
Estudiar por la noche es otra estrategia para reforzar el aprendizaje. FOTO: Freepik.
MENTE
Qué es el efecto de espaciamiento y cómo puede ayudar a tu memoria
Si te preguntas por qué no tienes una buena retentiva y se te olvidan las cosas, puede que la clave esté en espaciar los tiempos de aprendizaje.
Por María Corisco
24 DE ENERO DE 2025 / 13:15
Todo el mundo se ha visto alguna vez pillado de tiempo para preparar un examen y se ha dado un atracón de última hora: un montón de información que el cerebro debe retener en un tiempo récord y que desaparece de la mente tan rápido como se aprendió. Puede ser una buena estrategia cuando solo se trata de superar una prueba y no consideras importante recordar lo estudiado, pero cuando se trata de fomentar la memoria a largo plazo y consolidar un aprendizaje, hay que buscar otras estrategias más efectivas.
Entre ellas se encuentra el efecto de espaciamiento, un fenómeno bien conocido en la neurociencia que se basa en que el cerebro retiene mejor la información cuando el aprendizaje se distribuye en intervalos espaciados, en lugar de concentrarse en sesiones intensivas y prolongadas. Y este fenómeno se explica por distintas razones neurobiológicas y psicológicas:


- Consolidación de la memoria. Cuando aprendes algo, el cerebro necesita tiempo para consolidar esa información; se trata de un proceso que ocurre principalmente durante el sueño o en los períodos de descanso. Por eso, si distribuyes el aprendizaje en sesiones espaciadas ayudas a que la memoria se refuerce varias veces a medida que la información se consolida repetidamente.
- Recuperación activa. Al espaciar el aprendizaje estás obligando al cerebro a recuperar la información en diferentes momentos, fortaleciendo las conexiones sinápticas asociadas a ese recuerdo. Mediante este proceso activas áreas del cerebro relacionadas con la memoria a largo plazo, como el hipocampo y la corteza prefrontal.
- Interferencia mínima. Los maratones intensivos tienden a saturar el cerebro con información nueva, y esto puede generar interferencia entre conceptos similares, de forma que terminas mezclándolos. El espaciamiento reduce este problema al dar tiempo para procesar cada conjunto de datos.
- Fatiga cognitiva. Aprender durante largos periodos puede provocar agotamiento mental, lo que afecta negativamente la capacidad de atención y retención. Es decir, tienes la cabeza como un bombo y ya no se te queda nada. Espaciando el aprendizaje, optimizas los períodos en que el cerebro está más receptivo.
Evidencia científica
Es algo a lo que los psicólogos y expertos en aprendizaje llevan tiempo dándole vueltas. Ya a finales del siglo XIX, el también filósoto Hermann Ebbinghaus fue el primero en estudiar de forma sistemática la memoria y el efecto de espaciamiento, demostrando que «las sesiones espaciadas permiten retener información por más tiempo en comparación con sesiones masivas».
Desde entonces, se han hecho distintas aproximaciones a este fenómeno. Por ejemplo, el psicólogo educativo John Sweller describió en su célebre teoría de la carga cognitiva cómo ir poco a poco, paso a paso, alivia el esfuerzo mental y optimiza el aprendizaje. Su propuesta es que «el cerebro tiene una capacidad limitada de memoria de trabajo para procesar información nueva. Si se recibe demasiada información de golpe, la memoria de trabajo se sobrecarga, dificultando el aprendizaje». El efecto de espaciamiento combate precisamente esto, ya que sugiere que distribuir el aprendizaje en varias sesiones a lo largo del tiempo mejora la retención.
Así puedes usar el efecto de espaciamiento
No es solo teoría: tú también puedes usar esta estrategia para mejorar la memoria y tu capacidad de retención a largo plazo.
- Escoge intervalos adecuados entre sesiones. La elección del intervalo entre sesiones es crucial y depende del tiempo total que deseas recordar la información. Los estudios sugieren que este intervalo debe ser entre el 10-20% del tiempo total que deseas que la información sea retenida. Por ejemplo, si necesitas recordar algo por un mes, repasa cada 3-6 días; si lo necesitas por un año, repasa cada 1-2 meses.
- Realiza repasos activos. La calidad del repaso importa más que la cantidad. Usa técnicas de aprendizaje activo, como pruebas de recuperación, en las que intentas recordar la información en lugar de leerla repetidamente, o las preguntas intercaladas, mezclando diferentes tipos de preguntas o temas en una sola sesión.
- Planifica las sesiones con flexibilidad. La idea es comenzar con intervalos cortos e ir aumentándolos progresivamente. Un ejemplo práctico lo tienes en el sistema de repetición espaciada de SuperMemo, que se basa en esta progresión incremental para maximizar la memoria.
- Prioriza la calidad sobre la cantidad. Evita sesiones intensivas y prolongadas (aprendizaje masivo) en favor de sesiones cortas y distribuidas. La duración ideal es de entre 20-40 minutos por sesión, con descansos para reducir la fatiga cognitiva.
- Aprovecha la consolidación durante el sueño. Se ha visto que el sueño es clave para reforzar los recuerdos adquiridos durante el aprendizaje. Por eso las sesiones previas a irte a dormir son más efectivas para consolidar la información en la memoria. Y, después, evita repasar inmediatamente después de despertar para dar tiempo a tu cerebro para procesar lo aprendido.
- Usa recordatorios multisensoriales. Otra herramienta para reforzar los recuerdos es integrar los diferentes sentidos. Así, se trata de usar diagramas, mapas mentales o colores para reforzar la memoria visual; repetir en voz alta o escuchar grabaciones para aprovechar la memoria auditiva, o escribir a mano
- Evalúa y ajusta tus intervalos. También se recomienda realizar ajustes según la dificultad del contenido: si el contenido es fácil, puedes aumentar los intervalos con mayor rapidez; si es difícil, redúcelos para asegurar un repaso más frecuente.
- Aprovecha la tecnología de repetición espaciada. Hoy tenemos herramientas digitales que calculan automáticamente los intervalos óptimos de repaso. Por ejemplo, Anki, que son flashcards con algoritmos de repetición espaciada, o SuperMemo, un software diseñado específicamente para maximizar el efecto de espaciamiento.
Resumen de un plan eficiente
Un enfoque que no solo mejora la retención, sino que también va a optimizar tu tiempo y evitar repasos innecesarios puede ser este:
- Aprende el contenido por primera vez.
- Repasa al día siguiente.
- Aumenta los intervalos progresivamente: 3 días, 1 semana, 2 semanas, 1 mes.
- Usa pruebas de recuperación y métodos activos.
- Repite el ciclo si el contenido es crítico.
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