Qué es la mente azul y cómo cultivarla para cambiar tu vida: «El contacto con el agua estimula nuevas ideas y pensamientos creativos»

En una sociedad que premia el trabajo duro y en el que la gran mayoría de las personas sufren estrés y sobrecarga de responsabilidades, los pequeños oasis de tranquilidad siempre son bienvenidos. Al cerrar los ojos e imaginar la paz mental, te transportas a un mar mecido por la brisa, en el que las olas azules generan un sonido arrullador y donde el aroma a salitre evoca sensaciones de paz y calma. Eso es, precisamente, de lo que habla el biólogo marino Wallace J. Nichols en su libro de largo título Blue Mind: La sorprendente ciencia que muestra cómo estar cerca, dentro, sobre o bajo el agua puede hacerte más feliz, más saludable, más conectado y mejor en lo que haces.

Este científico, que ha dedicado su vida al estudio del efecto del mar en los humanos, bautizó con el nombre de Blue Mind o mente azul a un estado meditativo caracterizado por la calma, paz, felicidad y satisfacción que nos inspira el agua. «El agua calma todo el ruido y te conecta con tus propios pensamientos y tu sentido de ser. Cuando te sumerges en el agua hay un cambio en tu conciencia, en la química de tu cerebro, que estimula nuevas ideas y pensamientos creativos», afirma este experto en su obra. Conozcamos los secretos de la mente azul.

La ciencia detrás de la mente azul

«El cuerpo humano es un 70% agua y depende de esta para sobrevivir. Cuando la ves o la escuchas, tu cerebro recibe la señal de que estás en el lugar adecuado», asegura Nichols en su libro. Desde el punto de vista de la neurociencia, Nichols afirma que la percepción sensorial de los entornos acuáticos (el sonido de las olas, la visión del agua y sus paisajes…) activan la producción de dopamina, serotonina y oxitocina, hormonas asociadas con el placer, la relajación y la calma. Estos químicos ayudan a aliviar el estrés y la ansiedad, proporcionando una sensación de calma que a menudo es difícil de encontrar en la vorágine del día a día.

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Para reforzar su tesis, Nichols se basa en ciertos estudios, como el realizado por la Universidad de Michigan, que analizó la correlación entre los habitantes que podían ver el mar desde su casa en Wellington (Nueva Zelanda) y los registros de salud del país. Según reveló el estudio, poder ver el agua desde la ventana era más decisivo para una buena salud que el sexo, la edad o la posición social. Y es que según asegura la terapeuta Rachel Goldberg, «entornos naturales, como aquellos con agua, reducen la actividad en la corteza prefrontal y bajan los niveles de cortisol«.

Pero no sólo puede mejorar tu estado mental inmediato, sino que se han visto beneficios más profundos en la exposición a lo que se denominan espacios azules. Según un reciente estudio de científicos del Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana de la Universidad de Exeter, podría tener beneficios de por vida si nos acercamos a ellos a menudo de niños. Los investigadores descubrieron que aquellos que pasaban más tiempo en espacios azules cuando eran niños mostraban signos de un mejor bienestar en la edad adulta. «Nuestros hallazgos sugieren que generar familiaridad y confianza en y alrededor de los espacios azules durante la infancia puede estimular una alegría inherente de la naturaleza y alentar a las personas a buscar experiencias recreativas en la naturaleza, con consecuencias beneficiosas para la salud mental de los adultos«, explica Valeria Vitale, autora principal del trabajo y candidata a doctorado en la Universidad Sapienza de Roma.

Cómo cultivar la mente azul en el día a día

La mente azul estudia las respuestas neurológicas que experimentan los humanos al conectarse con el agua y cómo esto puede tener un impacto positivo en su estado mental. El Dr. Nichols asegura en su libro que «La mente azul nos da un marco para hablar sobre los valores intangibles de uno de los sentimientos que hacen que la vida valga la pena».

Pero no sólo hablamos de algo intangible, sino que los beneficios del contacto regular con espacios azules son más importantes de lo que parece. En su libro, Nichols cita el proyecto BlueHealth, que asocia la cercanía del agua con una menor prevalencia de enfermedades crónicas y una tasa de mortalidad más baja. Entre los beneficios de la cercanía a los espacios azules, este estudio menciona la reducción del estrés o el reseteo cognitivo, que supone una mente más descansada y una mayor claridad mental.

Alcanzar un estado de mente azul es bueno para todos los individuos, pero el día a día empuja hacia otros estados que el experto denomina mente roja o gris. La mente roja es un estado de sobreestimulación, ansiedad y estrés y la mente gris es un estado de depresión y tristeza. Pero podemos acercarnos a la mente azul en el día a día con unos sencillos hábitos, como ir a nadar, pasar tiempo junto al agua, apreciar el agua y protegerla y adoptar un pasatiempo relacionado con el agua.