En noviembre los días se acortan, lo que hace que disminuya la exposición a la luz solar y altera nuestra producción de melatonina. Todo ello afecta a los biorritmos. FOTO: Getty Images.
Mente
Qué son los biorritmos, cómo funcionan y por qué te fallan siempre en noviembre
Los biorritmos regulan el sueño, la energía física, el estado de ánimo y la concentración. Los efectos del cambio de hora y el estrés prevacacional pueden alterarlos.
Por Sara Flamenco
22 DE NOVIEMBRE DE 2024 / 13:40
La llegada del otoño viene acompañada de un descenso en las horas de luz y una caída de las temperaturas. Esto puede hacer que te sientas más decaído, cansado y tengas dificultades para concentrarte o conciliar el sueño. Los cambios de humor estacionales son un trastorno muy común y tienen distintas causas, como la alteración de los biorritmos. «Los seres humanos somos criaturas rítmicas. Así como la Tierra sigue ciclos naturales, nuestro cuerpo también lo hace, lo que se conoce como biorritmos. Este término engloba los ciclos naturales que regulan nuestros estados físicos, emocionales y mentales», explica el doctor Andrés Feliú, de la Clínica Bonome.
Los biorritmos son una parte fundamental del bienestar general del ser humano, y noviembre parece ser el mes más desafiante para ellos. «Entender cómo funcionan y qué factores influyen en ellos nos permite tomar el control», anima el experto. En lugar de resignarse a un mes difícil, pueden adoptarse pequeñas estrategias para mantener el equilibrio y no sufrir los altibajos tan propios del otoño.
Qué son los biorritmos
Los biorritmos son ciclos biológicos internos que dictan cómo se comporta el organismo en diferentes momentos del día, de la semana o incluso el año. «Son relojes internos que nos ayudan a regular funciones tan importantes como el sueño, la energía física, el estado de ánimo, la concentración e incluso la salud inmunológica», aclara el doctor Feliú. Estos ciclos son personales y únicos para cada individuo, ya que se inician desde el nacimiento.
Los biorritmos están en parte controlados por el hipotálamo, una pequeña región del cerebro que regula los relojes internos de cada persona. «Nuestro entorno, incluyendo la luz natural, la temperatura y la alimentación, afecta a estos ciclos, haciendo que se sincronicen con las estaciones del año», explica el experto. Pero no sólo afectan los factores externos, ya que las hormonas también juegan un papel crucial en los biorritmos. La melatonina, que regula el sueño, y el cortisol, relacionado con la energía y el estrés, son particularmente sensibles a los cambios en la luz solar, que es más limitada en los meses de invierno.
Existen tres ciclos principales que pueden afectar al bienestar:
1. El ciclo físico (23 días): el experto asegura que «influye en la energía física, la resistencia y la fuerza muscular». En los días altos, el individuo se siente más fuerte y activo, mientras que en los días bajos es habitual sentir fatiga y vulnerabilidad física.
2. El ciclo emocional (28 días): «Afecta a nuestras emociones y sensibilidad», dice el Doctor. Los días positivos es fácil sentirse optimista y sociable, pero en los negativos es más normal sentirse susceptible y sensible.
3. El ciclo intelectual (33 días): el doctor Feliú dice que está «relacionado con nuestras capacidades cognitivas, como la concentración, la creatividad y la memoria». En sus picos, el individuo se siente mentalmente ágiles y en las fases bajas, la mente puede parecer más nublada.
Por qué fallan siempre en noviembre
Según explica el doctor Feliú, noviembre es un mes crítico para muchas personas en términos de biorritmos. El experto indica varias razones por las cuales ocurre esto:
1. Cambio de estación: noviembre es el mes de la transición entre el desapacible otoño y el frío invierno. Los días se acortan significativamente, lo que hace que disminuya la exposición a la luz solar. Esto provoca alteraciones en la producción de melatonina, aumentando la somnolencia y, en muchos casos, afectando el estado de ánimo. «Además, el cambio brusco de temperaturas puede influir en nuestra energía física», afirma Feliú.
2. Adaptación al cambio de horario: el cambio de horario fue el último fin de semana de octubre, por lo que noviembre implica un ajuste en los relojes internos. «Este cambio puede parecer menor, pero altera nuestros ritmos circadianos, los ciclos de 24 horas que gobiernan muchas funciones fisiológicas», indica. Para algunas personas, esta adaptación puede tardar semanas, generando una sensación de cansancio persistente y dificultades para conciliar el sueño.
3. Estrés prevacacional: a medida que se acerca el final de año, la presión y el estrés suelen aumentar. Las exigencias laborales, las preocupaciones económicas y las expectativas sociales de cara a las fiestas pueden afectar negativamente el ciclo emocional.
4. Menor actividad física: con la llegada del frío, la motivación para hacer ejercicio al aire libre disminuye. «La reducción de la actividad física, un factor clave para mantener el equilibrio en los biorritmos, puede contribuir a una sensación general de letargo y falta de energía», concluye el experto.
Para que regular los biorritmos y evitar los altibajos emocionales tan propios de esta época, el Dr. Andrés Feliú recomienda exponerse a la luz solar, que ayuda a regular la producción de melatonina y mejora el estado de ánimo; también propone mantener unos horarios constantes, tanto al irte a la cama como al despertarte, para estabilizar los ritmos circadianos; y, por supuesto, cuidar la alimentación y practicar ejercicio regular para mantener la energía y mejorar el estado emocional.
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