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La conexión entre mente y cuerpo tiene un impacto en el metabolismo. FOTO: Pexels.

CUERPO

Los pensamientos negativos ralentizan el metabolismo: cómo acelerarlo con el poder de la mente y quemar más grasa

Lo que piensas, crees, temes o deseas puede tener respuestas fisiológicas en tu organismo. Entre ellas, la posibilidad de cambiar la forma en que metabolizas la energía.

Por María Corisco

31 DE ENERO DE 2025 / 11:30

Si vives en constante pelea con tu metabolismo, preguntándote por qué va más lento de lo que te gustaría e ideando formas para acelerarlo y conseguir quemar grasas con más facilidad, aquí tienes otra variable que seguramente nunca has tenido en cuenta: tus pensamientos. Porque, según sugieren diversas investigaciones, tus creencias y aquello que piensas puede influir significativamente en tu metabolismo.

Un ejemplo clásico de esta asociación es el del famoso estudio de la Universidad de Harvard, que demostró que la percepción sobre el contenido de azúcar en una bebida afectaba la respuesta fisiológica de los participantes: a un grupo de personas con diabetes se les ofreció bebidas con idéntica cantidad de azúcar, pero a unos se les dijo que su bebida era cero azúcar y a otros que la suya tenía un alto contenido de azúcar. El resultado fue que estos últimos mostraron un aumento en los niveles de glucosa en sangre, mientras que aquellos que pensaron que habían tomado una bebida sin azúcar no presentaron cambios significativos.

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Este estudio muestra que la forma en la que percibimos el nivel de azúcar en una bebida puede influir más en nuestra respuesta fisiológica que la cantidad real de azúcar que contiene. Es decir, si creemos que algo es muy dulce, nuestro cuerpo puede reaccionar como si realmente lo fuera, incluso si tiene poco azúcar. Esto sucede porque el cerebro, al interpretar lo que consumimos, envía señales al cuerpo que afectan el metabolismo de la glucosa. Este hallazgo destaca la poderosa conexión entre la mente y el metabolismo, subrayando cómo nuestras creencias pueden moldear respuestas fisiológicas importantes.

El efecto placebo: lo que crees cambia tu metabolismo

Como demuestra este trabajo, lo que piensas sobre un alimento o un ejercicio puede influir en cómo tu cuerpo responde. Pero, también, lo que piensas sobre lo que comes influye en tus sensaciones de hambre y de saciedad. Es debido al efecto placebo, y tiene mucho que ver con tus creencias:

  • Si crees que un alimento es muy saludable, tu cuerpo puede responder liberando más hormonas de saciedad como la leptina, incluso si es el mismo alimento que en otro momento te parecía insípido.
  • Otro estudio mostró que las personas que pensaban que estaban bebiendo un batido supuestamente bajo en calorías tenían menos señales de saciedad en su cerebro que las que creían estar bebiendo uno alto en calorías, aunque el batido era exactamente el mismo.

Pensamientos, metabolismo y estrés

Cuando tienes pensamientos negativos o estás preocupado, tu cerebro interpreta eso como una amenaza, incluso si no hay un peligro real. Esta reacción activa el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HPA), una especie de botón de emergencia en nuestro cuerpo. ¿Qué pasa entonces? Tu cuerpo libera cortisol, la hormona del estrés, que prepara a tu cuerpo para luchar o huir. Aunque esto es útil en situaciones de emergencia, cuando ocurre a menudo, afecta negativamente el metabolismo:

  • Aumenta el azúcar en la sangre, porque el cuerpo piensa que necesitas energía rápida. Si no la usas (porque no estás huyendo de de un atracador, sino sentado pensando en tus problemas), esa energía se almacena como grasa.
  • Se acumula grasa abdominal, que está relacionada con riesgos de enfermedades metabólicas.
  • Se debilitan los músculos, porque el cortisol descompone proteínas para obtener más energía.

Por eso, ten en cuenta que los pensamientos negativos crónicos pueden desajustar el equilibrio metabólico. Y también es importante saber que los pensamientos van a influir en las elecciones que haces diariamente:

  • Pensamientos negativos: pueden llevar a buscar consuelo en alimentos poco saludables o a evitar la actividad física. Esto contribuye al aumento de peso y un metabolismo más lento.
  • Pensamientos positivos: nos hacen más propensos a cuidarnos, comer de forma equilibrada y mantenernos activos, lo que mejora el metabolismo a largo plazo.

Además, cuando tienes pensamientos positivos o practicas gratitud, tu cerebro manda señales para que el cuerpo se relaje. Aquí es cuando el cortisol disminuye y otras hormonas como la serotonina y la dopamina entran en acción, favoreciendo procesos metabólicos saludables:

  • Mejora la sensibilidad a la insulina, ayudando a que las células absorban azúcar de la sangre de forma más eficiente.
  • Favorece una mejor regulación del apetito, porque reduce los episodios de hambre emocional o impulsiva.
  • Además, sentirte bien puede motivarte a hacer elecciones más saludables, como comer mejor o ser más activo físicamente.
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El equilibrio entre calma y alerta

El sistema nervioso también juega un papel en su relación con el metabolismo. Recuerda que tiene dos modos principales de funcionamiento:

  • El sistema nervioso simpático (modo alerta), que se activa cuando estás estresado o en peligro. Cuando tus pensamientos son negativos o estresantes, aumenta el ritmo cardíaco y se eleva el metabolismo momentáneamente, pero no de forma sostenible. Asimismo, detiene funciones importantes como la digestión, porque el cuerpo está enfocado en el modo supervivencia
  • El sistema nervioso parasimpático (modo calma), que se activa cuando estás relajado. Si tus pensamientos son tranquilos o practicas mindfulness activas ese modo calma, que optimiza la digestión, ayudando a que los nutrientes se procesen mejor, y además reduce el gasto energético innecesario y mejora la quema de grasas a largo plazo.

Todo esto lanza un mensaje importante, el de que la conexión entre la mente y el metabolismo te recuerda que tus pensamientos son poderosos. Aprender a manejar el estrés, cultivar pensamientos positivos y ser conscientes de tus creencias sobre los alimentos y el ejercicio puede influir significativamente en tu salud metabólica. Practicar técnicas como la meditación, la respiración profunda o simplemente cambiar el enfoque hacia lo positivo puede tener un impacto real en cómo funciona tu cuerpo, desde el azúcar en sangre hasta la quema de grasas.

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