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PSICOLOGÍA
¿Sabes cómo funciona la adicción a la comida?
Ciertos alimentos tiene un efecto en el cerebro muy parecido al que provocan las drogas. Hablamos de la sal, el azúcar y las grasas, presentes en grandes cantidades en los ultraprocesados, ¿casualidad?
Por Mónica Heras
10 DE ABRIL DE 2022 / 08:01
Todos tenemos antojos, incluso hay algún alimento del que nos es casi imposible prescindir. Esto no es producto de la casualidad, sino de un baile que sucede en nuestro cerebro y en el que intervienen las hormonas, que son capaces de reaccionar cuando entran en escena las grasas, el azúcar o la sal. ¿Es posible que esta mezcla provoque adicción a la comida?
La respuesta no es sencilla. En parte, porque la comunidad científica no termina de ponerse de acuerdo en valorar qué es una adicción, puesto que los síntomas no son iguales para todas las sustancias. Además, en el caso de la comida, entran en juego factores psicológicos, biológicos y de comportamiento, lo que dificulta aún más el diagnóstico.
Entonces, ¿las sustancia provocan adicción o lo hace nuestro cerebro? En realidad todo sucede en el cerebro, que reacciona de forma automática por la repetición de ingerir cierto alimento. Paralelamente, encuentra una motivación al hacerlo, o lo que es lo mismo, un chute de dopamina, ese neurotransmisor asociado al placer.
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Adicción a la comida y TCA
La adicción a la comida no está considerada como una enfermedad psiquiátrica dentro del ‘Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales’ (DSM-5), como sucede con los Trastornos de la Conducta Alimenticia (TCA). Sin embargo, sí que comparten algunos rasgos, especialmente con el Trastorno por atracón o la bulima.
Conviene tener presente que hay grandes diferencias, lo que la ubica en otro espectro, como nos explica Cristina Barrous, técnico en nutrición y coach nutricional, especializada en alimentación saludable y en medicina integrativa.
«Todos los Trastornos de la Conducta Alimentaria responden a una necesidad de controlar, absolutamente todos. Se convierten en trastorno cuando nos limita, cuando dejo de salir por controlar, cuando como por controlar, cuando vomito por controlar. La adicción a la comida no es un TCA. Precisamente las adicciones lo que hacen es que nos controlan, empezamos a hacer cosas que no responden a una decisión; todo lo contrario que un TCA».
Así funciona el cerebro con la adicción a la comida
Ahora ya sabemos que después de repetir una y otra vez una determinada acción, el cerebro construye redes neuronales grandes, fuertes, como si de una carretera se tratase, lo que hace que llevemos a cabo determinados comportamientos de forma casi automática.
A la repetición se le une la reacción del núcleo accumbens de nuestro cerebro, una de las partes centrales cuando hablamos de mecanismos de recompensa y que es determinante a la hora de que nuestra voluntad se transforme en acción, llevando a cabo conductas relacionadas con la búsqueda del placer.
¿Qué sucede entonces con la comida? En este estudio realizado por K. Garber, Andrea; H. Lustig, Robert, se demostró que el azúcar es capaz de hacer reaccionar a nuestro cerebro de la misma forma que lo hacen la drogas, llegando a transformar, incluso, algunos genes.
¿Por qué nos volvemos adictos?
Las investigaciones han demostrado que el origen de cualquier adicción está en traumas psicológicos, abusos, estrés, etc. El adicto busca huir de aquello que le provoca dolor. La sustancia que es capaz de provocar un enganche en sí, no es determinante.
Esto lo explica de manera magistral el pianista James Rhodes en su libro ‘Instrumental’, a través de su crudo relato acerca de su infancia trágica marcada por los abusos sexuales. Para él, la música se convirtió en un mecanismo de supervivencia y esto lo podemos aplicar a la comida, las drogas o, incluso, el deporte.
Al final, comer de manera compulsiva, es la manera que algunas personas tienen de hacerle frente al dolor, la ansiedad, la depresión o el estrés. Ten en cuenta que los azúcares provocan que bajen los niveles de cortisol y que suban los de la dopamina, algo muy similar a lo que ocurre con los opiáceos.
Michael Moss, Premio Pulitzer, lleva años siguiendo a la industria alimenticia y ha escrito ‘Salt Sugar Fat: Adictos a la comida basura’ y recientemente ‘Hooked’, donde habla de cómo nos tienen secuestrado nuestro sistema de recompensa.
“Llevo desde hace diez años investigando las cloacas de la industria de los alimentos procesados y aún me impresiona el grado de retorcimiento de su estrategia para aprovecharse no sólo de nuestros instintos básicos, sino también del esfuerzo que hacemos para tomar las riendas de nuestros hábitos», comenta el experto.
¿Soy adicto a la comida?
Ya tenemos claro que la industria de la alimentación nos ofrece alimentos cargados de sustancias que provocan una reacción en nuestro cerebro, especialmente en el sistema de recompensa. Por otro lado, parece que las vivencias traumáticas, el estrés o la ansiedad, también son determinantes para que se produzca en nosotros ese comportamiento adictivo.
Llegados a este punto, seguro te estás preguntando si podrías tener adicción a la comida, tanto como nosotros después de escribir este artículo. La Universidad de Yale, ha elaborado un test que debe ser llevado a cabo por un profesional para obtener un diagnóstico claro, pero puedes responderlo para ver en qué punto te encuentras.
La buena noticia es que se puede salir, como de cualquier adicción. Lo primero es saber si estás teniendo este tipo de comportamientos, por lo que puede que el test mencionado anteriormente te sea útil. Después, debes buscar a un profesional médico y un nutricionista que te ayuden a adquirir nuevos hábitos. Te recomendamos a los profesionales del Centro Aleris, que tratan la mala relación con la comida desde el abordaje de la psiconutrición. Algunos consejos que pueden ayudarte si crees que tienes problemas en este sentido son:
- Hacer una lista de los alimentos que te provocan antojo, así tendrás claro dónde poner la atención y evitarás comprarlo.
- Elaborar un menú semanal y compra solo los ingredientes que vas a necesitar. Para esto el batch cooking va genial.
- Recordar los motivos por lo que quieres comer mejor. ¡Ponlos en la nevera!
- Y, sobre todo, pedir ayuda a un experto.
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