Hurkle-Durkle y la delgada línea entre el placer de que alargar un rato en la cama y la mera holgazanería
El triunfo sobre el despertador
Atrincherarse en la cama unos minutos, despierto y sin mirar el móvil, es un acto de rebeldía contra la rutina. Y podría estimular la creatividad. Pero también tiene límites para no acabar siendo un vago.