Memoria de elefante: trucos de los opositores para recordar todo lo que estudian

No recuerdas dónde dejaste el coche la última vez que lo utilizaste, cómo se llamaba esa película que tanto te gustó o el nombre del restaurante de moda al que fuiste en vacaciones. Son lapsus normales, te dices, pero al mismo tiempo te preguntas qué pasaría si ahora tuvieras que volver a estudiar y memorizar textos. ¿Podrías hacerlo, u olvidarías todo lo aprendido unos días después? Es el reto al que se enfrentan los opositores, que deben almacenar cantidades ingentes de información y ser capaces de rescatarla en cualquier momento. ¿Cómo hacen para tener esa memoria de elefante?

“No creo que sea un talento, tampoco un don especial. Cuando hablamos de memoria, al igual que con todo en la vida, el esfuerzo es fundamental”. Lo dice Carlos Martínez, que hace 15 años aprobó las oposiciones a Notaría. Se esforzó, vaya que sí: “Fueron casi cuatro años en los que dediqué una media de ocho horas diarias”. Se dejó la pestañas, y en ese proceso señala que le ayudó mucho la memoria fotográfica, el grabarte en la mente cada folio que estudiaba como si fuera una foto, visualizando en qué parte estaba cada concepto”.

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Habla de hincar los codos y de memoria fotográfica. Marta Solana, inspectora de Hacienda, destaca además el papel machacón de la academia en la que se preparó “y el miedo a quedarte en blanco. Todavía sueño con que se me olvidan los artículos. Pero ejercitar tanto la memoria me ha ayudado a recordarlo ahora todo”.

Técnicas para no olvidar

Aunque no necesites aprenderte varios tochos de legislación, no hay duda de que trabajar tu memoria, y sobre todo entender y afianzar lo aprendido, es sumamente útil en tu vida cotidiana, por ejemplo cuando tienes que preparar una presentación o una exposición y no quieres que se te olvide nada. Descubre qué técnicas te pueden ayudar:

• Técnica de la repetición espaciada. Se trata de repasar la información en intervalos crecientes. Hay programas, como Anki o Quizlet, que se basan en esta técnica. La idea es que repasar el material al día siguiente, luego a la semana, y después cada mes refuerza la memoria a largo plazo.
• Técnica de Feynman. Consiste en explicar lo que has aprendido como si se lo explicaras a un niño. Si puedes hacerlo con claridad, significa que has entendido y memorizado bien el concepto. Esto te ayuda a detectar lagunas de conocimiento y fortalece la comprensión, para que no repitas como un papagayo sin saber qué estás diciendo.
• Mapas mentales. Utiliza diferentes colores, símbolos y diagramas visuales. Este tipo de mapas mentales ayuda a estructurar la información de forma visual y jerárquica, permitiendo asociar ideas y conectar conceptos.
• Técnica de la historia. Consiste en construir una historia asociando la información que deseas recordar a lugares familiares (como habitaciones de una casa). Así, por ejemplo, imagina que cada lugar o habitación contiene una parte de la información que debes recordar.
• Regla de los 5 minutos. Dedica 5 minutos de repaso antes y después de cada sesión de estudio. Esto refuerza lo aprendido antes y conecta el nuevo conocimiento con el anterior. En este breve tiempo puedes revisar puntos clave o preguntas difíciles.
• Haz resúmenes y esquemas. Es una técnica efectiva para refinar lo que verdaderamente importa, condensando la información y visualizándola de manera clara. No olvides usar palabras clave.
• Utiliza reglas mnemotécnicas. Te van a ayudar a recordar listas, conceptos o términos usando asociaciones sencillas (como acrónimos, canciones o frases). Por ejemplo, para recordar una lista de países puedes crear una historia con las primeras letras de cada país.
• Práctica activa (autoevaluaciones). Implica preguntarte sobre lo que has estudiado en lugar de releer pasivamente. Hacer tests, responder preguntas o escribir lo que recuerdas sin mirar los apuntes es muy eficaz. Ten en cuenta que crear exámenes simulados o hacer ejercicios prácticos ayuda a consolidar los conocimientos.

• Divide en bloques pequeños. Para mejorar la concentración y retención, haz descansos cortos, de cinco minutos, entre bloque y bloque de media hora. En ese tiempo, haz actividades que relajen tu mente, como caminar, beber agua o escuchar una canción que te guste.
• Asocia las materias a imágenes o emociones. Si asocias los conceptos que quieres memorizar a imágenes visuales o a emociones fuertes –graciosas, extrañas o impactantes–, los recordarás con mayor facilidad. Cuanto más vívida o inusual sea la asociación, mejor.
• Entrénate con otra persona. Intentar enseñar a otra persona lo que has aprendido obliga a estructurar la información y a comprenderla en profundidad, lo que facilita su memorización. Al hacerlo, te darás cuenta de las partes que no dominas bien y podrás reforzarlas.
• Usa apps y herramientas tecnológicas. Utiliza aplicaciones como Anki o Memrise para generar tarjetas de memoria (flashcards) y repasar información clave mediante repetición espaciada. También puedes usar grabaciones de voz para repasar mientras haces otras tareas, como caminar o cocinar.