El calor, el ejercicio y los zapatos cerrados acentúan el mal olor de los pies. FOTO: Pexels.
Cuerpo
Cómo evitar el mal olor de los pies en verano: así controlas las bacterias que lo producen
El calor y los zapatos cerrados acentúan el olor desagradable de los pies. Pero no es el propio sudor lo que huele mal, sino las bacterias que se alimentan de él.
Por Marcos López
13 DE AGOSTO DE 2024 / 14:23
Ha llegado el momento de culminar la jornada con un paseo por la playa. De disfrutar de la compañía de tus seres queridos. De descalzarte y sentir cómo las olas, y su frescor, acarician tus pies. Así que te quitas las zapatillas y corres hasta la orilla sin esperar a nadie. Todo para ocultar el efluvio, para nada agradable, que desprenden tus pies. Este problema puede agobiar a quien lo padece, pero tiene solución.
En realidad, este mal olor te lleva acompañando durante todo el año, pero se vuelve mucho más notorio con la llegada del verano. La razón es que hace más calor, por lo que el cuerpo rompe a sudar para refrigerarse. Como explica el doctor Dr. Mohammed F. Sacoor, especialista en Dermatología, «el término médico para referirse al sudor maloliente es bromohidrosis, un problema que se acentúa cuando se produce sudoración excesiva en los pies y que, además, aumenta el riesgo de infecciones».
Mantén los pies secos para evitar las bacterias que causan mal olor
En mayor o menor medida, a todo el mundo le huelen los pies. Un mal olor que se acentúa en caso de sudar en exceso, ya sea después de realizar ejercicio, cuando hace mucho calor o porque se utilice un calzado que no transpire. Las glándulas sudoríparas que emplea el cuerpo para enfriarse son muy abundantes, además de en las axilas y en las palmas de las manos, también en las plantas de los pies. Pero no es la transpiración lo que huele, sino los ácidos que producen las bacterias que se alimentan de este sudor.
A las bacterias les encanta la humedad. Y da igual que su origen esté en una sudoración abundante –también tiene un nombre clínico, hiperhidrosis plantar– o en un suelo mojado. Por eso, no ponerte chanclas cuando utilizas las duchas de tu gimnasio es un error. Tus pies se convertirán en un lugar idóneo para el crecimiento de multitud de especies bacterianas, como revela el Instituto de Ciencias de Indonesia. Esto provocará que bajo ningún concepto quieras descalzarte en público.
Hongos y calzado inadecuado: otras causas del mal olor de pies
Pero el mal olor no tiene por qué estar originado por una infección bacteriana descontrolada –conocida como queratolisis punctata en argot clínico–. También hay hongos al acecho. Sobre todo los responsables de la tiña pedis, popularmente conocida como pie de atleta y que, además de en la planta de los pies, suele iniciarse en los pliegues entre los dedos. Y a todo ello se suma, entre otras posibles causas y como refiere el doctor Sacoor, «el consumo de algunos alimentos y especias, de determinados medicamentos y el uso de ciertos tipos de zapatos y calcetines».
El mal olor de los pies «puede ser un gran problema y generar un sentimiento de vergüenza en quienes lo padecen, afectando a menudo a las relaciones y provocando cierto grado de timidez», apunta el doctor Sacoor, que para ejemplificar el desasosiego que puede llegar a causar indica que «los afectados a menudo se niegan a quitarse los zapatos incluso durante los exámenes clínicos».
Cómo evitar el mal olor de los pies
En caso de que haya signos evidentes de infección bacteriana o fúngica, caso de picor o agrietamiento de la piel, es aconsejable hablar con un especialista. Pero de no ser así, hay una serie de medidas sencillas que conseguirán erradicar ese mal olor que emana de tus pinreles:
- Usa desodorante. El mercado cuenta con multitud de estos productos que, además de erradicar el olor desagradable, refrescarán tus pies.
- Lávate los pies. Todos los días. Mejor con un jabón no perfumado, pues aumenta el riesgo de irritación. Y no te olvides de las uñas ni de pasar la esponja entre los dedos, en los que se acumulan suciedad y células muertas, por lo que pueden convertirse en un criadero de microbios.
- Utiliza calzado transpirable. Lo recomendable es, alude el doctor Sacoor, «vestir zapatos abiertos, caso de unas sandalias». También llevar calcetines confeccionados en materiales que absorban la humedad, como el algodón o la lana.
- Cambia de zapatos. Si usas el mismo calzado cerrado todos los días es difícil que se seque del todo, lo que provoca que se acumule humedad que sirve de reclamo a las bacterias. No está de más desinfectarlos de vez en cuando y cambiar las plantillas periódicamente.
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