Huir de un conflicto puede enquistar la situación./ Imagen: HBO.
Salud mental
Por qué es un error huir del conflicto: una posición cómoda que puede tener consecuencias negativas para tus relaciones y tu autoestima
Las discusiones están presentes día a día y huir de ellas no sólo no hará que desaparezca el problema, sino que se agravará lo que lleva a consecuencias muy negativas a nivel mental e incluso físico.
Por Sara Flamenco
04 DE DICIEMBRE DE 2023 / 14:44
El conflicto y las discusiones forman parte del día a día. La clave no está en dejar pasar esos problemas (incluso con tu pareja) para que nada empañe esa supuesta felicidad, sino en saber enfrentarte a los conflictos de manera asertiva y calmada. Hay que aprender a exponer las opiniones y poder llegar a un acuerdo con la otra parte. Pero claro, muchas personas se sienten tentadas de huir de las situaciones violentas que pueden sucederse durante una discusión. Así se ahorran el mal trago. Esto no termina con el conflicto en sí, sino que lo aplaza, puesto que en este trance no exiges lo que necesitas y asumes lo que quiere el otro.
El resultado de todo esto es, en el mejor de los casos, que se genere un malestar en uno mismo por asumir algo que no querías en un primer momento. Y, en el peor, que la situación se enquiste, que se genere distancia y que el problema sea mucho más difícil de solucionar después. Eso sin contar lo incómodo que será el tiempo que transcurra hasta que se solucione.
Formas de reaccionar ante un conflicto
La reacción ante un conflicto tiene mucho que ver con la personalidad de cada cual. Hay quien reacciona de forma agresiva, lo que puede provocar otro conflicto añadido. Quien decide pasarlo por alto porque no no quiere disputas, lo que alargará el conflicto en el tiempo. Y quien verbaliza la injusticia o el malestar de forma educada, asertiva. La forma de reaccionar ante los conflictos incide en la resolución de los mismos. Los expertos distinguen seis reacciones básicas:
1. Escapar: evitar el conflicto hace que la situación que lo crea permanece. Pierden las dos partes, porque el problema no se resuelve.
2. Luchar: se trata de afrontar el conflicto de forma agresiva con la idea de que se trata de una batalla. Pero para que uno gane, otro ha de perder, por lo que no es una buena solución.
3. Rendirse: hay quienes prefieren ceder porque asumen que saldrán perdiendo. Estas personas también consideran el conflicto como una batalla pero, a diferencia de los anteriores, se consideran los perdedores desde el principio.
4. Eludir: si el conflicto les agobia, hay personas que traspasan su responsabilidad a otro. El resultado es que no se resuelve bien la situación y las dos partes pierden.
5. Acordar: se trata de aceptar una solución intermedia entre las dos partes en la que ambas ganan en ciertos aspectos y pierden en otros.
6. Consensuar: cuando las posiciones son radicalmente opuestas no siempre se puede llegar a este momento, pero se trata de lograr una solución consensuada en la que ambas partes ganan.
Consecuencias de eludir los conflictos
Hemos dicho que huir del conflicto no significa que desaparezca y tratar de negarlo provoca una tensión permanente. Quienes adoptan una actitud pasiva contienen una emoción que les genera el conflicto en sí y esto hace mella en su salud mental y, a menudo, en su salud física. El estrés que provoca escapar constantemente del conflicto puede hacer que aparezcan otras enfermedades, como úlceras de estómago, problemas musculares, caída del pelo o manchas en la piel, además de derivar en ansiedad.
Ceder siempre por sistema en las discusiones puede hacer tambalear tu autoestima, ya que no te consideras con el suficiente poder como para exponer tus argumentos y tus deseos, lo que te pliega siempre a los de los demás.
No te equivoques, existen momentos en los que es mejor dejar la discusión para otro día, sobre todo cuando la situación ya está muy caldeada. El problema comienza cuando evitas todos y cada uno de los conflictos con esa misma excusa, lo que te hace sentir mal por no ser capaz de defender tus opiniones.
¿Cómo me enfrento a un conflicto si tengo la tentación de huir de él?
Cuando la evitación del conflicto es tu única estrategia aceptarás situaciones que no quieres, lo que te provocará sufrimiento y se dañará tu autoestima. Según los expertos, en estos casos, conviene adoptar medidas para superar el miedo al conflicto:
1. Analizarse: lo primero es descubrir si lo que uno teme es el conflicto o qué otros miedos hay detrás.
2. Relativizar: es importante razonar que no hay nada malo en los conflictos, que forman parte de la vida y es imposible vivir sin ellos.
3. Elevar la autoestima: debes trabajar la autoestima para convencerte de que tienes derecho a protestar si te dañan y de que tus opiniones son tan válidas como las de cualquiera.
4. Controlar la ansiedad: es posible que los conflictos te provoquen ansiedad, por lo que es importante aprender a controlarla para manejar mejor las discusiones y ser capaz de comunicarte.
5. Desvelar el conflicto: se trata de comprender las causas del conflicto y de plantearlas con claridad, de forma directa y respetuosa. Es decir, no enmascarar un problema más profundo en una discusión tonta sobre qué película elegir esta tarde.
6. Negociar: hay que tener claro que en los conflictos no siempre hay un ganador o un perdedor, sino que se puede llegar a una solución en la que ambos ganen o, al menos, cada uno ceda un poco.
Lo importante es entender el conflicto como algo positivo, como la oportunidad de afrontar una situación que, si la resolvemos, hará que estés mejor. El conflicto es enriquecedor en el sentido de que te ayuda a ver otros puntos de vista que quizá no te habías ni planteado, lo que te lleva a avanzar. No huyas de las discusiones, sólo intenta manejarlas como un acto comunicativo y no como una batalla.
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