No es verdad que hayas nacido programado para ser de una manera determinada. Tu cerebro está diseñado para aprender y cambiar. Eso sí, con esfuerzo y repetición.
No importa que todo el mundo piense que es una persona encantadora. Ha sido conocerla y ya no la puedes ni ver. Te contamos por qué te cae tan mal aunque no te haya dado razones para ello.
Ni las sonrisas son siempre una muestra de alegría ni los mentirosos evitan el contacto visual. Para interpretar el lenguaje no verbal hay que tener en cuenta el contexto y a la persona.
Disfrazado de ansiedad, estrés, angustia e incluso dolor, el miedo puede estar presente de muchas formas en nuestras vidas. Así puedes afrontarlo.
A medida que se acerca el verano, las redes sociales se llenan de dietas milagro que prometen un abdomen plano en tiempo récord. Pero, esos resultados no dependen únicamente de tu fuerza de voluntad.
Miras hacia tu objetivo y olvidas todo lo que hay a tu alrededor. Esta visión de túnel, que sólo te muestra lo que tienes de frente, puede ser limitante para equilibrar tus éxitos a nivel global.
Por mucho que lo desees, se te hace muy difícil perdonar. Un acto que por lo general tiene mucho más de emocional que de racional. Pero tienes que liberarte de la carga que supone el resentimiento.
¿No tienes una relación sana con tu entorno de trabajo? Cuidado: la toxicidad laboral puede llevar a sufrir síndromes que afectan tanto a tu trabajo como a tu salud física, mental y emocional.
Absorber los problemas de otros puede llevar al desgaste emocional, la fatiga por compasión y afectar la toma de decisiones. Encontrar un equilibrio es clave para ayudar sin perderse en el proceso.
Evitar la rumiación de ideas disminuye el estrés y la ansiedad. Respirar conscientemente o meditar cinco minutos al día pueden ayudarte.
Los grandes cambios no ocurren de la noche a la mañana, sino a través de pequeñas acciones repetidas cada día. Estas mejoras mínimas, pero constantes, son los hábitos atómicos. Y pueden transformarte.