Dónde van a parar los excedentes de la industria del lujo: esto es lo que se hace con los artículos que sobran

Una de las mayores preocupaciones de la industria de la moda en relación al medioambiente es el exceso de stock. Cuando los productos de las casas de moda superan con creces la demanda supone el reto de tener que deshacerse de ello. Se trata de un plan de acción muy cuidadoso, cuyo fin no es sólo vender colecciones pasadas, sino también no provocar un desastre climatológico.

Cuenta Juan Ferrando, director del Grado en Diseño de Moda de la Universidad Nebrija, que para prevenir este tipo de problemas «las firmas de moda y cosmética de lujo tienen un control mucho más detallado de las ventas que en el pasado gracias a la tecnología» y esto supone un gran alivio para evitar la sobreproducción de prendas. Sin embargo, «nunca es un acierto al cien por cien, con lo cual, siempre va a haber excedentes de artículos«.

Cada temporada salen a la venta infinidad de prendas con la misión de llenar nuestros armarios. Pero antes de hacerte con ellas, esas prendas han pasado por un largo proceso de diseño, producción, empaquetado o envío. Y, previo a ello «se hacen estudios para prevenir prever con más exactitud cuál es la producción adecuada de cada temporada de un modo más controlado», explica Ferrando. Aún así, es inevitable que no sobren artículos, de modo que a partir de aquí «se abre una cadena en cuatro pasos».

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Los pasos que siguen los excedentes en moda

El primero, es uno de los que más le gusta a todo el mundo: las rebajas. «Se trata de hacer una tanda de rebajas en temporada pero no son descuentos demasiado agresivos», asegura el experto. Tras ello, probablemente aún sobre excedente, lo que da lugar al siguiente paso: «las ventas privadas».

A estas ventas privadas sólo acceden grupos muy selectos de clientes y trabajadores de la casa por invitación directa de la marca. «Se suelen dejar los precios muy ajustados, incluso llegan a ser precios de producción. Así se preserva el estatus y la experiencia de comprar artículos de lujo, exclusivos y que no están al alcance de cualquier persona de la calle», explica.

Si tras este segundo intento por deshacerse de los excedentes sobran todavía artículos, se pasa a un tercer paso: «los outlets». Según afirma Ferrando, «hay grandes centros comerciales de outlets muy populares en grandes ciudades, de Madrid a Barcelona, París, Milán y muchísimos en Estados Unidos». Ahí va todo lo que no ha conseguido salir en las rebajas y en las ventas privadas, la diferencia es que se compra una temporada posterior a su lanzamiento.

Como última instancia, si tras todos estos pasos no se consigue deshacerse del todo del stock, se recurre a la destrucción por incineración de la mercancía. «Esta alternativa está prohibida por ley desde hace más de diez años en la Unión Europea para limitar la incineración de cualquier tipo de residuo generado en la industria de la moda por la contaminación medioambiental, pero lo cierto es que a nivel global no está prohibido», afirma.

En esta situación, lo que hacen las marcas de moda y cosmética de lujo es llevar esos excedentes finales a países en vías de desarrollo donde este tipo de acciones no están reguladas. Generalmente, esto ocurre en Asia y África, y allí proceden a la incineración. «En su mentalidad, es mejor quemarlo y que nadie lo pueda comprar frente a la posibilidad de devaluar el producto y que pueda llegar a una masa de público más amplia, lo que iría en contra de la exclusividad», añade, el experto en moda.