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Un masaje facial que no conecta con la paz y el amor propio

Rituales de belleza para calmar la mente y potenciar la salud y la belleza./ María Vilanova.

AUTOCUIDADO

El masaje facial que, además de rejuvenecer tu piel, potencia tu autoestima

Cuando hablamos de autoestima solemos olvidar la parte más placentera del proceso de llegar a querernos sin condiciones, esa que nos invita a mimarnos y a tratarnos como verdaderas diosas. ¿Te apuntas?

Por Mónica Heras

20 de junio de 2022 / 14:58

Conseguir mejorar nuestra vilipendiada autoestima, no es cosa fácil. Nos ofrecen millones de consejos de tres al cuarto en todos los formatos posibles: libros, cursos, y frases de consumo rápido en las redes sociales. Sin embargo, aprender a querernos y a aceptarnos pasa por un proceso largo y, en ocasiones, complejo. La buena noticia es que podemos acompañarlo de placenteras sesiones de, por ejemplo, un masaje facial… ¿sorprendida?

 Mariona Vilanova es una mujer con un objetivo claro: hacernos disfrutar a través de los rituales que ha creado y que nos invita a llevarnos a casa. Su trabajo es lo que sucede cuando una mujer con una elevada sensibilidad y sentido de la belleza, se empeña en darnos ese espacio de autocuidado que todas necesitamos.

Según sus propias palabras, sus masajes faciales son tratamientos estéticos y terapéuticos al mismo tiempo y nacen de su visión integrativa del ser humano. «Aprendí dese muy temprana edad que trabajar en la energía de nuestro cuerpo, puede traer cambios tangibles muy potentes en la forma en que nos sentimos.»

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Mariona Vilanova: cuando un masaje facial se convierte en una forma de expresión

Después de estudiar  moda y luego una ingeniería, Mariona se dio cuenta de que algo le faltaba algo, lo sentía superficial y vacío. Fue entonces que tuvo claro que quería crear algo que uniera la salud y la belleza.

Nos cuenta que caminaba por la Gran Vía de Barcelona, después  de asistir a su primera clase de masaje facial japonés: «era otoño y lloraba de alegría por haber descubierto algo que me hacía bailar las manos sobre un rostro de manera rítmica y delicada: Un mágico masaje que juntaba  la belleza y la salud. Y que relajaba, subía la autoestima, y era un regalo para los sentidos. Era el masaje facial Kobido.»

En este momento se despertó en mí una curiosa sed que me ha hecho aprender muchas otras técnicas de masaje facial, a utilizar herramientas de estimulación, a entenderlas y admirarlas, a re-diseñarlas con otros materiales nobles, a llamarlas “joyas de tocador”, a mezclar y crear cosas nuevas, y a cultivar esa disciplina tan bella que es el autocuidado.

«Y esta sed aún me acompaña, y se mezcla con  intuición,  práctica  y aprendizaje, y va creando un camino apasionante, generoso, y divertido.» Mariona Vilanova.

Te denominas facialista. ¿Qué es esto?

Ser facialista es cultivar la flor del cuerpo, que es el rostro. Se entiende muy bien de ésta manera porqué cuando cultivas una flor, para poder embellecerla hay que cuidar toda la planta, que es el cuerpo. Se trata de una disciplina que, mediante masaje facial, y otras técnicas que inducen al bienestar general, se logra obtener un equilibrio en la piel que se traduce en belleza. Todo lo que le pasa a nuestra piel no es algo con nuestra piel, sino con nuestro el cuerpo.

La importancia de la energía en el bienestar

Mariona siempre habla de cómo un buen manejo de la energía es capaz de mejorar nuestra salud, estado de ánimo y vida en general, y queremos saber cómo lo ha integrado a su trabajo.

Nos confirma que todo malestar físico empieza siempre en nuestro campo energético. En Medicina Tradicional China, se llama Chi, que es la energía vital. Cuidar éste campo es imprescindible para estar bien y no enfermar. Cuando tenemos una energía sana, estamos radiantes.

Solo tratar con las manos un rostro, ya es sinónimo de cuidar. Esta energía tiene un impacto directo, armonizando a quien lo recibe. También se puede completar con cristales, aromaterapia, reflexoterapia y sonidos curativos para equilibrar.

Masaje facial y cultura de tocador

La facialista habla de promover la «cultura de tocador», un momento de contemplación. Se trata de sentarse, observarse, hacer movimientos armónicos y respirar bien. Es intrínseco en el ser humano, la contemplación, y en nuestro mundo capitalista no existe lugar para eso. Es alimento para el alma: una meditación en movimiento.

A parte de armonizar y ordenar nuestros pensamientos, actúa como un potente anti estrés y hace que los beneficios del masaje sean mucho más potentes. Hacer el automasaje de pie y en el baño no es tan efectivo.

Mariona Vilanova y sus «joyas de tocador»

Una vez desarrollada la técnica, Mariona tuvo la necesidad personalizar herramientas que ya existen. «Les cambio los materiales o las fusiono en una para que se adapten a mi forma de trabajar en cabina.»

Empezó con The Lifting Cup, creando una ventosa para masaje facial hecha a mano de cerámica, un material fascinante para trabajar la piel. Luego empezó a enseñarles a sus clientas cómo utilizarlas en casa para poder mantener el efecto de los faciales, y tuvo tanto éxito, que decidió crear la marca.

El masaje facial que te transforma física y emocionalmente

Movilizar es la clave para envejecer de manera vital y radiante. Mariona lo hace mediante un trabajo que cambia la expresión del rostro y la calidad de la piel y que es altamente preventivo. «Además, entras en un estado de relajación que se traduce en un bienestar físico y emocional que te cambia el humor.»

Define sus rituales como «artesanía pura». 60 o 90 minutos focalizados en:

  • Relajar los espasmos musculares.
  • Movilizar el tejido conectivo para despegar las adhesiones que crean las arrugas.
  • Activar con suave masaje el sistema linfático, para detoxificar la piel y desinflamar el rostro.
  • Activar la circulación sanguínea para promover la formación de colágeno.

Próximamente…

Le preguntamos a la facialista cuáles son las novedades en las que está trabajando y son de lo más apetecibles. Se viene uno de sus retiros de belleza junto a Alegra Elmann, instructora de pilates, y Green Mama, chef de comida saludable. «Solemos hacer 2 al año y tienen mucho éxito, es una especie de escuela de belleza con talleres, clases, comida exquisita… siempre partiendo de localizaciones de lujo, delante del mar. El último que hicimos fue en Tulum, México.»

Está a punto de relanzar ‘The Aura Wand’, una joya de tocador de bronce y madera, hecha en colaboración con la artista Valeria Vasi, que se agotó a los pocos días de lanzar la primera edición. Además, está preparando un nuevo producto digital: «masaje facial diario «LIFT». La versión en automasaje de su best seller en cabina.

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