Qué es la regla de los cinco segundos que puede salvar tu relación de pareja

No importa que el origen de la desavenencia con tu pareja haya sido una nimiedad. Vuestro intercambio de pareceres, en su inicio tan sosegado y civilizado, se ha convertido en una acalorada discusión. Como si tuvierais muchas rencillas pendientes que poner sobre la mesa. Y de continuar así, de dejaros arrastrar por la situación, vais a acabar haciéndoos mucho daño. Así que ha llegado el momento de respirar, calmar los nervios y recuperar el control. De aplicar la regla de los cinco segundos para evitar que vuestra relación se vaya al traste.

Elena Jiménez, psicóloga clínica, indica que “en ocasiones, los pequeños desacuerdos en el seno de la pareja pueden escalar hasta convertirse en auténticas peleas en las que sus miembros, fruto de la tensión, se cruzan graves acusaciones que pueden poner en peligro la relación. En este contexto, la regla de los cinco segundos puede cortar de raíz esta escalada y evitar que se descontrole la situación”.

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Como ya dictara Albert Einstein, el tiempo es relativo. Hasta el punto de que, por escasos que parezcan, cinco segundos son suficientes para que pasen muchas cosas. De ahí que exista una regla de los cinco segundos con la que poner remedio a multitud de situaciones. Por ejemplo, para evitar procrastinar, pues parece que más allá de este corto periodo de tiempo, un cerebro inicialmente predispuesto pierde todo interés en acometer una tarea que no es de su agrado.

Es más; esta regla incluso cuida de tu salud al evitar que sufras una intoxicación alimentaria. Pues como se ha defendido tradicionalmente, todo alimento que sea recogido antes de cinco segundos tras haber caído al suelo está libre de toda contaminación. Lo que, como ha demostrado la Universidad Estatal de Nueva Jersey, no es verdad. Una vez en el suelo, las bacterias se adhieren al alimento de manera casi instantánea. Pero, en lo que se refiere a las relaciones de pareja se trata de una regla muy eficaz.

No hay que dejarse llevar por las emociones

Todas las parejas riñen. Lo que lejos de debilitar su vínculo, es sano para la relación. No tanto así si los reproches que se cruzan durante la discusión van subiendo progresivamente de tono y acaban convirtiéndose en auténticas agresiones verbales que amenacen la relación. De ahí que, como refiere Elena Jiménez, “haya que tomarse una pausa de cinco segundos antes de, en pleno contraataque, lanzar una próxima acusación que puede tener consecuencias irreparables”. No en vano, como ha constatado la Universidad de St. Andrews, permitirá que se disipe la tensión entre los amantes y abandonen su condición de rivales.

La escalada de acusaciones puede no tener fin

En el estudio, los miembros de cada pareja, ataviados con auriculares, competían entre sí en un juego, ofreciéndose al ganador la posibilidad de mortificar al vencido con un ruido molesto. Y aquí venía el problema: en caso de que alguien decidiera desencadenar las hostilidades y celebrar su triunfo llenando de ruido los oídos de su “ponente, siempre recibía su castigo multiplicado una vez era derrotado. Tanto en intensidad como en duración. Una escalada de malestar acústico que, además, aumentaba en cada una de las 30 rondas y parecía no tener fin.

Hay que hacer una pausa

Pero aún hay más. Ante tanta inquina mostrada por los participantes, los investigadores decidieron no coartar sus ansias de revancha, pero sí ofrecerles la posibilidad de que reflexionaran sobre sus actos. Simplemente, teniendo que esperar cinco, 10 o 15 segundos antes de pulsar el botón del ruido y martirizar a sus parejas. Lo que fue una medida muy útil para reducir su agresividad. Además, no se observó que hubiera ninguna diferencia significativa entre los distintos periodos de cavilación. O lo que es lo mismo, cinco segundos son más que suficientes para erradicar la ofuscación y que las aguas vuelvan a su tranquilo cauce.

En definitiva, tomarse una pausa en medio de una discusión de pareja hace que los ánimos se calmen y se recupere el control de la situación. Tal es así que “esta regla de los cinco segundos debe ser no sólo conocida, sino puesta en práctica, por todas las parejas antes de que pierdan el control en una discusión”, recomienda la psicóloga clínica, no sin antes recordar que “esta regla es para evitar que una discusión alcance un punto de ebullición, no para cortar de raíz una discusión que puede resultar incómoda”.