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Trabajar la seguridad en uno mismo es básico para tratar la dimensión emocional de la psoriasis. FOTO: Pexels/ ©Yankrukov.

CUERPO

Psoriasis y ansiedad social: cómo tratar esta enfermedad de la piel para relacionarse sin complejos

Que se confunda con caspa, que moleste al hacer deporte o genere complejos en las relaciones de pareja. Son algunas de las formas en que la psoriasis afecta a la autoestima. Así pueden abordarse.

Por Carol López

29 DE OCTUBRE DE 2024 / 07:47

Parches rugosos y descamación en la piel, inflamación, enrojecimiento. Y picor, mucho picor. La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica de la piel que se manifiesta sobre todo en las articulaciones (codos, rodillas…), el tronco y el cuero cabelludo. Tiene un importante componente genético y hereditario, aunque en su aparición también influyen factores ambientales como infecciones previas, estrés emocional o la toma de determinados medicamentos.

Aunque es una enfermedad benigna, la psoriasis puede tener un grave impacto en la calidad de vida de quienes la padecen y causar baja autoestima, ansiedad, estrés, aislamiento social y, en los casos más graves, incluso depresión.

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Complejos desde la infancia y adolescencia

“Por ser una enfermedad crónica, la psoriasis tiene un alto impacto en el estrés y la salud emocional”, dice Cristina Martínez Morán, jefa de servicio de Dermatología del Hospital de la Luz. “Es una enfermedad que en ocasiones debuta en edades tempranas como la infancia o la adolescencia, y esto hace que pueda impactar de forma grave en el desarrollo emocional de las personas que la padecen”, explica.

Precisamente en esta estrecha conexión con la salud emocional radica una de las claves para el abordaje de la psoriasis. Hay estudios que se inclinan por la tesis de que son la ansiedad y el estrés los que provocan los brotes, mientras que otros mantienen que es la psoriasis la que desencadena ansiedad y estrés.

Psoriasis, una enfermedad que todos pueden ver

“De la relación causa-efecto entre psoriasis y ansiedad sabemos que las enfermedades crónicas se exacerban en épocas en las que los pacientes están sometidos a más estrés laboral o emocional”, dice la dermatóloga. “De igual forma, la propia enfermedad puede agravar el estrés. Y más en el caso de una patología con síntomas tan visibles para el resto de la gente, lo que puede generar gran inseguridad entre quienes la sufren”, dice Martínez Morán.

Es el caso de Mercedes López, que tiene psoriasis desde los ocho o nueve años. “Habitualmente tengo las placas de psoriasis muy localizadas en codos y rodillas, pero –y es algo que me pasa desde pequeña– cuando estoy especialmente nerviosa los brotes surgen también en el abdomen, el costado o incluso el cuero cabelludo. Cuando estudiaba Arquitectura en la universidad, recuerdo que en épocas de exámenes los brotes eran especialmente intensos”, recuerda. Ahora, de adulta, la pauta se mantiene invariable: “Cuando atravieso cualquier etapa especialmente complicada a nivel doméstico o familiar, o cuando tengo una entrega de trabajo me lleno de costras”, dice la arquitecta. Hay periodos en que la enfermedad remite, y momentos de recaída en que el picor se acentúa y las placas vuelven a brotar con fuerza.

El temor a que parezca lo que no es

En lo relativo a la autoestima, la joven reconoce que nunca le ha afectado el hecho en sí de tener una enfermedad de la piel visible, pero sí el que se confundiera con otras cosas. “Cuando era más joven, recuerdo que me agobiaban especialmente los brotes de psoriasis en el cuero cabelludo, porque al descamarse dejaban mi pelo lleno de partículas blancas que parecían de caspa. Eso sí que me agobiaba, que pudiera dar la sensación de que no me había lavado el pelo. Me hacía sentir insegura al relacionarme con los demás”.

La enfermedad también merma especialmente la confianza de afectados que la padecen en las manos, una zona menos habitual pero muy expuesta en nuestras relaciones interpersonales. “Llevar guantes todo el día, incluso para trabajar, es el remedio al que acaba recurriendo mucha gente que tiene psoriasis en las manos. Tanto para que no se les vean las manos enrojecidas, peladas y llenas de costras como para mitigar la inercia de estar rascándose constantemente”, dice Mercedes López.

Ropa, ocio, deporte, pareja… Todas las caras de la psoriasis

Estos problemas para realizar actividades en el día a día afectan especialmente a los pacientes de edades comprendidas entre los 15 y los 35 años. Muchos declaran tener dificultades a la hora de elegir ropa o zapatos, no sólo por las rozaduras o molestias de las prendas sobre la piel afectada, sino por la obsesión de encontrar ropa que oculte completamente las lesiones. Las complicaciones al practicar deporte (por la angustia que provoca la idea de dar grima a los demás en el gimnasio) o la inseguridad sobre la propia imagen que acaba afectando a las relaciones de pareja o sexuales son otros de los complejos frecuentes derivados de la psoriasis visible.

Meditación, yoga y un dermatólogo en quien confiar

A la hora de manejar el aspecto psicológico negativo de esta enfermedad visible de la piel, Cristina Martínez Morán recomienda «actividades que refuercen la autoestima, como la meditación o el yoga, que ayuden a encontrarse bien con uno mismo”. También es importante dar con un profesional con el que se establezca una buena alianza terapéutica. “Es importante dar con un médico que genere confianza y que explique de forma clara las opciones terapéuticas, sus efectos secundarios… Que el paciente sepa qué puede esperar de cada tratamiento (desde los fármacos tópicos a los sistémicos tradicionales o los biológicos, que son lo más novedoso) y hasta dónde puede llegar realmente en la mejoría de sus síntomas”, dice.

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“En la mano del paciente está también ser el dueño de la evolución de la enfermedad, siempre guiado por alguien que se lo explique de manera adecuada”, añade la dermatóloga. “Hoy en día la psoriasis se controla de forma maravillosa con medicación. Sólo hace falta que el paciente sea capaz de saber qué puede esperar realmente del tratamiento en su caso en concreto, en función del tipo de psoriasis que tenga y de su extensión”. Y trabajar la autoestima y la confianza con herramientas mente-cuerpo. Porque sentirse bien ayuda a verse bien.

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