Rossy Martínez, especialista en Ginecología y Obstetricia: «Hay que cambiar la ropa interior una vez al año»

Todo el mundo tiene una prenda favorita. O de la suerte. Que por lo general tratas de salvaguardar del paso del tiempo reservándola para las grandes ocasiones. Lo que en el caso de la ropa interior, por favoritísima que sea, acaba resultando un error. Te contamos cada cuánto tiempo tienes que reemplazar tus prendas más íntimas.

Concretamente, explica la doctora Rossy Martínez, especialista en Ginecología y Obstetricia, «la recomendación es cambiar la ropa interior una vez al año con la finalidad de sacar de tu cajón esas prendas íntimas que ya cumplieron su vida media de uso».

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Ni para estar en casa ni para dormir

Lógicamente, hablamos de renovar la ropa interior, no de cambiarla. Y aquí los tiempos están incluso más claros: la muda debe realizarse a diario. Para con el paso de los meses ser obligatoriamente reemplazada. Además, una vez concluido su periplo, no vale aprovecharla para usarla en casa o ponérsela para dormir. Que por cierto, como indica la doctora Martínez, «se recomienda dormir sin ropa».

Pero habéis vivido tantos momentos felices juntos que te cuesta un mundo decirle adiós. Más aún cuando tienes la certeza de que aún os quedan muchas situaciones dichosas por compartir. Pero no hay que hacer un drama. Por íntima que sea vuestra relación, es sólo ropa. Así que abstente de ponértela y envíala directamente a su reciclaje.

La ropa interior antigua puede irritar tu piel

Nada dura para siempre. Menos aún la ropa interior. Cuya vida media depende, más que de la moda, del material empleado en su fabricación. Si es más o menos transpirable. También de lo ajustada que se vista. Pues cuanto más apretada, mayor será el roce con la piel y, por ende, su desgaste. Perderá elasticidad y puede causar irritación.

Sin embargo, el origen de esta irritación puede ser aún más grave. Puede estar causada por una infección fúngica o bacteriana. Por muy bueno que sea tu detergente, tus prendas íntimas acaban acumulando olor, bacterias y hongos que no pueden eliminarse en la lavadora. La Universidad de Arizona ha demostrado que lavar la ropa interior a máquina o a mano no acaba con la presencia de impurezas y patógenos. Entre otros, algunos que aun ya presentes en la zona genital provocan infecciones urinarias cuando crecen de forma descontrolada.

Como apunta la doctora Martínez, «está demostrado que aún con las mejores medidas de lavado, la ropa interior no queda 100% libre de bacterias, que al ser parte de la flora vaginal no deben fomentar infecciones. Lo que, por el contrario, no ocurre cuando se padecen infecciones vaginales de forma repetida».

Un apunte importante: renovar la ropa íntima cada 12 meses es una recomendación, no una regla matemática. No hay que descartar adelantar su reciclaje. Pues con su uso diario, refiere la experta, «la tela protectora que recubre la vulva puede cambiar de color por la acidez del flujo normal de la vagina, lo que nos está alertando de que ya es hora de cambiar esa prenda de vestir».

Qué ropa interior elegir

Así que ha llegado el momento de renovar tu ropa íntima. Sólo te queda cuál elegir. Y dado que está en contacto constante con la piel, lo mejor es decidirse por las telas cómodas y transpirables. Como ocurre con el clásico algodón, que al permitir la circulación del aire mantiene seca el área genital. O lo que es lo mismo, evita la acumulación de humedad en la que hongos y bacterias puedan crecer a sus anchas.

Aunque también hay otras telas que, como el cáñamo, absorben la humedad. Lo que no sucede con algunos materiales sintéticos como el nailon, el poliéster o la licra. No importa que faciliten que tu prenda quede más ajustada: no mantienen seca tu zona íntima y la ponen en riesgo de contraer una infección.