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Al descongelarse, la fruta no continúa su maduración y presenta una textura alterada, una pérdida notable de sabor y aroma y una posible disminución en su contenido nutricional. Foto: Scott Webb, Unsplash

Alimentación

Frutas y congelador: el error más común que arruina tu snack saludable

Congelar frutas parece salvarlas, pero a veces solo las condena. Descubre el error más común que convierte tu snack saludable en un ladrillo sin sabor.

Por Marcos López

16 DE JULIO DE 2025 / 07:30

El verano ya está aquí y en la calle hace un calor bochornoso. Por lo que es el momento de hidratarse y refrescarse bebiendo (mucha) agua y disfrutando de una rica, y muy nutritiva, pieza de fruta. Que como ocurre con las verduras para prolongar su durabilidad sin perder un ápice de sabor, siempre puedes guardar las frutas en tu congelador. Pero cuidado: por muy altas que sean las temperaturas, no todas soportan bien el frío extremo. Te contamos cuáles no tienes nunca que congelar para que no acaben directamente en la basura.

Carlota Pérez Sánchez, nutricionista del Centro Médico Quirónsalud Toledo y el Hospital de Día Quirónsalud Talavera, explica que «las frutas climatéricas como el plátano, el melocotón, la ciruela o el tomate siguen madurando incluso después de haber sido cosechadas, por lo que no deben ser congeladas».

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Algunas frutas cuando las compras no están del todo maduras

Son muchas las frutas que, caso de las manzanas y de los cítricos, son recogidas una vez han alcanzado su punto álgido de maduración. Pero también hay otras, las denominadas climatéricas, que continúan madurando tras haber sido cosechadas. Lo que no sucederá en caso de ser sometidas a temperaturas extremadamente bajas.

Como apunta Carlota Pérez, «congelar frutas climatéricas detiene por completo su proceso natural de maduración, ya que este depende de la acción del etileno y de enzimas que transforman los almidones en azúcares, desarrollan el aroma y modifican la textura. Unos procesos que, para llevarse a cabo, requieren temperaturas cálidas».

Y tampoco pasa nada por comer una fruta cuando está (un poquito) verde. Pero, para disfrutar de una textura y sabor ideales, así como de su gran riqueza en nutrientes, mejor hacerlo cuando ya ha madurado. Así que hay que dejar trabajar al etileno y las enzimas. En palabras de la experta, «al exponerlas al frío extremo del congelador (–18 °C), estas enzimas se inactivan, la producción de etileno se detiene, y el agua dentro de las células se convierte en cristales de hielo que rompen las membranas celulares».

Las frutas climatéricas se echan a perder en el congelador

Lógicamente, nadie va a comerse una pieza de fruta recién salida del congelador. No sólo está demasiado fría, sino que presenta una textura similar a una piedra, por lo que esperará a que se haya descongelado. Pero en el caso de las frutas climatéricas, da igual: tanto frío ya las ha echado a perder.

En palabras de la especialista en Nutrición, «al descongelarse, la fruta no continúa su maduración y presenta una textura alterada —blanda, harinosa o acuosa—, una pérdida notable de sabor y aroma debido a la degradación de los compuestos volátiles responsables del olor y el dulzor, y una posible disminución en su contenido nutricional, especialmente de vitamina C y compuestos antioxidantes como los polifenoles. Aunque estos nutrientes no desaparecen completamente, sí pueden verse reducidos con el tiempo».

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En definitiva, nada de congelar los melocotones, ciruelas o tomates –tiene semillas, por lo que desde el punto de vista botánico es una fruta–. Tampoco las nectarinas, aguacates, mangos u otras frutas tropicales. Sólo lograrás adelantar su fecha de caducidad. Y si lo que buscas es deleitarte con un helado o un batido frío de fruta, hay alternativas mucho más recomendables.

Como destaca Carlota Pérez, «hay frutas que soportan bien la congelación, sobre todo cuando se usan en batidos, smoothies o postres fríos. Como ocurre con las fresas, los arándanos o las frambuesas. También con los plátanos bien maduros, que deben congelarse una vez pelados y cortados en rodajas».

Las frutas congeladas no duran para siempre

Las temperaturas muy frías, como las que inducen la congelación, son muy útiles para evitar que se estropeen los alimentos. Lo que, evidentemente, no quiere decir que vayan a durar para siempre. Y tampoco vale dejar las frutas en el congelador de cualquier manera. Como concluye la experta, «congélalas una vez ya estén maduras, bien lavadas y secas, y siempre guardadas en envases herméticos. Así conservarán su sabor hasta 8-12 meses si el congelador está a –18 °C o menos».

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