
El 60% de los jóvenes cambiaría sus hábitos de consumo por productos más sostenibles. FOTO: Pexels (Cottonbro Studio)
innovación consciente
El futuro sostenible se construye con lo que no se ve
La sostenibilidad no siempre se exhibe: a veces se esconde en los materiales que transforman el diseño, la moda o la automoción
16 DE OCTUBRE DE 2025 / 17:00
Cuando hablamos de sostenibilidad, de proteger el medio ambiente o de reducir la huella de carbono, no todo tiene que ser grandilocuente ni estrictamente visible. A veces, lo que hay detrás, lo que no se ve, puede aportar mucho más valor. Ya lo decía Saint-Exupéry y su más que recordada cita en El Principito: «Lo esencial es invisible a los ojos». Ese podría ser el lema de los que apuntan —y cada día son más— que el diseño y los materiales sostenibles son el verdadero camino hacia el cuidado del planeta.


El mundo no es una mina sin fin
Xu Gang, cofundador de Bentu Design, compañía dedicada a la investigación y creación de piezas de diseño sostenibles, explica que «la sociedad se enfrenta a la doble amenaza de la escasez de recursos y la degradación medioambiental. Utilizar materiales sostenibles es ahora una cuestión universal estrechamente ligada a la supervivencia y el desarrollo de la humanidad».
La clave está en integrar progreso y la conservación de materias primas escasas, el ahorro de energía o la reducción de emisiones de CO2.
Reciclar era solo el primer paso
Aunque nos ha costado, actualmente, reciclar forma parte de nuestras vidas. Según Ecoembes, cada español separa, anualmente, unos 30 kilos de envases plásticos, latas, briks, papel y cartón para hacer posible su reciclaje. En cuanto al tejido empresarial, no hay cifras tan alentadoras. Sólo el 6,9% de los 106.000 millones de toneladas de materiales utilizados anualmente por la economía mundial proceden de fuentes recicladas, de acuerdo con un informe de Deloitte para el Círculo de Economía.
Sin embargo, existe un gran camino por recorrer en este campo. El ejemplo del plástico o el aluminio reciclado es ilustrativo. Este último está considerado uno de los protagonistas para alcanzar la transición circular en nuestro país. Es más, puede reducir en un 46% las emisiones anuales en Europa. El caso del algodón también deja claro el potencial de este gesto que algunos consideran solo el primer paso hacia la sostenibilidad. Por dar solo un dato: un kilo de este material reciclado genera un ahorro de más de 2.200 litros de agua.
Perfumes a partir de la pulpa de los zumos envasados
Esta técnica, antes de tener un nombre tan sonoro, llenó terrazas de casas y restaurantes de palés reconvertidos en muebles de exterior. O botellas de vino y ginebra, transformados en improvisados jarrones o lámparas con gracia. «El upcycling permite aprovechar los restos de materias primas usadas en otros procesos de producción y darles un nuevo valor», define Julia A. Boras, fundadora y directora de I+D de Bloometic, consultoría científica especializada en cosmética.

De hecho, este sector es uno de los más punteros en este ámbito. Por ejemplo, la compañía suiza Givaudaun, especializada en desarrollo de ingredientes de perfumería, ha patentado varios acordes con esta filosofía. Como una nota de melocotón y otra de manzana extraídas de los residuos de la fruta que se emplea en la industria alimentaria para fabricar zumos. Incluso han llegado a extraer notas olfativas a partir de virutas de madera.
Materiales sostenibles, naturales y sorprendentes
No se puede entender el desarrollo de los materiales sostenibles sin la innovación. Por eso, a día de hoy, no todo es reutilizar o aprovechar, sino que hay un gran espacio para crear. Para ello, muchos diseñadores y expertos en materiales miran hacia la naturaleza. Así, el lino, cuyo cultivo no requiere apenas riego ni uso de químicos, captura 250.000 toneladas de CO2 en Europa, lo que supone un ahorro de emisiones equivalente a dar la vuelta al mundo en coche 62.000 veces, según World Linen.
Otro material de origen natural realmente sorprendente es el micelio. Procedente de los filamentos de cierto tipo de hongos (hifas), cuando se seca se puede utilizar como un material de construcción de bajo impacto ambiental que, además, es resistente al agua, al moho y al fuego. O el microsilk, una alternativa vegana a la seda, fabricada con azúcar y levaduras, que imita a las sedas de las telas de araña. De hecho, para su desarrollo se emplearon genes de este animal.
El futuro para muchas marcas…
Aunque suene a ciencia ficción y aún quede mucho por hacer, el uso de materiales sostenibles es una oportunidad para muchas marcas. No es de extrañar ya que, además de ser una obligación ética, representa un nicho de mercado. De acuerdo con un reciente informe de Ecoembes, el 60% de los españoles menores de 3o años cambiaría sus hábitos de consumo por productos más sostenibles.
De hecho, el Foro Económico Mundial asegura que si los países y empresas dan prioridad la naturaleza podrían generar más de 8.000 millones de euros en negocio anual y crear 395 millones de puestos de trabajo a finales de 2030.
…y el presente para otras
El segmento del lujo ha sido pionero en adoptar este tipo de soluciones. En su última colección, Stella McCartney contaba con el 98% de los materiales procedentes de fuentes éticas. Givenchy, con Sarah Burton como nueva directora creativa, ha celebrado la artesanía y el lujo silencioso con un desfile repleto de accesorios con materiales reciclados. El diseñador Phillip Lim ha ido un paso más allá creando un vestido de Alta Costura confeccionado a partir de algas secuestradoras de carbono. Hermès, Dior o Gucci son otras de sus grandes valedoras.

Pero no es algo exclusivo de la moda. En el mundo de la automoción, Volvo ocupa un lugar destacado en su compromiso con los materiales sostenibles. La marca sueca no incluirá cuero en sus coches eléctricos como parte de ese objetivo. Un paso importante dado que, según un estudio de McKinsey & Co, en 2030 al menos un tercio de las emisiones de carbono de los vehículos procederán de la producción de materiales. También ha sido pionero en implantar la trazabilidad del cobalto utilizado en sus baterías, asegurando la transparencia de la cadena de suministro de esta materias prima.
Coches que esconden un universo de sostenibilidad en su interior
Cabe pensar que lo único sostenible que puede tener un coche es su sistema de propulsión. Pero, como demuestra el caso de Volvo, hay muchos más gestos importantes, aunque menos visibles, que caminan hacia esa revolución de forma silenciosa. El EX30, además de ser 100% eléctrico, lo deja más que claro, ya que ha sido diseñado con un enfoque eco-consciente en cada pequeño detalle. Con especial atención a los materiales sostenibles.
En su tapicería, en lugar del tradicional cuero se ha empleado Nordico, fabricado a partir de botellas PET recicladas y residuos vegetales de bosques. La lana procede de una lana natural respetuosa y poliéster reciclado. Y los detalles del modelo con interiores en denim están rescatados de la parte no reciclable de los vaqueros.
También hay un esfuerzo en la parte más estructural. Por ejemplo, en su diseño, gracias a que se ha empleado un 17 % de plástico reciclado, un 30% de goma reciclada en los parachoques y un 25% de aluminio, también reciclado. Además, el EX30 ha sido diseñado de manera que pueda recuperarse en un 95% al final de su vida útil, reciclando los materiales y haciendo posible la valorización energética con aquellos elementos que no puedan aprovecharse. Todo con tal de que no acaben en vertederos. Porque la circularidad va de eso: de hacerlo bien hoy, aunque sea de forma discreta, con la vista puesta en mañana.
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