Té negro, el secreto para vivir más años que protege el corazón y es mejor que el café

No importa que haga frío o calor. Siempre es buen momento para tomar una infusión. Que además de hidratarte y llenar tus días de energía y sabor, aporta un sinfín de efectos (muy) positivos para tu salud. No en vano, y junto con el agua, las infusiones son las bebidas más consumidas en las zonas azules, como se conoce a las áreas en las que se concentra el mayor número de personas centenarias del planeta. Unas infusiones entre las que destaca el té negro, que como ha demostrado la ciencia podría ser la clave para esta saludable, y envidiable, longevidad.

Ashima Achantani, especialista en Nutrición, explica que “entre otros beneficios, beber té negro se asocia a una reducción del dolor muscular, a una drástica disminución de los niveles de azúcar en sangre, a una mejora de la salud cardiovascular, a una reducción de las cifras de colesterol y a una mejora de la función cerebral, llegando a proteger frente al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer”.

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Reduce la inflamación

El té negro es rico en catequinas, un flavonoide que, como ha constatado la Universidad de Ciencias de la Salud de Lituania, protegen al organismo frente al estrés oxidativo. También en L-teanina, un aminoácido que como destaca un estudio de la Universidad Hebei facilita la relajación corporal y, por ende, ayuda a conciliar el sueño. Y asimismo, también contiene polifenoles que combaten la inflamación, caso de los flavanoles que según ha revelado la Universidad Estatal de Oklahoma son muy eficaces a la hora de prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Cuida de tu corazón

El doctor Mauricio González, especialista en Medicina Interna, de Emergencias y de la Obesidad, destaca que “el té negro puede mejorar la función vascular, facilitando que los vasos sanguíneos sean más flexibles, mucho menos rígidos. Y según algunos estudios, también favorece el metabolismo de la glucosa y de los lípidos y mejora el flujo sanguíneo de la piel, pudiendo extenderse este beneficio a los vasos sanguíneos del cerebro”.

Cuidado con la cafeína

En realidad, esta riqueza en polifenoles, L-teanina y flavanoles no es exclusiva del té negro. También se encuentran en su primo verde. Lo que igualmente sucede con la cafeína, cuyo contenido, aun muy inferior a la del café, es mayor en su variante negra. Tal es así que, de cara a evitar problemas para conciliar el sueño, no es demasiado recomendable tomarlo pasadas las tres de la tarde. Tampoco el verde, y menos aún el café.

Mejor negro que verde

Entonces, ¿el color no importa? O dicho de otra manera, ¿da igual tomar té negro o verde? Pues puestos a elegir, mejor optar por el primero, que frente al verde –y como ha observado el Instituto Chino de Investigación del Té– resulta más eficaz a la hora de potenciar la salud digestiva. Pero aún hay una razón más importante: la longevidad.

Vivirás más años

Beber té no sólo previene múltiples enfermedades, sino que una vez contraídas, ayuda a tratarlas. Pero el principal beneficio asociado a su ingesta es un aumento de la esperanza de vida. Así lo han confirmado los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos tras analizar la relación entre el consumo de esta infusión y la mortalidad en cerca de medio millón de ciudadanos británicos de mediana edad. Y los resultados son realmente contundentes: los bebedores habituales de té, en su gran mayoría –89%– de té negro, además de disfrutar de una mejor salud cardiovascular, intestinal y cerebral y presentar unas cifras menores de colesterol malo, presión sanguínea y azúcar en sangre, tenían un riesgo hasta un 13% inferior de morir de forma prematura por cualquier causa.

Olvida el café y pásate al té

En definitiva, ha llegado el momento de pasarse al té. Frío o caliente. Solo o con leche. Como concluyen los autores del estudio, “un mayor consumo de té se asoció a un menor riesgo de mortalidad en las personas que bebían dos o más tazas diarias y con independencia de las variaciones genéticas en el metabolismo de la cafeína. Por tanto, nuestros resultados sugieren que el té, incluso en altos niveles de consumo, puede formar parte de una dieta saludable”.