Reconectar con la naturaleza, el primer paso para salvar los mares y océanos

Cuando Manu San Félix, al que algunos conocen como el Jacques Costeau español, se mudó a Formentera, descubrió un paisaje marino espectacular que nada tiene que ver con el que observa ahora en sus inmersiones. Era octubre de 1992. Hoy, casi 32 años después, compara ambos escenarios. «Los grandes peces han desaparecido (hemos matado a más del 95%); los bosques de corales tipo gorgonias se están muriendo y en algunas zonas ni existen. Y, por supuesto, hay cada vez más especies en situación crítica, como el coral rojo o las nacras», lamenta. Aunque el biólogo marino y explorador de National Geographic lleva décadas alertando sobre el estado de los océanos y mares, en especial del Mediterráneo, cree que «seguimos fallando a la hora de cuidar estos ecosistemas. Nuestro cambio de comportamiento hacia el mar es una asignatura pendiente». ¿Su solución? «Reconectar con la naturaleza», responde sin dudarlo.

En su opinión, este es el primer paso para que el ciudadano de a pie se decida a tomar cartas en el asunto. Cuando se conecta con el entorno, uno es más consciente de que hay que cuidarlo. Tan simple como eso. Sin embargo, nos sigue costando. «Qué fácil es destruir y qué difícil es restaurar«, insiste San Félix, que se ha centrado este verano en difundir este mensaje. No lo dice en vano. Uno de sus compromisos, desde hace tiempo, es conservar la posidonia, protector natural del Mediterráneo que hemos ido destruyendo -un tercio de las plantaciones en la zona occidental- sin darnos cuenta. «Para luchar contra esto estamos restaurando praderas que se habían perdido. En 2024 vamos a sembrar más de 10.000 plantas con la ayuda de voluntarios», apunta.

Empezar por el 30% del Mediterráneo

El fundador de Vellmari -donde trabajan por la conservación de los hábitats y ecosistemas marinos desde la educación, la investigación y la acción- recuerda que, por tanto, «lo importante ahora es proteger lo que tenemos». En ese compromiso se enmarca Reserva 30, su último proyecto. La finalidad es proteger el 30% del mar Mediterráneo de cara a 2030 para evitar su colapso. «Tenemos que saber que es un mar que está agotado porque llevamos décadas sacando recursos pesqueros sin freno. Si queremos mantener la dieta mediterránea y recuperar la riqueza perdida de este ecosistema, debemos dejar de pescar en un 30% de este mar», explica. Eso se traduce, como defienden desde la iniciativa, en seguir disfrutando del 70%, una manera perfecta de reconectar con la naturaleza.

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Para lograr este cambio, la campaña recoge firmas a través de su web apoyando la Declaración del Mediterráneo. Además, cuenta con el apoyo de National Geographic Pristine Seas junto a las ONGs dedicadas a la conservación marina en España (Marilles, Greenpeace, Oceana, Adena, WWF…). En el proyecto también se han implicado marcas como Blancpain. La compañía suiza de relojes lleva ya dos años respaldando las expediciones e iniciativas del biólogo marino. Primero con la campaña la Gran Pradera y, este año, con Reserva 30.

Una relación especial con el fondo del mar

Pero no es la primera vez, ni mucho menos, que la firma relojera muestra su compromiso con los ecosistemas marinos. Todo empezó con la creación de Fitfy Fathoms (literalmente, 50 brazas, es decir unos 91 metros de profundidad), el primer reloj de buceo auténtico. A través del legado de este modelo, que durante los años ha ido actualizándose sin perder su función original, Blancpain se ha acercado a exploradores, fotógrafos, científicos y activistas que trabajan por conservar los recursos submarinos. De hecho, a través de su programa Blancpain Ocean Commitment, la empresa ha cofinanciado 21 expediciones científicas importantes, y ha contribuido a duplicar la superficie de áreas marinas protegidas en el mundo, añadiendo 4,7 millones de km2.

«La ayuda e implicación de compañías como Blancpain resulta vital. Sobre todo porque las empresas tienen la capacidad de llegar a la sociedad y conectarla de nuevo con el mar y la naturaleza,  transmitiendo el mensaje positivo de su belleza e importancia para nuestras vidas», sostiene San Félix.

Las cifras que te harán reconectar con la naturaleza

Manu San Félix comparte algunos datos que dan que pensar sobre la situación crítica de los mares. «Solo el 0,2% del Mediterráneo está cerrado a la pesca. Además, vertemos al año 650 billones de toneladas de aguas insuficientemente depuradas. Es el mar del planeta con mayor número de especies invasoras (ya han superado el millar), y continuamos destruyendo los hábitats, como un tercio de las plantaciones de Posidonia», subraya. Las cifras no quedan ahí. En el mar Mediterráneo, la ingestión por plástico amenaza a 134 especies, según WWF. Cerca de 150.000 toneladas de crudo se vierten anualmente a este mar. O el 99% de los tiburones del Mediterráneo ha desaparecido a causa de a la sobrepesca, a la que hay que sumar las ya mencionadas contaminación con vertidos tóxicos y de plásticos.

El biólogo insiste en que no podemos perder de vista ese panorama. «Que la gente asimile el importante mensaje de que la salud de la naturaleza es nuestra propia salud», recalca. Solo un apunte más.  Los turistas que visitan el Mediterráneo durante el verano incrementan la basura marina en un 40%. Si estás ya de vacaciones o las tienes en mente será el momento perfecto para reconectar con la naturaleza y, de paso, contribuir a que ese porcentaje se reduzca este año a niveles mínimos.