. Dentro de la propia boca, el mal olor puede originarse por la presencia de cálculos amigdalinos o «tonsiolitos». Tras este palabro se esconden calcificaciones de patógenos y de restos de comida que se depositan en las amígdalas.
Para eliminar estas pequeñas «piedras» que parecen pequeños grumos blancos basta con hacer gárgaras con agua salada. Puede que incluso salgan despedidos al toser con fuerza, un remedio eficiente para dejar la boca limpia, pero poco recomendable salvo que estés en la más absoluta soledad y en medio de un desierto.
Sufres una infección respiratoria
El frío ha quedado atrás y los termómetros no dejan de subir. Lo que no implica que no puedas coger un resfriado u otra infección respiratoria. De hecho, hasta un 20% de los resfriados se cogen durante el verano.
Para combatir a los patógenos invasores, el cuerpo genera mucosa. Esta sustancia viscosa atrapa a las bacterias invasoras sin piedad, pero genera un magma de suciedad en el camino hacia las vías respiratorias. En concreto, en la garganta. De ahí que cuando estamos resfriados, sea muy probable tener un aliento bastante fétido por mucho que nos lavemos los dientes.
Tu boca está demasiado seca
La halitosis se ve agravada por la congestión nasal típica de estas infecciones. Taponada la nariz, no queda más remedio que respirar por la boca, lo que provoca que se seque. Cuando no hay suficiente saliva para limpiar las partículas de suciedad que pululan por nuestra boca, se corrompen y surge ese olor desagradable. ¿Tienes mal aliento cuando te levantas por la mañana? Más de lo mismo: sequedad bucal matutina.
Por cierto: no hay que esperar al verano para resfriarse. La alergia primaveral también se acompaña de congestión nasal, sequedad bucal y exceso de mucosa. E, igualmente, de halitosis.
Bebe mucho líquido
La solución es muy sencilla: hay que erradicar la infección o tratar la alergia. Y según se reduzca la mucosidad, más agradable será tu aliento. También ayuda el uso de un spray salino para eliminar el exceso de moco en las fosas nasales. Y lógicamente, beber mucho líquido para mantener la boca y la garganta hidratadas.
Como indica la doctora Huang, «beber mucha agua puede ayudar a eliminar las bacterias y prevenir el mal aliento». Y si buscas una bebida con más sabor «los polifenoles que se encuentran en el té verde y negro evitan el crecimiento de estas bacterias responsables de la halitosis».
Sufres de ardor de estómago
Acabas de terminar de comer y, una vez más, los ácidos estomacales comienzan a trepar por tu esófago. Lo que, como recuerda la experta, también da lugar al mal aliento.
Ponerle remedio es, de nuevo, muy fácil: prevenir este reflujo gastroesofágico no cenando demasiado tarde y evitando esos alimentos que dan digestiones pesadas. Olvida los fritos o los platos muy picantes, ya que favorecen el ascenso de los ácidos del estómago.
Ni café, ni alcohol, ni ajo
También hay alimentos o hábitos cuyo consumo produce mal olor. El café, el alcohol o el tabaco producen halitosis. «También la cebolla, el ajo, los pescados y algunas especias», indica la doctora Huang. Para prevenir el mal aliento recomienda tomar «productos lácteos fermentados, como el yogur, que ayudan a prevenir los trastornos orales y gastrointestinales que provocan mal aliento. También ayudan los probióticos, pues pueden reducir las bacterias que originan este mal olor bucal».
Pero esa reunión tan importante está a punto de empezar y necesitas una solución urgente para que tu aliento sea agradable. Una solución eficiente es «masticar hierbas, como el romero, la menta y el hinojo. Además de incrementar la producción de saliva ayudan a refrescar tu aliento y a enmascarar los olores, especialmente tras una comida que provoca halitosis».