El ruido blanco te ayuda a dormir mejor y más rápido, pero no es el único

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Se entiende por ruido de colores aquel que nos distrae, creando un escudo sonoro ante pensamientos, sensaciones y experiencias sensoriales que nos hacen perder el foco. Si nuestro objetivo es concentrarnos más o, incluso, entrar en un estado de relajación previo al sueño, debes conocer los distintos tipos de ruido que hay (en función de su frecuencia se le asocia un color determinado). Y aprender a utilizarlos, sobre todo a la hora de dormir porque, si lo hacemos en exceso, el efecto será el contrario.

La doctora Rybel Wix trabaja en el grupo de insomnio de la Sociedad Española del Sueño y en la Unidad del Sueño del Hospital de la Princesa, en Madrid. Como experta tratando pacientes con dificultades para dormir, es muy consciente de las condiciones necesarias para favorecer un sueño profundo. Así, y aunque el ruido de fondo, a través de los famosos ruidos de colores, pueden facilitar la entrada en un placentero adormilamiento, hay que tener cuidado con el que elegimos y cuánto lo usamos.

La especialista no duda en colocar el ruido blanco en su lugar dentro de la ciencia y respaldar su capacidad para relajar con estudios científicos: «Algunos han demostrado que el ruido blanco que enmascara los sonidos perturbadores del ambiente, inhibe otros sonidos que tienden a perturbar el sueño, mejorando su calidad y favoreciendo la recuperación de pacientes en las UCIs», asegura.

Y añade sobre este ruido: «Pero es importante que se use sólo para conciliar el sueño porque mientras exista el estímulo auditivo es más difícil que el paciente entre en sueño profundo. Hay estudios que demuestran que la exposición continua al ruido blanco perturba el sueño REM. El sistema auditivo necesita tiempo de inactividad durante las horas de sueño para recuperarse».

Qué tipos de ruido hay y cuánto hay de verdad en su poder terapéutico

Tengamos en cuenta una premisa inicial. No es lo mismo hablar de dormir en personas sin ninguna alteración del sueño que hacerlo pensando en personas que sufren insomnio. «Un ruido que un cerebro normal no oiría porque lo inhibe, los pacientes con insomnio son incapaces de inhibirlos«. Así, su cerebro funciona distinto prestando atención a estímulos irrelevantes y evitando quedarse dormido. Teniendo esto en cuenta puede entenderse que los ruidos de colores enmascaran otros ruidos y ahí radica su magia.

• Ruido blanco: Artificial producido por algún elemento utilizado en el día a día (secador de pelo, campana extractora de humos…). Favorecen la relajación e inducen al sueño en primera instancia.
• Ruido verde: Variación del ruido blanco que ocupa una posición central en el espectro y que sale directamente de la naturaleza (ruido de olas, del agua de un riachuelo correr…) «Por ejemplo se ha usado ruido verde, con el sonido del océano en pacientes ingresados en la UCI y parece que lo mejora, aunque no hay suficiente evidencia científica», declara Rybel Wix.
• Ruido rosa: Tiene un carácter más bajo y su potencia disminuye conforme aumenta su frecuencia. Suele usarse para analizar el comportamiento acústico en salas, altavoces…
• Ruido marrón: En ellos, las frecuencias altas son más atenuadas. Le corresponde el ruido de los truenos o lluvia intensa. «Son ruidos más profundos y dicen que favorecen la concentración». Sin embargo, su nombre nada que ver con el color marrón y alude al sonido de los movimientos brownianos, identificados por el botánico Robert Brown en 1827. Además de ayudar a la concentración, su uso en personas que padecen «tinnitus» (un zumbido constante en el oído) reconocen en él la capacidad para reducirlo o eliminarlo.
• Ruido negro: son infrasonidos, como zumbidos. «Es el ruido derivado de las maquinas que nos rodean y, en general, perjudican el sueño».