José Hernández Poveda, neurocirujano: «Las sirtuinas son el motor de tu cuerpo que se encarga de hacerte más joven»

El envejecimiento, ese proceso inevitable que inquieta e intriga a partes iguales, poco a poco está dejando de ser un completo misterio gracias a los avances científicos. Entre los protagonistas de este fascinante rompecabezas se encuentran las sirtuinas, a las que se conoce popularmente como las guardianas de la juventud. Estas proteínas podrían contener las claves para entender cómo y por qué se envejece, y su papel en la protección y reparación de las células está revolucionando la forma de ver la longevidad, ofreciendo pistas sobre cómo cuidar mejor el cuerpo y, quizás, ralentizar el paso del tiempo.

Las sirtuinas, explica el doctor José Hernández Poveda, neurocirujano y fundador de Age Reversal, “son un grupo de 7 proteínas que se encargan, entre otras, cosas de mantener y reparar el ADN y el epigenoma. Se activan de manera natural cuando nuestras células detectan una señal de estrés molecular, como puede ser un disminución sostenida de los niveles de glucosa, el ejercicio físico intenso o la exposición a temperaturas extremas”.

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Se las conoce como guardianas de la juventud porque están relacionadas con varios procesos asociados a la longevidad y al envejecimiento saludable:

• Protección del ADN y prevención de daños. Ayudan a reparar el daño en el ADN, que se acumula con la edad y es una de las principales causas del envejecimiento celular.
• Regulación del metabolismo. Influyen en la conversión eficiente de nutrientes en energía, especialmente durante períodos de restricción calórica o ayuno. Este estado de ahorro parece estar relacionado con una mayor longevidad en organismos como levaduras y mamíferos.
• Mantenimiento de las mitocondrias. Las mitocondrias, que son las centrales energéticas de las células, tienden a deteriorarse con el tiempo. Las sirtuinas favorecen su función y calidad, retrasando el declive energético asociado con el envejecimiento.
• Reducción del estrés oxidativo e inflamación. Mitigan el daño causado por los radicales libres y reducen la inflamación crónica, factores importantes en enfermedades relacionadas con el envejecimiento.

El combustible de las sirtuinas

Estas proteínas no trabajan solas, continúa el experto: “Para funcionar adecuadamente, necesitan de una molécula llamada NAD+. Si las sirtuinas son un motor que se encarga de hacerte más joven, el NAD+ es el combustible que necesita para funcionar”.

Pero el problema es que los niveles de NAD+ disminuyen progresivamente a medida que envejecemos: “La cantidad de NAD+ disponible disminuye un 50% cada 20 años; esto quiere decir que a los 60 años tenemos sólo un 25% de los niveles de NAD+ necesarios para activar a las sirtuinas. Este es uno de los motivos por los que, cuanto más mayores somos, más rápido envejecemos: las sirtuinas se quedan sin combustible para mantenernos jóvenes”.

La buena noticia es que el descubrimiento de este mecanismo abre una ventana para tratar el envejecimiento. Las investigaciones se han centrado tanto en potenciar el NAD+  (llenar el depósito de gasolina como en activar las sirtuinas (aumentar el tamaño del motor), como medios para  reparar el daño acumulado por el efecto del envejecimiento.

Con respecto a los activadores de sirtuinas, “el primero que surgió fue el resveratrol, que parecía tener un efecto prometedor en ratones; no obstante, esos beneficios nunca se observaron en humanos, por lo que actualmente considero que no tiene utilidad”. En cuanto a los potenciadores de NAD, hay evidencia concluyente de que su utilización como suplementos aumenta la concentración de NAD intracelular, por lo tanto hay más NAD disponible para las sirtuinas. Lo que no está demostrado aún, y está en proceso de investigación, es si esto se traduce en un aumento en longevidad y salud. Pero sospechamos que es así, e incluso que podría tener un efecto en la reparación del epigenoma y por tanto para enlentecer el envejecimiento».

Y tú, ¿qué puedes hacer?

Más allá de las investigaciones y las terapias farmacológicas, “hay medidas de estilo de vida que afectan la expresión de las sirtuinas: principalmente la restricción calórica, el ayuno intermitente y el ejercicio físico de fuerza”.

• Restricción calórica. Se trata de reducir la ingesta calórica diaria sin desnutrición. Se ha demostrado que la restricción calórica activa las sirtuinas, especialmente SIRT1, al promover un estado metabólico que favorece la eficiencia energética y la reparación celular.
• Ayuno intermitente. Consiste en alternar periodos de ayuno con periodos de alimentación. El ayuno intermitente simula algunos efectos de la restricción calórica, aumentando la actividad de las sirtuinas al cambiar el metabolismo hacia la quema de grasas y la regeneración celular.
• Ejercicio físico regular. Cualquier actividad que implique movimiento físico y esfuerzo, preferiblemente el ejercicio de fuerza. Aumenta la actividad de las sirtuinas, especialmente en el músculo esquelético, ayudando en la regulación metabólica y la reparación de tejidos.