El miedo al efecto inflamatorio del gluten ha hecho que muchos lo eliminen de su dieta sin haber sido diagnosticados de celiaquía. Gran error.
Rica en compuestos antiinflamatorios, esta fruta contiene vitaminas y minerales que mejoran el estado de ánimo y potencian la salud digestiva y cardiovascular.
Despertarse cada día en medio de la noche para atiborrarse de comida poco saludable acaba cobrándose un peaje sobre la salud.
Beber el agua demasiado fría puede empeorar las digestiones y aumentar la presión arterial. Lo mejor es tomarla a 16º C por ser la temperatura a la que resulta más apetecible.
El chocolate a la taza puede ser mucho más que una recompensa reconfortante. Si lo tomas alto en cacao y bajo en azúcar, puede ser un excelente alimento para tu cerebro.
Da igual que la comida haya sido copiosa y ya no te quepa bocado. El cerebro cuenta con un «estómago del postre» que te exigirá que te atiborres de azúcar. Aunque siempre puedes recurrir a la fruta.
La fermentación selectiva convierte a los tubérculos en un alimento prebiótico que estimula la salud intestinal.
Ni sube el colesterol. Ni engorda. Este alimento, rico en proteínas, saciante y fuente de vitaminas y minerales, es muy interesante para incluir en la dieta, prácticamente a diario, en esta etapa.
Evitar mezclar ciertos tipos de alimentos en una misma comida tiene numerosos beneficios para la salud. Y podrás comer toda la cantidad que quieras. Pero hay que hacerlo bien.
Contiene ingredientes para bajar los niveles de las hormonas liberadas por las glándulas suprarrenales con el objetivo de facilitar la relajación. Pero no hay ninguna prueba de que funcione.
Esta variante de las dietas cetogénicas podría procurarte una mayor pérdida de peso y cuidar de la salud de tu corazón, pero sus beneficios aún están por confirmar. Y no está exenta de efectos negativos.