Por qué la grasa de los brazos es mala para tu salud… y para tu memoria

Todo el mundo quiere unos brazos tonificados y firmes, sin las temibles alas de murciélago ni huella de la celulitis en ellos. Pero, más allá del aspecto estético, unos brazos rellenitos pueden ser un indicador de un mayor riesgo de sufrir una enfermedad neurodegenerativa y, en concreto, de poder desarrollar una demencia y padecer pérdida de memoria.

Esta asociación es nueva, pero se fundamenta en aspectos que ya eran conocidos, explica la endocrinóloga Ana Bermúdez: “Ya sabíamos que, en la mediana edad, la obesidad y el exceso de grasa corporal están relacionados con un incremento en el riesgo de deterioro cognitivo en la vejez. Hasta ahora se había estudiado principalmente el papel de la grasa abdominal, pero nuevas investigaciones apuntan también a otras zonas del cuerpo, como los brazos”.

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“Hay determinados factores, como la inflamación crónica de bajo grado y la resistencia a la insulina, que guardan relación con el exceso de grasa y pueden contribuir al deterioro cognitivo”, señala la experta.

• Inflamación sistémica: la acumulación de grasa en el cuerpo puede contribuir a la inflamación crónica, un factor que se cree que desempeña un papel en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
• Resistencia a la insulina: la obesidad también está asociada con la resistencia a la insulina, que puede afectar negativamente la salud cerebral.
• Riesgo cardiovascular: los factores de riesgo cardiovascular, que a menudo se relacionan con la obesidad, también están asociados con un mayor riesgo de demencia.

Los riesgos de tener grasa en los brazos

Todo esto era sabido y ha sido objeto de numerosas investigaciones. Ahora, un estudio de la Universidad de Sichuan, China, ha examinado la relación entre la distribución de la grasa corporal y el riesgo de demencia, incluyendo la grasa en los brazos. “Este estudio ha llamado la atención porque es uno de los primeros en explorar específicamente cómo la grasa en esta zona podría estar asociada con el riesgo de demencia”

En este trabajo, los autores han investigado si la cantidad de la grasa –medida a partir de la circunferencia del brazo y en relación con la masa muscular– podría estar relacionada con un incremento en las posibilidades de desarrollar demencia en adultos mayores. “Los resultados sugieren que una mayor cantidad de grasa en los brazos está asociada con un mayor riesgo de demencia, independientemente de otros factores como la obesidad general o la grasa abdominal”, explica la doctora Bermúdez, que añade que “se especula que la grasa en los brazos podría reflejar un desequilibrio en la composición corporal, como una menor masa muscular y mayor adiposidad, lo cual podría estar relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo”.

Un problema más frecuente en las mujeres

La grasa no se distribuye por igual en los cuerpos de hombres y mujeres. Mientras ellos tienden a la grasa abdominal –la famosa barriga cervecera–, las mujeres tienden a desarrollar más grasa en los brazos debido a una combinación de factores biológicos, hormonales y genéticos.

Distribución hormonal de la grasa: las mujeres producen mayores niveles de estrógeno, hormona que influye en la distribución de la grasa corporal. El estrógeno tiende a promover el almacenamiento de grasa en áreas como brazos, caderas, glúteos y muslos, lo que se conoce como una distribución ginecoide o en forma de pera. Este patrón es más común en mujeres, mientras que los hombres, bajo la influencia de la testosterona, tienden a acumular grasa en la región abdominal. Por otra parte, las fluctuaciones hormonales a lo largo del ciclo menstrual también pueden afectar la distribución y acumulación de grasa en diferentes partes del cuerpo, incluyendo los brazos.

Genética: la predisposición genética juega un papel importante en cómo y dónde se almacena la grasa en el cuerpo. Algunas mujeres están genéticamente predispuestas a almacenar más grasa en los brazos debido a los genes heredados de sus padres. Además, evolutivamente las mujeres han desarrollado un almacenamiento de grasa en áreas que se considera que protegen y soportan la capacidad reproductiva, como en los brazos y alrededor de los órganos reproductivos.

• Diferencias metabólicas: las mujeres generalmente tienen una tasa metabólica basal más baja que los hombres, lo que significa que queman calorías a un ritmo más lento en reposo. Esto puede llevar a un mayor almacenamiento de grasa en diversas áreas del cuerpo, entre ellas los brazos. Asimismo, los hombres suelen tener más masa muscular, lo que les ayuda a quemar más calorías incluso en reposo. La menor masa muscular en las mujeres puede contribuir a una mayor acumulación de grasa en áreas como los brazos.
• Resistencia a la movilización de grasa: las mujeres tienden a tener una mayor resistencia a la movilización de grasa en ciertas áreas del cuerpo, como los brazos y los muslos, debido a la menor actividad de las enzimas que descomponen la grasa (lipolíticas) en estos lugares en comparación con otras áreas del cuerpo. Además, las áreas donde las mujeres tienden a almacenar grasa de manera más persistente, como los brazos, están diseñadas para retener grasa, haciendo que sea más difícil perderla incluso con ejercicio y dieta.