El alcohol, los alimentos picantes y la cafeína provocan sudores nocturnos que impiden dormir. FOTO: Instagram/@clairethomsonjonville.
Sueño
Cómo acabar con los sudores nocturnos que no te dejan dormir
Dormir a una temperatura agradable, sin pijama y sin compañía evitará que empapes tus sábanas de sudor y veas interrumpido tu descanso. El ejercicio físico y la alimentación también ayudan.
Por Marcos López
12 DE AGOSTO DE 2024 / 08:21
Siempre has dormido como un bebé. Pero de un tiempo a esta parte no paras de despertarte en mitad de la noche en un baño de sudor. Aunque la temperatura de tu dormitorio sea gélida y tu pijama esté en el cajón. Tus sábanas están empapadas y Morfeo, una vez más, interrumpe vuestro abrazo. Lo que, además de hacer que tu jornada del día siguiente se ponga cuesta arriba, es perjudicial para tu salud. Te contamos cómo poner fin a estos sudores nocturnos que tanto te incomodan y no te dejan dormir.
Los sudores nocturnos son, junto a los sofocos, el síntoma más característico de la perimenopausia. De hecho, como revela la Universidad de California Los Ángeles, hasta un 74% de las mujeres padece estos síntomas vasomotores durante su periodo de transición a la menopausia, síntomas que se alargan, de media, 7,4 años, según la Universidad Wake Forest.
La culpa la tienen las hormonas
La buena noticia, como explica la doctora Mackenzie Kranics, terapeuta especializada en salud hormonal, es que hay consejos muy sencillos para controlar y tratar estos sudores nocturnos. «Básicamente, usar ropa transpirable, evitar las comidas picantes y la cafeína, y practicar técnicas de relajación».
El cuerpo cuenta con distintos mecanismos para regular su temperatura y mantenerla constante. Si hace frío, se agita o tirita para calentarse; y si hace calor, suda para enfriarse, algo que también sucede en la perimenopausia y menopausia. Pero a partir de la perimenopausia hay una circunstancia añadida: la bajada de los niveles de estrógenos hace que el hipotálamo –el área del cerebro encargada de regular la temperatura corporal– no funcione bien. Lo que da como resultado, según ha mostrado la Universidad de Pittsburg, que la temperatura interna fluctúe y el cuerpo se sofoque y sude.
Baja el termostato de tu dormitorio
Así, lo primero que hay que hacer es controlar la temperatura mientras se duerme. Y no sólo en la perimenopausia. A todas las edades. Se recomienda que esta temperatura no llegue a los 22º C. Si hace demasiado calor en tu alcoba tu cuerpo se verá obligado a enfriarse mediante la transpiración, empapando tus sábanas de sudor. Lo mismo sucede con tus pijamas y ropa de cama, que si son demasiado gruesos elevarán la temperatura de tu cuerpo.
Como refiere Nick Fox, especialista en Nutrición y salud de la mujer, «para relajarte en tu lecho, mejor viste pijamas livianos, usa ropa de cama fresca y deja abierta una ventana para que entre aire fresco y te mantengas cómodo». O mejor aún, duerme completamente desnudo y sin compañía. Aquí dos son multitud. Si te cuesta mantener tu temperatura interna hasta el punto de que rompes a sudar, ¿no lo hará más difícil tener a tu lado otro cuerpo emanando calor?
Evita el alcohol, los picantes y el café… y el estrés
El alcohol no ayuda a dormir y, además, actúa como un vasodilatador, lo que aumenta, según la Universidad Sungkyunkwan de Seúl, el riesgo de sudores nocturnos. Y es que dado que los vasos sanguíneos están más abiertos, la sangre fluye más rápido, distribuyendo el calor y causando sofocos. Así que, como apunta Nick Fox, «nada de alcohol en las horas previas a irse a la cama. De igual modo hay que tener cuidado con lo que se ingiere, pues los alimentos picantes y la cafeína también desencadenan sudores nocturnos».
El ejercicio físico y la alimentación sana y equilibrada son la clave para una vida saludable. También para evitar despertarse bañado en sudor y tener un sueño reparador. Nick Fox indica que «los ácidos grasos omega-3 que se encuentran –entre otros alimentos– en el salmón y los frutos secos tienen el poder de reducir la inflamación y controlar los sudores nocturnos».
Tampoco ayudan el estrés y la ansiedad que te condenan a vivir noches agitadas. Para evitar que mermen tu merecido descanso, Nick Frost recomienda «la práctica de técnicas de respiración profunda, meditación o yoga». Y si después de seguir estos consejos sigues sufriendo estos excesos de transpiración y ya has alcanzado la menopausia, «quizás sea el momento de que consultes con tu médico la posibilidad de recibir terapia hormonal sustitutiva», que como han constatado infinidad de estudios, caso del de la Universidad de Adelaida, reduce la frecuencia e intensidad de los sofocos y los sudores nocturnos.
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