
Los síntomas de los cinco virus de la quintudemia son muy similares. FOTO: Pexels.
CUERPO
Qué es la quintudemia y por qué se ha producido esta coincidencia de virus
Cinco virus respiratorios se están propagando por España. Pero, en realidad, no es nada diferente de lo que ocurre cada año.
Por María Corisco
03 DE FEBRERO DE 2025 / 07:30
Es fácil que en los últimos días hayas oído hablar en tu entorno de gripes, catarros y resfriados. Y puede que también hayas escuchado una palabra, quintudemia, con la que se alude a esta aparente acumulación de problemas respiratorios y que sugiere una epidemia vírica diferente a la habitual de todos los inviernos. Pero ¿es realmente algo atípico? ¿En qué consiste la quintudemia?
Lo primero que habría que aclarar es que no se trata de un término médico, y no se utiliza tampoco en el ámbito epidemiológico. Pero, eso sí, ha hecho fortuna, se ha popularizado y hoy la palabra quintudemia está en boca de todos. Como explica el doctor Alberto Kramer, especialista en medicina familiar y comunitaria y coordinador del Grupo de Trabajo de Urgencias (SEMERGEN), «este término hace referencia a la circulación simultánea de cinco virus respiratorios principales, que podría generar un impacto significativo en la salud pública, especialmente durante la temporada de otoño e invierno».


Estos virus serían los siguientes:
- Virus de la gripe A/B (influenza): produce fiebre alta, dolores musculares y síntomas respiratorios como tos.
- Virus respiratorio sincitial (VRS): afecta principalmente a niños pequeños y adultos mayores, causando bronquiolitis o neumonía.
- SARS-CoV-2 (COVID-19): con síntomas que van desde un resfriado común hasta cuadros graves de insuficiencia respiratoria en población de riesgo.
- Rinovirus: causa principal del resfriado común, con síntomas leves pero molestos como congestión nasal y estornudos.
- Adenovirus: relacionado con infecciones respiratorias que pueden incluir fiebre, tos y dolor de garganta.
La creación de este término podría dar a entender que se está viviendo una situación inusual, un fenómeno poco frecuente. Pero el doctor Kramer apunta que «enero ha empezado fuerte, pero no dista de lo vivido en años anteriores, de modo que no hay motivo para que cunda el pánico». Y el doctor Francisco Sanz, secretario del Comité Ejecutivo del Área de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), también señala que «la coexistencia de varios virus es algo habitual en la temporada de invierno. Por otra parte, es poco frecuente que todos los virus infecten a la vez a un paciente, y cuando sucede una infección simultánea, denominada coinfección, no suele ser de más de dos virus a la vez«. En este sentido, el doctor Kramer añade que, «en el caso de que una persona se infecte con varios virus al mismo tiempo, el impacto en el cuerpo puede ser mayor, con síntomas más graves y mayor riesgo de complicaciones».
En invierno, añade el doctor Sanz, «los virus respiratorios (gripe A, B, VRS, COVID) circulan con mayor frecuencia porque las temperaturas bajas producen una cierta alteración de las defensas locales del pulmón. Esto, unido a una mayor convivencia en espacios cerrados y menos ventilación, hace que se favorezca la infección por virus. Por otra parte, ahora se está detectando también la circulación de norovirus, que es un virus intestinal que causa diarrea autolimitada».
¿Qué es lo que tengo yo?
Dentro de que la situación no sea atípica para esta temporada, lo que sí es cierto es que la coexistencia de varios virus puede dificultar el diagnóstico. Según explica el doctor Kramer, «los síntomas entre los distintos virus pueden ser muy parecidos y ello supone un reto para el profesional. La gripe, el COVID-19 y el virus respiratorio sincitial (VRS), por ejemplo, comparten síntomas como fiebre, tos y congestión nasal, lo que puede dificultar su diferenciación. Sin embargo, la pérdida del gusto o el olfato es más característica del COVID-19. El VRS suele afectar más a niños pequeños y puede presentar sibilancias».
Aun cuando pueda parecer que este es el momento de mayor expansión, los expertos apuntan que aún no se ha llegado al pico. Así, el doctor Sanz señala que «la circulación de estos virus suele ser secuencial: actualmente hay poca detección de SARS-CoV-2, está disminuyendo la incidencia de VRS y aumentando la de la gripe. Esta mayor incidencia continuará durante al menos 3-4 semanas. La detección de norovirus no supone actualmente un problema de Salud Pública».
Con respecto al pico de incidencia de la gripe, el doctor Kramer advierte que, «según las proyecciones actuales, se espera que, en España, ocurra a finales de enero, principios de febrero. Los servicios de urgencias ya están experimentando una alta demanda y se mantienen expectantes ante este incremento. Es fundamental mantener las medidas de prevención para mitigar la propagación del virus: ventilar salas aglomeradas, distancia de seguridad prudente si padecemos síntomas, utilizar pañuelos desechables, mascarilla y lavado continuo de manos con gel hidroalcohólico».
Con respecto al protagonismo que está teniendo este año la gripe, el doctor Kramer explica que se debe, en parte, «a una disminución en las tasas de vacunación. El llamado cansancio pandémico ha llevado a que muchas personas opten por no vacunarse contra la gripe, lo que ha resultado en una menor inmunidad colectiva y un aumento en los casos. Otro factor clave ha sido el retraso de la llegada del frío del inverno y, claro está, el periodo vacacional navideño y las reuniones en espacios cerrados han conllevado la expansión de los virus. Pero, en realidad, no es nada nuevo».
Quiénes están en mayor riesgo
Las personas más vulnerables a sufrir complicaciones, continúa el doctor Kramer, serían las siguientes: «Los mayores de 65 años, los niños menores de 5 años, las mujeres embarazadas y aquellas personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas o pulmonares, o con sistemas inmunitarios debilitados».
Y, con respecto a la prevención, el doctor Sanz asegura que la mejor medida es «la vacunación antigripal, que reduce la posibilidad de que el paciente adquiera la infección o que, si la adquiere su curso sea más leve. Este fenómeno es similar con la vacunación frente a la COVID-19. Por otra parte, el uso de mascarillas también es una buena medida, sobre todo si una persona tiene síntomas de infección respiratoria, o para la protección de los pacientes con enfermedades crónicas cardiorrespiratorias».
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