Nouvelle-Aquitaine, la región de Francia perfecta para una escapada eco de ensueño este otoño

Aprender a viajar de otra manera es posible. Sin prisas y con otro ritmo, centrado en las personas y el mundo vivo. A priori, y para que esto sea posible, deberíamos hacernos dos preguntas: ¿Dónde viajar y cómo hacerlo para que la experiencia sea única y no suponga un problema para el planeta? Cada pequeña decisión cuenta, por eso  la región francesa de Nouvelle-Aquitaine se ha convertido en toda una referencia en Francia, transformada en la  región con la mayor oferta de turismo sostenible del país. Se trata de la esquina suroeste de Francia que limita con España y el océano Atlántico y que incluye lugares como Burdeos, su capital, las Landas, el País Vasco Francés, el Valle de Dordoña o Angulema.

Desde el Comité Regional de Turismo Nouvelle-Aquitaine (CRTNA) han desarrollado una red de agentes turísticos certificados, casi dos mil, para que viajar a cualquier punto de su región garantice el enfoque sostenible. Ofrece propuestas de alojamiento respetuosas con el entorno, -algunas integradas en plena naturaleza-, rutas que prioricen el consumo de productos locales y experiencias que ponen en valor la riqueza cultural, los oficios artesanos tradicionales y el patrimonio de la zona. Así, practicar slow travel puede comenzar aquí, con una pequeña escapada de otoño por Burdeos, el País Vasco Francés y el Valle de Dordoña.

Para recorrer el territorio proponen «medios de transporte suaves», con los que ofrecen alternativas a los modos de viaje más contaminantes (avión, coche, etc…). Por tren, a través de una red regional de 3.600 km de longitud; en bicicleta, con 4.200 km de ciclovías y, a pie, gracias a 51.000 km de rutas de senderismo. Además, en colaboración con la Agencia Francesa de Medio Ambiente y Gestión de la Energía (ADEME), el CRTNA ha creado un calculador de emisiones de gases de efecto invernadero para conocer al detalle todos los impactos de la actividad turística de la región. ¿Listo para comenzar la aventura?

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Recorre Burdeos, la capital del vino, ¡sin coche!

Desde 2022 la capital de la región es uno de los cinco destinos etiquetados como Destino Innovador Sostenible. Te proponemos disfrutar de unos días en Burdeos sin humos. ¿Cómo? Aquí tienes algunas ideas y lugares para visitar de manera eco responsable.

• Llega al centro histórico de Burdeos en tranvía (esta ciudad tiene una red de tranvía que hace muy cómodo moverse, además de ser una alternativa ecológica). Desde allí, y con una bicicleta eléctrica, puedes visitar los puntos de interés: la Puerta de la Gran Campana y la de Cailhau, la Catedral de San Andrés, la Torre Pey-Berland, la Plaza de la Bolsa y el Espejo de Agua más grande del mundo.
• Prueba los productos locales del Mercado de los Capuchinos.
• Alójale en La Ferme des Filles, un complejo que desarrolla su actividad en el ámbito de la agricultura ecológica y el agroturismo, que ofrece «alojamientos forestales» de alta calidad ambiental, además de una zona de camping en la finca.
• Burdeos se rodea de viñas, a las cuales puedes llegar desde la misma ciudad: basta con alquilar una bicicleta en Pierre qui Roule, Paulette o Véloce, subirla al tranvía y escoger una de las dos rutas circulares que conducen hasta ellas.
• Apúntate a un taller de vino en Micro Winerie, una bodega ecológica situada en Darwin, y cena en un restaurante a orillas del río. También puedes acercarte al Espacio Darwin, un antiguo cuartel eco-rehabilitado que combina ocio con street art, skaters, tiendas de artículos de segunda mano y negocios sostenibles.
• Recorre el curso del río Garona subido a una embarcación eléctrica y descubre Burdeos desde otro punto de vista.
• La Cité du Vin es un lugar cultural único en el mundo donde el vino se presenta como parte del patrimonio local. Te proponemos hacer el taller de la Via Sensoria, una visita inmersiva y una experiencia de cata única.

El País Vasco francés: rutas entre la montaña y el mar

La aventura desde Burdeos continúa en tren. Los trenes TGV y TER conectan la ciudad con muchas ciudades del sur de Francia. A partir de aquí, se abre la veda a una oferta en la que destacan los entornos naturales. De hecho, la diversidad natural del País Vasco francés lo convierte en un destino ideal para amantes de las experiencias al aire libre. Sinónimo de buen hacer, deliciosa gastronomía y autenticidad, abundan los planes sostenibles para disfrutar tanto en sus ciudades (Bayona, Biarritz, San Juan de Luz, Hendaya) como en sus pueblos del interior.

• Conecta con el Bosque de Iraty, uno de los tesoros naturales del País Vasco francés. Descúbrelo bajando las revoluciones e integrándote con el entorno. Explora su red de senderos en bicicleta de montaña eléctrica o alójate en un pueblo de 35 modernos chalets de madera situado en lo alto de la montaña, a casi 1.500 m sobre el nivel del mar. De mayo a noviembre verás el pastoreo de rebaños y disfrutarás de actividades al aire libre, como pasear a caballo o burro, subir a la cima del Pic d’Orhy o pescar en el río.
• Anímate a explorar el País Vasco francés realizando rutas en bici ¡y en familia! Disponen de carriles bici seguros y con poco tráfico que transcurren por algunos pueblos como Saint-Jean-Pied-de-Port, Espelette, Camboles-Bains, Itxassou…
• Amantes de la montaña, Pau es vuestro destino. La ciudad que vio nacer al rey Enrique IV, junto al corazón de los Pirineos occidentales, se presenta también como un destino gastronómico a tener en cuenta en un viaje slow por la región.
• Surf en Biarritz. El que fuera un pueblo ballenero se convirtió en el balneario de la aristocracia (el lugar de veraniego de la emperatriz Eugenia de Montijo cuyo palacio, obsequio de Napoleón III a la hermosa granadina, es hoy un lujoso hotel). Hoy, la playa Grande es de las preferidas de los surfistas y el momento perfecto para seguir practicando deporte durante la escapada. Por su parte, el Mercado de Les Halles es el lugar típico para hacer un alto en el camino y degustar alguna de sus especialidades locales.
• El tren de Larrún, un tren cremallera, con nada más y nada menos que 100 años de antigüedad, conecta la localidad de Sara con el monte Larrún, a más de 900 metros de altitud.

El Valle de Dordoña, patrimonio y naturaleza

En la cuenca del río Dordoña se recoge un gran valor reconocido por la UNESCO, que la declaró Reserva del Hombre y de la Biosfera. Bosques, bastidas y yacimientos prehistóricos conforman el paisaje de Dordoña-Périgord, el escenario perfecto para los viajeros con amor por la historia y el arte. Un territorio abierto al paso tranquilo que pide ser descubierto a pie, en bicicleta o en tren.

La zona está preparada para el turismo, pero también contempla alojamientos que favorecen el teletrabajo, pequeños encuentros empresariales y actividades de team building. El Comité Regional de Turismo de Nouvelle Aquitaine trabaja para favorecer fórmulas de transporte más sostenible pero, además, quieren descubrirnos la riqueza histórica de la región:

• Visita algunos de los castillos de la zona como el de Biron. Recorre sus estancias y sus exposiciones (con obras de Chagall, Miró o Braque) y descubre las actividades que preparan para toda la familia. Llega a Biron en el TER (Tren Expreso Regional) o, si te gusta el senderismo, sigue la ruta GR36, que une Périgueux con Saint-Cirq-Lapopie, Lascaux, Sarlat y Biron.
• Visita el Centro de Arte Rupestre Lascaux IV, una réplica integral de la famosa cueva descubierta en 1940. Dentro de un edificio perfectamente integrado en su entorno donde se entra en una cueva, el visitante vive una experiencia sensorial sin precedentes.
• Piérdete por las calles de Sarlat, iluminadas con farolas de gas, y conoce sus escenarios de cine.
• Recorre La Roque Gageac, un pueblo a los pies de un acantilado a orillas del río que tiene un jardín exótico abierto al público de manera gratuita.
• Sigue la ruta de los castillos y visita los de Beynac, Castelnaud, Commarque y Fénelon.

Cómo practicar un viaje eco responsable por Nouvelle-Aquitaine

Entre las recomendaciones ofrecidas por el Comité Regional de Turismo de la región Nouvelle-Aquitaine sobresalen algunas que consolidan su enfoque sostenible. Entre ellos destaca buscar alojamientos, restaurantes y actividades certificadas. Existen varios sellos que guían al usuario a elegir la mejor elección para su escapada. Además, tienen un sinfín de propuestas en función del tipo de viaje.

La región está preparada para recibir al visitante, sin caminos trillados y al ofrecer una escapada eco única. Al final del viaje, proponen calcular y compensar las emisiones de dióxido de carbono que no se han podido evitar durante la estancia. Algunas ONG, como la Fundación GoodPlanet, facilitan este proceso haciéndolo accesible con solo unos pocos clics.