
El exceso de azúcar puede acelerar el envejecimiento. FOTO: Pexels.
CUERPO
El azúcar estropea la piel: la culpable de granos e imperfecciones se llama glicación
El problema del azúcar no son las calorías, sino su impacto en distintos sistemas del organismo. Su exceso aumenta la glicación, un proceso con consecuencias, también para la piel.
Por María Corisco
08 DE FEBRERO DE 2025 / 08:00
Durante décadas, el mayor mal que se atribuía al azúcar era su aporte calórico: todo lo que fuera dulce engordaba, y esa fue la principal razón de que se le empezara a mirar con ojos recelosos y a consumir con un cierto sentimiento de culpa. Solo las personas con diabetes sabían que los efectos nocivos del azúcar iban más allá y podía tener un impacto negativo sobre la salud. Con el paso del tiempo y el avance en las investigaciones acerca de la importancia de los niveles de glucosa -es decir, del azúcar en sangre-, se fue comprendiendo de qué manera el azúcar puede afectar al organismo en su conjunto y contribuir al deterioro de varias sistemas. Y la clave está en la glicación.
«La glicación es un proceso bioquímico en el que el azúcar se adhiere de forma no enzimática a proteínas, lípidos o ácidos nucleicos», explica el experto en longevidad Miguel Barrios. Dicho así, es difícil de entender, pero, explicado de manera muy sencilla, es como si el azúcar que tenemos en la sangre se pegara a las proteínas de tu cuerpo. «Imagina el azúcar como un caramelo que se derrite y se pega donde no debería, causando un desastre. De una manera similar, cuando se pega a las proteínas éstas empiezan a funcionar mal y, con el tiempo, esta acumulación de proteínas dañadas puede afectar a órganos y tejidos, contribuyendo al envejecimiento y enfermedades como la diabetes».


De alguna manera, la glicación es como el óxido dulce de tu cuerpo: cuanto más se acumule, más rápido envejecen tus células, tejidos y órganos porque con el exceso de azúcar se daña y desorganiza su estructura. Este daño se agrava con el tiempo y termina afectando a órganos clave como los vasos sanguíneos o el cerebro y, muy especialmente, la piel. «Durante el proceso de glicación, se producen unos compuestos, llamados productos finales de glicación avanzada (o AGEs por sus siglas en inglés) que, al acumularse, favorecen el envejecimiento y enfermedades crónicas», señala el especialista.
- Rigidez en los vasos sanguíneos: La glicación endurece las paredes de los vasos sanguíneos y disminuye su flexibilidad. Esto puede contribuir a problemas cardiovasculares, como la hipertensión y la arteriosclerosis, ya que los vasos endurecidos no se adaptan bien al flujo sanguíneo. Todo esto incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud relacionados con el envejecimiento.
- Deterioro de órganos y tejidos: Los riñones, el cerebro y otros órganos vitales también se ven perjudicados por la acumulación de AGEs, lo que puede dar lugar a enfermedades degenerativas como el Alzheimer y la insuficiencia renal.
- Inflamación crónica y estrés oxidativo: Los AGEs promueven la inflamación crónica, ya que activan receptores que desencadenan respuestas inflamatorias en el cuerpo. Esto incrementa el estrés oxidativo y el daño celular, acelerando el envejecimiento y aumentando el riesgo de enfermedades crónicas.
- Diabetes y complicaciones asociadas: En personas con diabetes, el nivel de glucosa en sangre suele estar elevado, lo que aumenta la formación de AGEs. Esto agrava las complicaciones asociadas a la diabetes, como problemas de visión, neuropatía, problemas renales y enfermedades cardiovasculares.

La glicación y tu piel
La glicación afecta al colágeno y la elastina, las proteínas responsables de la firmeza y elasticidad de la piel. Cuando se dañan por glicación, la piel se vuelve más rígida, lo que provoca arrugas, flacidez y pérdida de luminosidad.
- Pérdida de firmeza y elasticidad: El colágeno y la elastina, responsables de la elasticidad y resistencia de la piel, se vuelven rígidos y frágiles cuando se dañan por glicación. Esto hace que la piel pierda su capacidad de recuperarse, volviéndose más flácida.
- Aparición de arrugas: La rigidez de las fibras de colágeno y elastina causada por los AGEs contribuye a la formación de arrugas profundas y líneas finas. Las áreas de alta movilidad, como alrededor de los ojos y la boca, tienden a mostrar estos efectos con mayor rapidez.
- Pérdida de luminosidad y opacidad: También afecta la hidratación y la renovación celular, lo que hace que la piel se vuelva opaca y pierda su luminosidad natural. La acumulación de AGEs impide que la piel refleje la luz de forma uniforme, dándole un aspecto apagado y menos radiante.
- Mayor propensión a las manchas y pigmentación: La glicación puede afectar la actividad de los melanocitos, las células responsables de la pigmentación de la piel. Esto contribuye a la aparición de manchas de la edad o hiperpigmentación en las áreas expuestas al sol.
- Reducción de la capacidad de regeneración y cicatrización: Al afectar la estructura y la función del colágeno, la glicación también dificulta la capacidad de la piel para regenerarse y repararse. Esto hace que las heridas y las cicatrices tarden más en sanar y que la piel sea más susceptible a daños.
- Sensibilidad y tendencia a la inflamación: La glicación promueve la inflamación y el estrés oxidativo, haciendo que la piel sea más sensible y propensa a reacciones adversas. Esto puede agravar problemas como la rosácea o la dermatitis.
Cómo evitar la glicación
«Lo primero es entender que la glicación ocurre principalmente cuando hay un exceso de glucosa en el cuerpo, y aumenta cuando los niveles de azúcar en el cuerpo están constantemente elevados o cuando se adoptan ciertos hábitos poco saludables. Las dietas altas en azúcar, los carbohidratos refinados, los alimentos cocinados a altas temperaturas son sus grandes enemigos, así como el sedentarismo, el consumo de sustancias tóxicas o la deficiencia de antioxidantes», advierte Miguel Barrios. Por tanto, lo mejor que puedes hacer es:
- Llevar una dieta baja en azúcar y carbohidratos refinados: Esto ayuda a reducir los picos de glucosa en sangre, limitando la glicación.
- Optar por métodos de cocción suaves: Cocinar a altas temperaturas (como freír o asar) puede generar AGEs en los alimentos, que luego se acumulan en la piel. Cocer al vapor, hervir o usar el horno a bajas temperaturas es más recomendable.
- Usar productos tópicos con antioxidantes: Ingredientes como la vitamina C, la vitamina E y el ácido ferúlico ayudan a combatir el estrés oxidativo y a proteger la piel del daño por glicación.
- Protegerse del sol: Los rayos UV aumentan la producción de AGEs en la piel. El uso de protector solar ayuda a reducir la glicación inducida por la exposición solar.
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