Asterisco ticker noticias

NO TE PIERDAS Limpia tu mente de pensamientos negativos

X
Meryl Streep y Dustin Hoffman en Kramer contra Kramer

El reencuentro con una expareja activa un estado de lucha/huída que hace que el cortisol aumente. FOTO: Fotograma de Kramer contra Kramer.

SALUD MENTAL

¿Por qué mi cortisol se dispara cada vez que tengo que ver a mi ex?

El cerebro tiende a recordar las experiencias negativas. Por eso, anticipar una situación tensa ante el reencuentro con una expareja hace que suban los nivel de cortisol, la hormona del estrés.

Por María Corisco

31 DE AGOSTO DE 2024 / 10:51

Has aprendido a vivir sin tu pareja y te sientes feliz en tu nueva situación, o al menos suficientemente cómodo y tranquilo como para disfrutar de esta etapa. Has pasado página, te dices, hasta que miras el calendario y recuerdas que os tenéis que encontrar nuevamente: unos papeles en la notaría, una tutoría en el colegio o un acto social relacionado con vuestros hijos –desde un simple cumpleaños hasta el follón de una comunión o una boda–… Sin poder evitarlo, empiezas a estresarte, disparando tus niveles de cortisol y poniéndote en alerta.

Todo, en realidad, viene de nuestro instinto y de cómo hayamos podido domesticarlo. Como explica Sonia Díaz Rois, coach y experta en gestión de la ira, “de manera natural solemos clasificar las experiencias como negativas o positivas. Es como si almacenáramos la información para recordar si queremos evitar o repetir una experiencia en el futuro. Así que, si durante los últimos meses –o años– le hemos hecho una cruz a nuestro ex, posiblemente le hayamos colocado en la casilla de ‘evitar’, junto a una señal luminosa de alarma”.

TE PUEDE INTERESAR

Es normal tender a rehuir los encuentros como vía de evitar posibles conflictos, aunque realmente no haya tantos motivos reales como para que surja un enfrentamiento. “Por una cuestión de mera supervivencia, nuestro cerebro tiende a recordar especialmente lo malo. Por ese motivo, cuando quedamos con nuestro ex o tenemos que compartir algún evento obligado, podemos sentir que nuestro cortisol se pone por las nubes. Has clasificado ese recuerdo emocional como experiencia negativa y, por tanto, puedes percibirlo como una amenaza”.

Al fin y al cabo, aun cuando el ser humano esté revestido de una capa de cultura, raciocinio y sofisticación, sigue siendo profundamente básico e instintivo en lo emocional. Por eso, “al percibir esa supuesta amenaza se activa un estado de estrés que provoca que nuestro cuerpo tire de sus mecanismos más primitivos: pone en marcha su estado de alerta y se prepara para huir o luchar. Como si tuvieras a un rinoceronte frente a ti, cuando para nada es así”, explica Díaz Rois.

Una gacela frente al león

Ni tú eres una gacela indefensa ni tu ex un rinoceronte o un león hambriento del que tengas que escapar. Pero puede que te sientas así, aun sin darte cuenta, y que actives la cascada de liberación del cortisol, lo que implica:

  1. Respuesta al estrés. Ante una situación de estrés, el hipotálamo activa en el cerebro una cascada de señales hormonales que culmina en la liberación de cortisol desde las glándulas suprarrenales. Esto forma parte del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA).
  2. Aumento de energía disponible. El cortisol aumenta los niveles de glucosa en la sangre para proporcionar energía inmediata a los músculos y al cerebro para manejar la situación de estrés.
  3. Modulación del sistema inmunológico. Durante el estrés agudo el cortisol debilita el sistema inmunitario. Si el estrés se hace crónico el cuerpo será más vulnerable frente a infecciones y enfermedades.
  4. Regulación de la inflamación. El cortisol actúa como un antiinflamatorio natural, regulando la inflamación que se puede generar durante una respuesta al estrés. Sin embargo, si persisten esos niveles elevados se puede comprometer la función inmunológica normal y la cicatrización de tejidos.

Así, durante situaciones de estrés, el cortisol proporciona la energía necesaria para hacer frente a situaciones de lucha o huida. Teniendo en cuenta, señala Díaz Rois, que “de base vivimos con cierto estrés y nuestro cortisol ya iba a llegar al encuentro con nuestro ex un poco subido de tono, es importante saber que estaremos más predispuestos a sufrir lo que se conoce como un secuestro emocional, ya que nuestra amígdala –que ya estaba en cierto estado de alarma– toma el control porque considera que no hay tiempo que perder”.

OTROS TEMAS WELIFE

Tu amígdala interpreta que tu vida corre un peligro real, cuando no suele ser así. “Ese estado previo de estrés y esa supuesta amenaza activan el modo lucha/huida, provocando que reacciones de manera exagerada, ya sea diciendo algo que no querías o actuando de un modo imprevisto. Otra opción es que te bloquees”.

Un buen momento para curar heridas aún abiertas

Si tu relación no fue negativa del todo y la cosa no acabó en diferencias absolutamente irreconciliables, “una buena opción es poner en la balanza lo bueno y lo no tan bueno para disponer de un recuerdo más realista que te ayude a armonizar y a sentirte más sereno. El encuentro puede ser una buena oportunidad para cerrar temas y sanar heridas que puedan seguir abiertas: no dejes de aprovechar la ocasión para tener una conversación tranquila y con la perspectiva que da el tiempo. Si no es posible porque la comunicación brilla por su ausencia, conecta contigo y con lo que sientas en ese momento y da las gracias por cada aprendizaje. Porque cada experiencia vivida puede ayudarte a vivir mejor en el presente y a crear un futuro mejor”.

MÁS NOTICIAS

WeLife hoy

CatarroEnganche emocionalAgua de cocoMeditación Aronia negra

Instagram

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta