Estos son los alimentos que tienes que comer para no hincharte en verano

Llegas de un día de playa. Has comido y cenado fuera, nadaste, tomaste el sol con protección y lo pasaste muy bien. Todo perfecto, pero tienes la tripa muy inflamada y tus piernas parece que van a estallar. ¿Qué está pasando? Lo cierto es que la alimentación tiene mucho que ver con la inflamación, así como también tus hábitos. Porque lo que no te afecta cuando las temperaturas son frescas, sí que puede hacerlo cuando el termómetro sube mucho. Por eso, en pleno verano, y con olas de calor que te impiden dormir encima, debes aprender a cuidarte de forma adecuada.

Nos sentimos más hinchados cuando hay altas temperaturas y nuestra percepción tiene mucho que ver con lo que ocurre en nuestro organismo. Lo primero que subraya Jennifer Verhelle, Brand Director de Cumlaude Lab, empresa especializada en bienestar femenino, es que “las temperaturas tan altas en verano provocan una dilatación a nivel de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar que la sangre fluya con más lentitud y suba la presión local. A nivel del sistema linfático, esto provoca que trabaje con mayor lentitud. Y que, como consecuencia, se acumule más líquido entre los tejidos”.

En verano, retenemos más líquidos

Tampoco es casualidad que cuando hace muy buen tiempo sintamos una mayor hinchazón. “Hay otros factores que pueden provocar un mayor exceso de líquidos y que esto se traduzca en hinchazón y retención en manos, tobillos, piernas… o en un aumento de peso”, explica Verhelle, “sin lugar a duda el calor y las altas temperaturas en verano influirán y provocarán que podamos retener más liquido en verano”. Pero no son los únicos motivos para la inflamación.

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Los principales razones por las que ocurre es que solemos hacer menos ejercicio cuando estamos de vacaciones. También relajamos el cuidado en nuestra dieta, con hábitos alimentarios menos saludables. Por ejemplo, esas comilonas o cenas hasta muy tarde con la que solemos agasajarnos. Además, destaca que hay otra razón de peso que puede aumentar la retención de líquidos, aunque en este caso no tiene que ver con el calor: “Los cambios hormonales en mujeres también la fomentan. Por ejemplo, dos semanas antes de la regla, el cuerpo tiende a hincharse y el descenso de estrógenos favorece la retención de líquidos”.

Por qué nos hinchamos

Además de la retención de líquidos, en verano también solemos quejarnos de sentir la tripa hinchada. Esto tiene mucho que ver con lo que comemos. Una mala alimentación puede dañar a nuestra microbiota y producirnos incómodas flatulencias. “Si de lo que sufrimos es más de hinchazón abdominal o gases, eso podría deberse a un incorrecto tránsito intestinal que curse con estreñimiento, a intolerancias o problemas de malabsorción, malas digestiones, que por algún motivo no se están realizando de manera correcta…”, enumera la experta.

Verhelle reconoce que “en principio, esa hinchazón no debería causar daños o problemas, si es una sintomatología puntual y la persona se encuentra en condiciones de salud plenas”. Sin embargo, advierte: “Si estos síntomas persisten en el tiempo y causan dolor y molestias, sería recomendable visitar a un profesional de la salud especializado”.

Qué comer para evitar la hinchazón

Tanto para evitar la hinchazón como la retención de líquidos en época estival, Jennifer Verhelle, de Cumlaude Lab, comparte una serie de recomendaciones, tanto para la dieta como para tus hábitos. Con ellas, el verano será una época mucho más ligera.

400 gramos diarios de frutas y verduras. Como mínimo, convendría tomar al menos 400 gr de estas frutas (sandía, el melón, la pera, las uvas, el níspero, la manzana y el melocotón) y estas verduras al día (apio, alcachofa, espárrago, pepino, calabacín, puerro y cebolla). Y procura que tu dieta sea equilibrada y variada, así también cuidas de la microbiota.

Apuesta por el potasio. Una de las razones principales que hacen que el cuerpo retenga líquidos es que has tomado demasiado sodio. Algo que los alimentos ricos en potasio ayudan a contrarrestar. Por eso, Verhelle anima a “consumir alimentos ricos en potasio como champiñones, aguacate, fresas, coles de bruselas, zanahoria, berros, acelgas o nueces”.

Menos sal, más magnesio. “El consumo de alimentos ricos en magnesio también ayudará a contrarrestar el exceso de sodio: almendras crudas, lentejas, judías blancas, acelgas, espinacas…”, sugiere la experta, que recomienda “consumir menos de 5 gramos diarios de sal”.

Evita los procesados. También por ser una alta fuente de sodio, recomienda moderar los alimentos envasados o procesados que contengan más de un 1,2% de sodio. También todos aquellos alimentos que de forma natural ya contengan sal. Por ejemplo, fiambres, embutidos o charcutería, alimentos ahumados, caldos y sopas concentradas, aceitunas y encurtidos, bollería, quesos, snack tipo patatas, frutos secos fritos, salsas procesadas…

Hidrátate sin alcohol ni azúcar. La experta aconseja mantener una hidratación correcta y dar preferencia al consumo de agua frente a otras bebidas alcoholizadas o azucaradas. “Las infusiones de cola de caballo, diente de león o té verde son buenas opciones también y se pueden tomar fresquitas”, anima.

Además, nos pueden ayudar las Drenaqua Cápsulas, de Cumlaude Lab, especialmente diseñadas contra la retención de líquidos y para favorecer la salud intestinal gracias a sus compuestos, como té verde, prebióticos alfa-glucooligosacáridos, Vitamina B6 y magnesio. Todo para combatir la temida inflamación.