Las comidas familiares son un gran momento para reencontrarnos pero puede haber discusiones./ Imagen: Modern Family.
Salud mental
Cómo no discutir con tu familia en Navidad: la frase para evitar peleas con tus cuñados
Cuando la conversación comience a subir de tono, toma las riendas y cuenta una buena historia. Esto elevará la empatía por la liberación de oxitocina y dopamina.
Por Marcos López
23 DE NOVIEMBRE DE 2023 / 14:30
Llega diciembre y es el momento de empezar a planificar las fiestas navideñas con tus seres queridos. Y no sólo en lo que al look para citas navideñas se refiere, sino al encuentro en sí. Esto debería ser la excusa perfecta para poneros al día y celebrar en familia. Pero no todo es tan bonito como lo pintan y, a veces, las cenas y comidas de Navidad se convierten en un campo de batalla y las conversaciones amables giran hacia temas más escabrosos. El diálogo se convierte en discusión, con un tono cada vez más agresivo. Es el momento de que cojas las riendas y entonces la frase: «¿te acuerdas de…?» y cuentes una buena historia.
Igual que no hay una ley escrita que diga que todas las familias discuten, es cierto que a todo el mundo le gustan las buenas historias. Pero no se trata sólo de distraer a tus seres queridos, de llamar su atención para que no se enzarcen en un debate en el que reinen los gritos. Las buenas historias evitan las discusiones grupales –sí, también en las reuniones de amigos–, y hay evidencias científicas que lo demuestran.
Qué pasa cuando se cuenta una historia
Paul J. Zak, profesor de Psicología y fundador de la plataforma Immersion Neuroscience, ha plasmado los resultados de sus investigaciones en el libro Inmersión: la Ciencia de lo Extraordinario y la Fuente de la Felicidad. Las conclusiones a las que ha llegado en él es que al disfrutar de una buena historia, el oyente aumenta su empatía hacia los demás mediante la liberación de dopamina y oxitocina, esto es, las sustancias químicas que produce el cerebro cuando interactuamos con los seres queridos.
Además, no hace falta tener un talento narrativo natural. Hay algunos trucos sencillos que pueden ayudar a convertirte en un buen contador de historias: comienza fuerte para enganchar a tus oyentes a la narración y evitar que pierdan el interés y la curiosidad. Expláyate en el desarrollo de los protagonistas, sobre todo de sus emociones. Cuenta una historia que tus seres queridos sientan cercana.
Cómo contar una historia
Cuando las discusiones comiencen, es el momento de mantener la calma y controlar lo único que se encuentra a tu alcance: tu respuesta a la situación.
- Escucha antes de intervenir. Escuchar a los demás es una muestra de cariño hacia ellos, que agradecerán el regalo que supone tu atención. Y una vez escuchado lo que tienen que decir, plantéales preguntas respetuosas. Evitarás que los nervios se alteren e incluso es posible que aprendas cosas interesantes.
- Son puntos de vista, no hechos. El objetivo de que participes en una discusión es defender tu opinión. Y puede que no sea compartida por nadie más en la mesa. Pero antes de acalorarte recuerda, una vez más, la importancia de escuchar a los demás. La mayoría de conversaciones giran en torno a puntos de vista. Todas las opiniones son igual de válidas, acéptalas como tales.
- Cambia de tema. Cuando la situación se va de las manos, es el momento de sugerir un nuevo tema de conversación menos problemático. Haz comprender a todos los comensales que has escuchado sus opiniones pero que sería mejor que la discusión, por su interés, se tuviera en otro momento. Siempre con mucho tacto para no ofender a nadie.
Encuentra a alguien que cuente la historia
También existe la posibilidad de que no quieras ser el centro de atención: que la historia la cuenten otros. Así que lo que te toca es encontrar al mejor narrador de tu familia. Y puede que él tampoco quiera ser el protagonista. Da igual: es muy fácil tirarle de la lengua. Pregúntale sobre las cosas que le encanta contar y que despierten la curiosidad de los asistentes: su paso por la universidad, sus relaciones o sus dotes culinarias.
En este caso, te has convertido en un oyente. Mira siempre a los ojos del narrador y haz preguntas. Para sonsacar una buena historia es necesario mostrar un interés y una curiosidad verdaderos.
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