Ricas en fitoestrógenos, fibra y omega 3, este alimento está repleto de grandes propiedades para cuidar de la salud hormonal. Tanto que lo ideal es consumir un par de cucharadas al día.
Rica en vitaminas D y E y calcio y baja en calorías, la bebida de almendras potencia las defensas y la salud cardiovascular, y es una alternativa ideal a la leche de vaca.
El almidón resistente resiste a la digestión llegando intacto hasta el colon, donde sirve como fuente de alimento para las bacterias que forman la microbiota.
Basada en los principios de la filosofía Samkhya y la medicina ayurvédica, esta dieta vegetariana aporta numerosos beneficios a la salud, pero no está exenta de causar un déficit nutricional.
Ricas en fibra, proteínas y grasas saludables, las nueces de macadamia mejoran la salud cardiovascular y digestiva y promueven la pérdida de peso, por lo que son ideales como picoteo saludable.
La leche se ha demonizada debido a la lactosa, pero lo cierto es que en términos inflamatorios, todo depende de la persona que la consume, el tipo de lácteo consumido y la calidad del mismo.
La evidencia científica actual respalda la idea de que no todas son iguales y que su calidad es mucho más importante que simplemente reducir su consumo total.
Las bacterias intestinales podrían modular nuestro olor y afectar al deseo. Por lo que la microbiota influiría directamente en la atracción.
Si supieras las respuestas metabólicas que se producen en tu cuerpo cuando a primera hora te comes un bollo, probablemente optarías por elegir una opción más saludable y energética.
Todas las variedades son buenas. Pero en función de su contenido en algunos nutrientes pueden ser aún más beneficiosas para el organismo.
Al contrario de lo que ocurre con el IMC, el IRC permite conocer la cantidad de grasa abdominal en el cuerpo, por lo que es mucho más preciso para evaluar el estado de salud de una persona.