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El caso Asunta es uno de los más recientes éxitos de true crime. FOTO: ©Netflix.
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La fascinación por los crímenes forma parte de la naturaleza humana. En los últimos años, de la mano de podcasts y series, hay una fiebre por el true crime que ha captado a millones de personas.
Por María Corisco
5 de septiembre de 2024 / 14:21
Es todo un fenómeno de masas, y ha explotado en los últimos cinco años. La crónica negra de toda la vida se ha reconvertido en true crime y, de la mano de plataformas, podcast y redes sociales ha conseguido enganchar a millones de adeptos que disfrutan con esa exposición truculenta de lo peor de la condición humana. Hechiza y horroriza a partes iguales, y cabe preguntarse qué sucede en el cerebro para sentir esa atracción irresistible y entregarse a ella.
En realidad, te engañarías si pensaras que el true crime es propio de la sociedad actual: a lo largo de la historia, explica la psicóloga Esther Cantos, “los relatos de crímenes reales han capturado la atención del público, evolucionando desde relatos orales hasta la prensa escrita y, finalmente, a los medios digitales y audiovisuales actuales”.
Habitualmente se dice que sus orígenes se remontan a la Inglaterra del siglo XVI y XVII, en donde se publicaban folletos y panfletos que narraban crímenes sensacionales. Pero, en esas mismas fechas, en España eran enormemente populares los cantares de ciego, a menudo dramatizados y adaptados para mantener el interés del público, de forma similar a las técnicas utilizadas en los medios de true crime contemporáneos. De hecho, la experta señala que “los cantares de ciego satisfacían una curiosidad humana por lo macabro y lo excepcional, proporcionando una forma de explorar el comportamiento humano extremo desde una distancia segura”.
En el siglo XX, el true crime se expandió a través de periódicos, libros, revistas y, eventualmente, la televisión. Un ejemplo destacado es A sangre fría (1966) de Truman Capote, considerado uno de los primeros ejemplos de la novela de no ficción y en donde se narra el asesinato de la familia Clutter en Kansas. En España, destaca el éxito que tuvo en los años 80 la serie “La huella del crimen”.
Pero ha sido en el siglo XXI cuando se ha producido el boom, especialmente gracias a podcasts y series de televisión. El lanzamiento de Serial en 2014 marcó un hito, así como el de The Jeffrey Dahmer Story. En nuestro país, el éxito de la recreación del crimen de la Guardia Urbana o del asesinato de Asunta es buen ejemplo del gran número de adeptos al género.
El interés por el true crime “es un fenómeno fascinante que involucra varias áreas del cerebro y puede ser explicado desde diferentes perspectivas psicológicas y neurológicas”, explica la experta, que añade que este género “atrae a nuestro cerebro de múltiples maneras, activando sistemas de recompensa, respuestas emocionales y procesos cognitivos, lo que explica por qué tantas personas encuentran este género tan cautivador y adictivo”.
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