
Éramos pocos y llegó el cortisol y el estrés social. Cuidar de personas dependientes o tener una malas condiciones laborales pueden alterar la función ovárica de manera importante. FOTO: Al borde (Netflix).
NO TODO IBAN A SER ESTRÓGENOS
Todo lo que más allá de los ovarios puede adelantar la menopausia: de la precariedad laboral al cuidado de los padres mayores
Existen otros factores que pueden acelerar el fin de la regla. Porque la salud hormonal también refleja cómo hemos vivido: el estrés, la estabilidad, el descanso, el apoyo social y las oportunidades.
8 DE DICIEMBRE DE 2025 / 08:00
En la vida damos muchas cosas por sentado. Como que la menopausia no llega hasta que se cumplen los 50… «¿Tú?¡Pero si eres jovencísima!», se le sigue diciendo a quienes cuentan sin reparos que, a pesar de tener cuarenta y pocos, están a las puertas de esta etapa. Lo cierto es que si nos atenemos a las cifras medias, el cese definitivo de la menstruación se sitúa, precisamente, alrededor de los 50. En nuestro país, en concreto, a los 51. Y se considera un proceso normal —hablamos otra vez de estándares— cuando sucede entre los 45 y los 55.
Ahora bien, cada vez hay más mujeres que entran antes en esta fase. Cabe, por tanto pensar, si existen factores que puedan adelantar la menopausia…
¿Pueden los factores ambientales adelantarla?
«Solemos pensar en la menopausia como un proceso estrictamente biológico. La realidad es que las condiciones en las que cuidas o vives tu vida influyen en la edad a la que aparece», explica la doctora Marta Sánchez-Dehesa, ginecóloga especialista en menopausia.
Sospechábamos que una mala alimentación, la falta de descanso o el sedentarismo extremo podían influir en cómo transitar por la perimenopausia y la menopausia. Recientes estudios apuntan también a otros aspectos más inesperados, como la precariedad laboral, el tener personas a cargo o el estrés postraumático- influyen hasta el punto de adelantar su llegada entre uno y dos años.
A mayor precariedad, menos estrógenos
No es difícil intuir que quienes sufren dificultades para llegar a fin de mes, trabajan en condiciones precarias o viven en entornos socioeconómicos vulnerables pueden tener las cosas más complicadas. Además, la ciencia está empezando a detectar que si esas personas son mujeres, las consecuencias van más allá. Hasta el punto de poder adelantar la menopausia. Sánchez-Dehesa confirma que cada vez más estudios «demuestran que la entrada en el climaterio no viene determinada solo por los ovarios. El entorno o la situación social y financiera también importan».
De hecho, señala investigaciones de grandes cohortes, como el famoso Study of Women’s Health Across the Nation (SWAN), dedicado precisamente a analizar la influencia del entorno sobre la salud femenina a partir de los 40. Este informe relaciona la precariedad laboral, la falta de descanso crónica y la ansiedad social con una menopausia más temprana.
Recientemente, otro estudio, realizado por la escuela de salud de Harvard, sugiere que las mujeres que residen en barrios vulnerables en los 10 años previos al periodo de perimenopausia presentan un mayor riesgo de experimentar una menopausia natural temprana. Es decir, antes de la famosa frontera de los 45 años.
El peso de los cuidados
Según el I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados, casi el 65% de las personas que se dedican a cuidar de familiares —hablamos de padres mayores, familiares dependientes — son mujeres. Y su edad media, los 49 años. Otro dato importante: el 76% de ellas afirma haber tenido que restar tiempo de otras actividades para dedicarse a esta tarea. Es decir, estamos ante una situación que altera el ya de por sí complicado equilibrio entre trabajo, conciliación, cambios hormonales, cuidado personal….
No es de extrañar que, como señala la ginecóloga, «también se ha visto que enfrentarse a cargas de cuidado elevadas puede relacionarse con una menopausia más temprana».
Y no solo eso. También llevarán peor el climaterio. Un estudio liderado por la doctora Ekta Kapoor, de la Clínica Mayo, asegura que las cuidadoras se enfrentan a un riesgo casi doble de sufrir síntomas graves durante la menopausia. Especialmente si esta tarea ocupa más de 15 horas a la semana.
El cortisol, la otra hormona en discordia
Detrás de todos estos aspectos que pueden adelantar la llegada de la menopausia se encuentra un factor común: el estrés. Aquí entra en juego otra hormona: el cortisol. «Todas estas circunstancias alteran el equilibrio hormonal. De modo que las señales del cerebro que regulan la función ovárica no se realizan de una forma adecuada», explica la doctora. Y añade, «cuando el estrés se mantiene durante mucho tiempo, aumenta el cortisol y se modifica la señalización del eje hipotálamo–hipófisis–ovario. En definitiva, esto puede llegar a acelerar la pérdida de función ovárica normal».
Sin embargo, Marta Sánchez-Dehesa advierte que «esto no quiere decir, ni mucho menos, que sea algo psicológico. Ni algo que una mujer pueda controlar o que tenga que ver con su fuerza de voluntad». Pone el foco en que la menopausia es, en realidad, «una interacción compleja entre hormonas, sistema nervioso, salud emocional y circunstancias de vida».
Que su llegada se adelante o, incluso, se retrase puede parecer cuestión de suerte… Pero lo que sí se puede hacer es poner de nuestra parte —con alimentación, ejercicio, hábitos saludables…— para que el cuerpo transite por esta etapa de la manera más saludable y tranquila posible.
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