
Hay que beber con regularidad, respondiendo a la sed y sólo aumentar la ingesta en situaciones específicas. FOTO: Freepik.
Alimentación
Estas son las bebidas que te hidratan más que el agua y que deberías tomar todos los días para combatir el calor
Algunas bebidas contienen electrolitos y proteínas que hacen que su vaciado en el estómago sea más lento y se mantenga la hidratación durante más tiempo. Pero nunca hay que dejar de beber agua.
Por Marcos López
22 DE JUNIO DE 2025 / 08:00
No importa que en la calle haga frío o un calor bochornoso. Tienes que estar adecuadamente hidratado. Reponer el líquido que tu cuerpo pierde continuamente durante su funcionamiento. Más aún cuando, como sucede durante las olas de calor o haces ejercicio físico, rompe a sudar para refrigerarse. Y por sorprendente que parezca, hay alternativas más eficientes para hidratarse que el líquido elemento. Te contamos cuáles son.
Natalia Migdalova, especialista en Nutrición Clínica y Deportiva y fundadora de Migdal Nutrición, explica que «la hidratación depende de la capacidad de un líquido para reponer agua y electrolitos en el organismo, así como de su retención a corto y largo plazo. El agua pura es el estándar de hidratación, ya que se absorbe rápidamente en el intestino y repone pérdidas de manera efectiva. Sin embargo, algunas bebidas pueden proporcionar una hidratación más sostenida debido a su composición».


Nutrientes y electrolitos
Por tanto, no se trata sólo de un contenido en agua que compone hasta el 60% de tus células, tejidos y órganos. Como indica Natalia Migdalova, «los estudios científicos indican que bebidas que contienen pequeñas cantidades de carbohidratos —como los azúcares—, proteínas, grasas y electrolitos —principalmente el sodio— pueden retrasar el vaciamiento gástrico, lo que permite una absorción más gradual del agua y una retención prolongada en el cuerpo».
A modo de ejemplo, la experta destaca que el sodio favorece la retención de líquidos al estimular la reabsorción de agua en los riñones y reducir la diuresis; y que como muestra un estudio de la Universidad de Loughborough, en el que se evaluó el índice de hidratación de algunas bebidas, la leche tiene un mayor efecto hidratante que el agua debido a su contenido de nutrientes y electrolitos, por lo que supone una buena opción tras el ejercicio físico o como bebida recuperadora.
Más hidratantes que el agua
Otras bebidas eficientes para combatir la deshidratación son, como refiere la especialista en Nutrición Clínica y Deportiva:
- Agua de coco natural: rica en potasio y en menor medida en sodio y azúcares naturales, si bien es conviene elegir versiones sin azúcares añadidos. Algunos estudios sugieren que el agua de coco puede ser tan efectiva como las bebidas deportivas para la rehidratación en actividades físicas moderadas.
- Infusiones sin teína: aunque su capacidad de hidratación es similar a la del agua, pueden fomentar un mayor consumo de líquidos en personas que prefieren sabores.
- Soluciones de rehidratación oral: se utilizan cuando hay pérdida importante de líquidos por vómitos o diarrea, como ocurre en una gastroenteritis. Su combinación de agua, sal y glucosa favorece una rehidratación rápida y segura, por lo que son la opción más eficaz en estos casos.
- Caldo suave: puede ser útil si no se dispone de otra alternativa, sobre todo en personas con poco apetito o que necesitan una rehidratación ligera y progresiva.
Cuidado con las bebidas deportivas
Capítulo aparte merecen las bebidas isotónicas o deportivas, diseñadas para reponer líquidos y electrolitos perdidos durante el ejercicio y que pueden hidratar de manera más efectiva que el agua. Para ello, como apunta Natalia Migdalova, «estas bebidas contienen carbohidratos, generalmente un 6-8% de glucosa o fructosa, y electrolitos, caso del sodio y del potasio, que facilitan la absorción intestinal de agua mediante el cotransporte de sodio-glucosa y mejoran la retención de líquidos».
Pero no todo es tan bonito como lo pintan. Pues como continúa la experta, «es importante tener en cuenta que muchas bebidas isotónicas comerciales contienen azúcares añadidos en cantidades excesivas, hasta 20-30 g por 500 ml, lo que puede ser innecesario para personas sedentarias o en ejercicios de baja intensidad, aumentando el riesgo de consumo calórico excesivo. Por ello, su uso debe limitarse a contextos de actividad física».
Por su parte, el agua proteica, en la que se combina agua con proteínas —por lo general de suero o colágeno— y a veces electrolitos, y que tan de moda se ha puesto últimamente, puede tener un efecto hidratante similar al de la leche dado que las proteínas retrasan el vaciamiento gástrico y prolongan la disponibilidad de líquidos. Sin embargo, alerta la especialista «la evidencia específica sobre el agua proteica es limitada, y su beneficio depende de la cantidad de proteína y electrolitos presentes».
No dejes de beber agua
Entonces, si hay bebidas con nutrientes y electrolitos que pueden ofrecer una hidratación más prolongada en situaciones específicas, ¿qué hacemos con el agua? Pues simple y llanamente, seguir bebiéndola. No en vano, resalta Natalia Migdalova, «sigue siendo la mejor opción en la mayoría de los casos. Aunque haya momentos en los que otras bebidas pueden ser más útiles para mantener un buen estado de hidratación».
También hay que tener en cuenta que, por mucho calor que haga, no conviene atiborrarse de líquido como si no hubiera mañana. Pues como (casi) todo en la vida, el exceso acaba siendo perjudicial, sobre todo cuando esta cantidad elevada de agua se consume en un corto periodo de tiempo o sin una necesidad fisiológica real.
Como advierte la especialista, «uno de los principales riesgos asociados a una ingesta excesiva de agua es la hiponatremia, una alteración del equilibrio de sodio en la sangre. Al diluirse demasiado el sodio, se produce un desequilibrio en la distribución de agua entre las células y los compartimentos corporales. Esto puede dar lugar a síntomas como dolor de cabeza, mareos, náuseas, distensión abdominal, confusión mental e incluso o alteraciones neurológicas graves en los casos más extremos».
La clave está en el equilibrio
En definitiva, «aunque beber agua es fundamental, es importante recordar que la cantidad ideal varía según las necesidades individuales, el clima, la actividad física y el estado de salud», concluye Natalia Migdalova no sin antes recordar que «la clave está en el equilibrio. La recomendación general es beber con regularidad, respondiendo a la sensación de sed, y aumentar la ingesta en situaciones específicas como el calor extremo, el ejercicio intenso o en casos de fiebre, vómitos o diarrea».
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