Una escena de Vicky, Cristina, Barcelona. FOTO: D.R.
SALUD MENTAL
Relación abierta: las siete preguntas que tienes que hacer a tu pareja para evitar confusiones
Abrir una relación o decidir blindarla es un tema muy delicado que hay que tratar desde el respeto. Estas son las preguntas que tienes que hacerte con tu pareja para evitar malentendidos.
Por María Corisco
12 DE NOVIEMBRE DE 2024 / 17:39
Nunca como ahora se había hablado tan abiertamente de las relaciones abiertas y del poliamor. En una cultura en la que se ha considerado como valor esencial la monogamia –aunque quien más y quien menos tuviera aventuras clandestinas fuera de la pareja–, en el momento actual hay una inclibación cada vez más generalizada hacia la transparencia y el permiso.
Pero no es siempre fácil. Tanto cuando los miembros de la pareja desean abrir su relación como cuando se plantean blindarla, toca ponerse de acuerdo.
Quiero cerrar mi relación
Lo que un día te hacía gracia ha dejado de ser tan divertido. Y ahora, incluso, escuece. Hay personas que, en un primer momento, ven como una liberación el poder tener una relación abierta. Pero, con el tiempo, dejan de querer tener sexo con otras parejas y se sienten inseguras.
“No hay que sentirse culpable por cambiar de opinión”, explica Marta Álvarez, terapeuta de parejas. “Tus sentimientos y necesidades pueden cambiar, y realmente no sabes cómo te vas a sentir acerca de algo nuevo hasta que no lo pruebas, hasta que no lo vives”.
- Háblalo. Lo primero es tener una conversación honesta con tu pareja en la que le expreses cómo te sientes, pero sin acusaciones ni exigencias.
- Sé muy claro. No uses eufemismos ni términos ambiguos. Se trata de decir que te gustaría que vuestra relación fuera monógama.
- No des un ultimátum. En el momento de plantearlo, no pongas a tu pareja entre la espada y la pared. No plantees amenazas del tipo “o lo acatas, o lo dejamos”. Simplemente, exponle tus pensamientos.
- Escucha y deja margen. Toca escuchar lo que la otra persona siente acerca de lo que le has dicho. Es fácil que necesite un tiempo para valorarlo. No la presiones.
También hay que ser honesto para reconocer por qué uno no quiere mantener abierta una relación. “A veces, lo que sucede es que uno de los dos miembros de la pareja no ha tenido tanto éxito como el otro, no le ha ido muy bien fuera de casa y siente celos o envidia de que su pareja no tenga problemas para seguir ligando”.
En cualquier caso, “es fundamental estar en sintonía para cerrar una relación que estaba abierta. Es muy difícil que funcione si pensáis de forma diferente, si uno de los dos quiere seguir teniendo otros encuentros y el otro no. A veces, en estos casos toca separarse con respeto”.
Cómo abrir una relación
Puede ocurrir lo contrario: estás en una relación monógama y tu pareja te plantea que le gustaría empezar a abrirla. No es una situación fácil y puede que te sientas herido e inseguro, incluso que te enfades. También puede que tu primera reacción sea decir que no, pero que aceptes por miedo de perder a tu pareja, aunque no te sientas muy cómodo en esa situación.
“No es algo que se tenga que decidir sobre la marcha o de la noche a la mañana. Lo que importa es ser honesto con uno mismo y entender con claridad qué es lo que se está poniendo sobre la mesa”. Claudia de Llano, terapeuta de pareja y autora de Los siete destinos del amor, sugiere que se planteen estas preguntas:
- ¿Por qué te apetece una relación abierta y qué buscas en ella?
- ¿Cuáles serían los límites, las fronteras y las reglas en torno al acuerdo?
- ¿Habría un plazo para este acuerdo?
- ¿Mantendrías esta parte de tu relación en privado o sería público?
- Si mantuvieras el acuerdo en privado, ¿cuáles serían los riesgos potenciales de mantener este secreto?
- Si revelara el acuerdo a otras personas, ¿cuáles serían las reglas para discutirlo con amigos cercanos, familiares, compañeros de trabajo y otras personas en sus vidas?
- ¿Cuál sería el impacto potencial en otras personas (como sus hijos, si tiene alguno)?
Pero, además, toca que tú también te hagas preguntas y las respondas con honestidad. Así, según la doctora De Llano, deberías plantearte si realmente te interesa estar con otras personas, y otras cuestiones más:
- ¿Te sientes cómodo con la idea de que tu pareja esté con otras personas?
- ¿Estás dispuesto a discutir abiertamente con tu pareja sobre vuestros sentimientos acerca de los encuentros con otras personas?
- ¿Cómo afectará este acuerdo a tu autoestima?
- ¿Qué le dirías a tu yo de 10 años sobre este arreglo y por qué?
- ¿Sientes que estás recibiendo el amor que deseas y mereces?
En cualquier caso, es esencial no aceptar la relación abierta bajo coacción, porque sientas que no puedas decir “no” o por temor a perder al otro. “Es fácil que una situación así te haga sufrir y, finalmente, te lleve al resentimiento. Si eres alguien que tiende a tener celos, difícilmente compartir tu pareja con otras personas será la mejor opción para ti”.
Si decidís probar con una relación abierta, será importante que cada uno evalúe sus expectativas y necesidades, y después, de forma conjunta, establezcáis límites que protejan esas necesidades.
Establecer límites y reglas
- Definir tipos de relaciones permitidas. Acordar qué tipo de interacciones son aceptables (por ejemplo, relaciones sexuales, citas románticas, etc.).
- Límites de actividades. Decidir qué actividades están permitidas y cuáles no (por ejemplo, sexo sin protección, pernoctar fuera, etc.).
Establecer expectativas de comunicación
- ¿Qué os vais a contar? Determinar cómo y con qué frecuencia os informareis mutuamente sobre las nuevas relaciones y encuentros.
- Transparencia. Decidir el nivel de detalle con que ambos os sentís cómodos compartiendo sobre sus experiencias con otras personas.
Cuidado y seguridad
- Pruebas de salud. Acordar haceros pruebas regulares de infecciones de transmisión sexual (ITS) y compartir los resultados.
- Uso de protección. Establecer reglas sobre el uso de protección en encuentros sexuales con otras personas.
Tiempo y prioridad
- Prioridad a la relación primaria. Acordar que la relación principal sigue siendo una prioridad y que dedicaréis tiempo y esfuerzos para mantenerla fuerte.
- Tiempo juntos y separados. Decidir cuánto tiempo se dedicará a las relaciones externas frente al que se dedicará a la relación principal.
Revisar y ajustar acuerdos
- Revisiones regulares. Establecer revisiones periódicas para discutir cómo van las cosas y ajustar los acuerdos según sea necesario.
- Flexibilidad y adaptación. Mantenerse abiertos a cambiar los acuerdos si alguna de las partes no se siente cómoda o si las circunstancias cambian.
Consentimiento mutuo
- Aprobación de nuevas parejas. Acordar si se necesita la aprobación mutua para iniciar nuevas relaciones o encuentros.
- Derecho a revocar consentimiento. Aceptar que cualquiera de los dos puede revocar el consentimiento para abrir la relación si deja de sentirse cómodo.
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