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Al igual que la piel del resto del cuerpo, es importante mantener hidratadas las plantas de los pies. FOTO: Pexels / ©Ron Lach.
Cuerpo
La dermatitis atópica, hongos como el pie de atleta, el sudor o el uso de jabones irritantes pueden provocar picor agudo en las plantas de los pies. Acabar con esta comezón es muy fácil.
Por Marcos López
24 de agosto de 2024 / 08:33
No lo aguantas más. Tanta picazón te está volviendo loco. De tanto rascarte vas a acabar desollado. Pero es que las plantas de los pies no te dan tregua. Te pican más allá de lo soportable, lo que hace que te despiertes frecuentemente en mitad de la noche. Y qué decir de esos paseos que tanto bien le hacen a tu salud, que se ven continuamente interrumpidos por esta maldita comezón. Pero no te preocupes. Aunque las causas de este picor sean múltiples, ponerle remedio es muy sencillo.
Lo más importante es cuidar adecuadamente de la piel de las plantas de los pies igual que la del resto de tu cuerpo. Y es que la causa más común de este picor es la falta de humedad. O lo que es lo mismo, la sequedad. Quizás porque no los hidratas tanto como deberías, o porque acostumbras a llevar un calzado abierto que expone tus pies al aire seco. Ya sea por una u otra causa, la piel se seca y se tensa, se agrieta, se descama y pica. Mucho.
Hidratar tus pies para que la piel se mantenga suave y flexible es la pauta número uno para evitar la sequedad y el picor. Hay que vigilar especialmente los productos que usas para tu higiene corporal. Como advierte la doctora Folakemi Cole-Adeife, especialista en Dermatología, «muchos de los casos de piel seca con picazón son ocasionados por prácticas básicas inadecuadas en el cuidado de la piel. Es el caso de utilizar jabones antisépticos en el baño, que resecan, eliminan bacterias saludables y pueden resultar irritantes para algunas personas». No todo vale para la hidratación de los pies.
Otra práctica desaconsejada es caminar descalzo en la zona de duchas del gimnasio, o en la piscina. Puede haber hongos al acecho que se edhieran a los dedos de tus pies y, de ahí, se expandan a las plantas e incluso a las uñas. La infección fúngica tiña pedis, popularmente conocida como pie de atleta, es una dolencia frecuente que provoca la descamación de la piel y el consecuente escozor.
Se trata de una infección muy fácil de reconocer: desprende un olor nauseabundo. Para prevenirla, indica Jana Martín, farmacéutica especializada en el cuidado de la piel, «es necesario mantener los pies secos; cambiar los calcetines regularmente, especialmente si se mojan; alternar calzado y permitir que se ventile antes del siguiente uso; y tener especial cuidado en piscinas, duchas y baños públicos».
Si aún así te has contagiado y tus pies ya exhiben esta infección que prolifera a un ritmo alarmante favorecida por la humedad y el calor, es fundamental que tu calzado y calcetines estén siempre secos, y que evites que tus pies suden. Eso sí, la única fórmula realmente eficaz para acabar con los hongos es recurrir a una crema antimicótica que ha de prescribir un médico.
No es sólo que puedas contraer una infección fúngica. O bacteriana, como el impétigo –que también puede asolar, e irritar– las plantas de los pies. Tener los pies al aire libre los expone a alérgenos y otros compuestos irritantes que pueden causar dermatitis atópica. La doctora Marcela Ricaurte explica que «la dermatitis atópica o eczema es un trastorno que provoca enrojecimiento de la piel y picazón. Es frecuente en niños, pero puede manifestarse a cualquier edad. Además, tiene un carácter crónico y suele exacerbarse periódicamente, pudiendo empeorar por el viento, la falta de humedad, el frío, el exceso de lavado sin hidratar y el uso de jabones fuertes que resecan la piel». La solución es muy fácil: hay que evitar el contacto con esos desencadenantes que originan la quemazón.
Tal y como ocurre en el resto del cuerpo, la piel afectada por dermatitis atópica o eczema adquiere un color rojizo, se hincha e incluso se ampolla, causando un picor muy molesto. La recomendación es no rascarse, pues se corre el riesgo de romper una piel ya de por sí (muy) dañada, con lo que la comezón será mucho peor.
Si después de poner en práctica todos los remedios citados te siguen picando las plantas de los pies es el momento de consultar el problema con tu médico. Pudiera ser que la picazón sea un efecto secundario de una medicación, un signo de una enfermedad aún no diagnosticada –entre otras la diabetes, una patología renal o hepática–, un trastorno neurológico o un desequilibrio nutricional u hormonal. Para salir de dudas, lo adecuado es poner tus pies en manos de un especialista.
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