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Foto: Unsplash

PSICOLOGÍA

¿Qué hacer cuando tu vida está en un punto distinto a la de tus amigos?

Uno de los vínculos más fuertes y positivos que desarrollamos es la amistad. Los amigos nos aportan apoyo, seguridad, confianza... ¿Qué pasa cuando nuestros caminos parecen separarse?

Por Mónica Heras

6 de abril de 2022 / 08:00

En todas las etapas de la vida, nuestra necesidad de pertenecer a un grupo, de relacionarnos y de comunicarnos, nos lleva a establecer relaciones de amistad, convirtiéndose en uno de los vínculos más importantes que nos acompañan siempre.

Sin embargo, hay momentos en los que parece que ya no vamos en la misma dirección, circunstancias que nos alejan física, intelectual o emocionalmente, de aquellos que algún día formaron parte de nuestra historia. Frente a esta sensación de desasosiego, prevalece el amor, aunque no siempre resulta fácil salvar los obstáculos. ¿Cómo podemos hacer para conservar una relación de amistad, cuando la vida cambia?

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La importancia de la amistad

La amistad forma parte importante de nuestra vida desde que somos bebés, hasta que nos hacemos ancianos. Relacionarnos con los demás, aporta grandes beneficios a nuestra salud mental, de ahí la importancia de establecer vínculos sanos con los que poder divertirnos, desahogarnos o incluso, inspirarnos.

Más allá de tener con quien pasar el tiempo libre (que no es poco), pertenecer a un grupo hace que nos sintamos integrados, aceptados por nuestro entorno, lo que mejora la autoestima y el concepto que tenemos de nosotros mismos. Por otro lado, poder compartir lo que nos preocupa con alguien de confianza, contribuye a aliviar el estrés, a sentirnos queridos y valorados.

Según los datos de Mayo Clinic, los amigos también influyen en la mejora de tu salud en general. «Los adultos con relaciones sociales consolidadas tienen menos riesgo de tener problemas de salud importantes, como depresión, hipertensión arterial y un índice de masa corporal (IMC) poco saludable. De hecho, según estudios, los adultos mayores que establecen relaciones valiosas y tienen apoyo social probablemente vivan más que sus compañeros con menos vínculos sociales.»

Por si todo esto fuera poco, una amistad nos puede ayudar a cambiar de hábitos más fácilmente o a sobreponernos frente a cualquier trauma como un divorcio, la muerte de un ser querido, un despido, etc. Pero… ¿Qué podemos hacer para conservar a esos amigos de los que parece que nos alejamos?

Más allá de los cambios: ¿Cómo cuidar una amistad duradera?

Cuando llegamos a la vida adulta suceden demasiados cambios. Mientras que algunos se casan y tienen hijos, otros se mudan a otra ciudad por trabajo, o empiezan a estar demasiado ocupados para compartir tantos momentos como antes. Es entonces cuando algunas amistades se tambalean y se pierden por el camino, muy a pesar del cariño que existe.

Merece la pena detenernos a valorar lo que esos amigos nos han aportado y buscar una estrategia para mantener la llama. Al final, como cualquier relación, de lo que se trata es de dar y recibir, de fortalecer el vínculo para mantenerla viva y seguro que te merece la pena intentarlo.

1. Valora la amistad

Lo primero es pensar en si esa amistad sigue aportándote cosas positivas. Que llevéis muchos años siendo amigos, no justifica mantener una relación tóxica. Sin embargo, si es alguien que está disponible, te escucha y no te juzga, merece la pena recordar todas estas virtudes, aunque ahora mismo no podáis veros todo lo que te gustaría.

2. Sé amable y generoso

Los actos de bondad dentro de una amistad hacen que ésta crezca, mientras que las críticas, las quejas y la negatividad, dañan el vínculo. Procura estar disponible, aunque sea a través de una llamada de teléfono, solo así se pueden crear vínculos sólidos.

También recuerda que es importante tener detalles con tus amigos, y no solo hablamos de cosas materiales, sino de todo aquello con lo que sabes que disfruta. Así le harás saber que lo quieres y lo escuchas.

3. La empatía en la amistad

No saques suposiciones. Puede que tu amigo esté pasando por una etapa complicada y que por ello esté más ausente, o que algo lo tenga preocupado, antes de juzgarlo, dile cómo te sientes y pregúntale si le pasa algo. Los amigos están para apoyarse, piensa bien de ellos y míralos por quiénes son y por dónde se encuentran ahora mismo.

Practica la empatía y recuerda que las amistades sanas son desinteresados ​​y buscan formas de agregar valor, más allá del momento vital de cada uno.

4. Toma la iniciativa

No te guardes el resentimiento. Si de verdad quieres conservar una amistad propón un encuentro, haz planes o llámale. Haz cualquier cosa que le demuestre que sigues ahí y que te interesa esa persona.

En este sentido, es importante ser claros y no tener comportamientos narcisistas. ¿Has pensado que tal vez tu amigo ya no quiera salir a cenar porque pasa por un mal momento económico, y no porque ya no disfrute de tu compañía?

5. Practica la escucha activa

Seguro que alguna vez has quedado con alguien que no para de hablar de su vida, sin que le interese mucho lo que a ti te pasa, ¿verdad? Aunque resulte extraña esta afirmación, no sabemos escuchar. Interrumpimos, no ponemos atención a nuestro interlocutor, o mientras fingimos hacerlo estamos pensando lo que vamos a responder.

Tener una escucha activa es aquella en la que te limitas a poner todos tus sentidos en el otro. Esta es una forma de mostrar respeto y amor a una persona, de hacerle saber que te interesa lo que le pasa dándole atención plena.

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