No hace falta ser un explorador profesional, solo aprender a orientarse en espacios abiertos. FOTO: Fotograma de Indiana Jones.
SALUD MENTAL
La rutina del explorador: así beneficia a tu cerebro hacer ejercicios de orientación, según Harvard
Aprender a orientarte en la naturaleza es un ejercicio que mejora la memoria, la atención, la toma de decisiones y la creatividad, lo que favorece un cerebro más saludable y eficiente.
Por María Corisco
23 DE AGOSTO DE 2024 / 08:04
Te encuentras en un monte, en un bosque o en mitad del campo. No tienes teléfono ni GPS, tan solo un mapa y una brújula. ¿Sabrías encontrar el camino hacia un punto concreto sin perderte? Ese es el desafío de las actividades de orientación, que enseñan la forma de desenvolverse en un entorno desconocido sin tener que recurrir a la tecnología. Puede que pienses que no te va a hacer falta esta habilidad, pero tal vez cambies de opinión al descubrir de qué manera este ejercicio puede ayudar a tu salud mental y cerebral.
Así lo asegura Heidi Godman, editora ejecutiva de Harvard Health Letter, que destaca los beneficios de lo que se está convirtiendo en un deporte de fama creciente en distintos países: “Se trata de una forma divertida de salir al aire libre, hacer ejercicio y tal vez incluso ayudar a combatir el deterioro cognitivo , según un estudio de 2023”.
Este estudio, publicado en PLoS One, encontró un vínculo potencial entre la orientación y las habilidades de pensamiento agudo. Su autora principal, Emma Waddington, de la Universidad McMaster en Canadá, sugiere que “este deporte podría ayudar a combatir o prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad en la navegación espacial y la memoria”.
La idea es que hacer ejercicio mientras tratas de orientarte activa ciertas áreas del cerebro que nuestros antepasados utilizaban para la caza y la recolección y que ahora tenemos aletargadas porque nos hemos acostumbrado a depender del GPS para encontrar el camino. Con la orientación, “se trata de volver a nuestras raíces, de entrenar tareas espaciales que hemos dejado de hacer”, apunta Waddington, que también señala que no es necesario dedicarle demasiado tiempo: según sus investigaciones, incluso una única sesión de orientación de 15 minutos podría beneficiar la función cognitiva.
Cómo ayuda al cerebro la rutina del explorador
Los expertos señalan que la orientación en la naturaleza puede tener un impacto positivo significativo en diversas áreas del rendimiento cognitivo y la salud cerebral, desde la memoria y la atención hasta la toma de decisiones y la creatividad, contribuyendo así a un cerebro más saludable y eficiente.
- Mejora de la memoria espacial. Navegar por el entorno y recordar puntos de referencia y rutas fortalece la memoria espacial. Con ello, se mejora la capacidad de recordar ubicaciones y de organizar información espacial. Ambas habilidades pueden ser muy útiles en la vida diaria, desde cuando hay que conducir por una ciudad que no se conoce hasta para algo tan simple como orientarse para encontrar el coche en el aparcamiento de un centro comercial
- Estimulación de la atención y la concentración. Seguir mapas y estar atento a señales y pistas en la naturaleza requiere un alto nivel de concentración. Esto ayuda a desarrollar la capacidad de mantener la atención sostenida y reduce la fatiga mental, mejorando la eficiencia y la productividad en tareas que requieren concentración prolongada.
- Desarrollo de la toma de decisiones y resolución de problemas. En los ejercicios de orientación se deben tomar decisiones sobre la mejor ruta, evaluar riesgos y resolver problemas inesperados en el camino. Con ello se fortalecen las habilidades de toma de decisiones y resolución de contratiempos, que son esenciales en situaciones cotidianas y profesionales.
- Fortalecimiento de la flexibilidad cognitiva. Adaptarse a los cambios en el entorno y ser capaz de recalcular la ruta cuando surge algún imprevisto mejora la capacidad de cambiar de perspectiva y adaptarse a nuevas situaciones rápidamente, una habilidad crucial en entornos laborales dinámicos.
- Reducción del estrés cognitivo. Los ejercicios de orientación en la naturaleza permiten disfrutar del entorno. Además, su componente físico ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Un nivel de estrés más bajo facilita un mejor rendimiento cognitivo, ya que el cerebro no está sobrecargado por la tensión emocional.
- Mejora de la memoria de trabajo. En las actividades de orientación hay que ser capaz de hacer varias tareas al mismo tiempo, como leer un mapa, observar el entorno y planificar los siguientes movimientos. Esto ayuda a mejorar la memoria de trabajo, que es la capacidad de mantener y manipular información a corto plazo, esencial para tareas complejas y multifacéticas.
- Aumento de la neuroplasticidad. Al exponer el cerebro a nuevos y variados estímulos en la naturaleza para poder orientarse se promueve la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales. Esta función es clave para el aprendizaje y la recuperación de lesiones cerebrales.
- Estimulación de la creatividad. La orientación supone un reto creativo, ya que obliga a resolver problemas y encontrar rutas no convencionales. De esta manera se potencian la creatividad y la innovación.
- Mejora de la función ejecutiva. Saber orientarse exige planificar rutas, priorizar tareas y ejecutar estrategias en tiempo real. Esto ayuda a fortalecer la función ejecutiva, que incluye habilidades como la planificación, la organización, la gestión del tiempo y el autocontrol.
- Incremento del bienestar emocional. La actividad física en entornos naturales aumenta la liberación de endorfinas y serotonina. Estas hormonas mejoran el estado de ánimo y el bienestar emocional, lo que indirectamente beneficia la función cognitiva al crear un entorno mental más positivo y receptivo al aprendizaje.
Cómo iniciarse en las actividades de orientación en la naturaleza
En Estados Unidos han ido surgiendo cada vez más empresas que se dedican a organizar actividades de orientación, consideradas allí un auténtico deporte que incluso cuenta con un organismo rector a nivel nacional, Orienteering USA. Su gerente, Clinton Morse, explica que se trata de experiencias “que se pueden practicar solo o en grupo: se te da un mapa muy detallado y debes ir pasando por distintos puntos de control”.
En España hay también empresas que organizan talleres para iniciarse en la orientación, como por ejemplo los que ofrece Naturaliste. En ellos, además de aprender los rudimentos de este deporte, se puede también practicar la construcción de un vivac o de un refugio de emergencia en un entorno a cielo abierto.
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