La bollería es uno de los alimentos que ralentiza el metabolismo./ Foto: Pexels.
Alimentación
Ocho alimentos que ralentizan el metabolismo: de los cereales a la carne roja, por qué no debes abusar de ellos
Los alimentos ricos en grasas saturadas, sal y azúcares añadidos frenan tu capacidad de quemar calorías. Te contamos cuáles debes evitar en tu menú para que esto no suceda.
Por Marcos López
04 DE DICIEMBRE DE 2023 / 12:27
Comer en exceso puede tener consecuencias muy graves. Así que, además de ir al gimnasio o de salir a caminar o a correr, decides reducir la cantidad de los alimentos (y las bebidas) que incluyes en tu menú. El objetivo es evitar esos kilos de más que, más allá de afectar al físico, ponen en riesgo la salud: el sobrepeso y la obesidad son responsables cada año de la muerte de cuatro millones de personas en todo el mundo. Pero el veredicto de la báscula es invariable. Es posible que lo que comes ralentice tu metabolismo.
El metabolismo es el conjunto de procesos físicos y químicos del organismo que convierten o emplean energía. Es el caso de la digestión de alimentos y nutrientes, a partir de los cuales se obtiene la energía, medida en calorías, que consumen las células para realizar todos estos procesos.
El problema llega cuando se ingiere una cantidad de alimentos que sobrepasa las necesidades energéticas del cuerpo. Demasiadas calorías que acabarán transformadas en grasas, que podrán utilizarse para generar energía en un futuro. Pero también influye la velocidad del propio metabolismo: si es rápido, mayor será la capacidad de quemar calorías. Pero si es lento, esta incineración será mucho menor y se empezarán a acumular las grasas. Y hay una serie de alimentos y bebidas que impiden que el metabolismo funcione tan rápido como debería.
Cereales refinados
Los cereales integrales constan de tres partes: salvado y germen, ricos en nutrientes; y endospermo. Rocío del Pozo, dietista-nutricionista en el Consultorio Médico Los Ángeles de Madrid, explica que “en los cereales refinados se ha eliminado el germen y el salvado y se ha dejado solo el endospermo almidonado, sabroso pero menos nutritivo”. Y eliminados los beneficiosos germen y salvado, estos cereales refinados, como la harina blanca, arroz blanco y pan blanco, pueden provocar inflamación, lo que afecta negativamente a las hormonas metabólicas necesarias para procesar la energía de manera eficiente.
Refrescos
Son, básicamente, azúcar líquido, por lo que tienen un efecto perjudicial para el organismo. Pueden provocar unos mayores niveles de azúcar en sangre –lo que conlleva al desarrollo de la diabetes y de otras enfermedades metabólicas– y una mayor acumulación de grasas.
Zumos de frutas
Tal y como ocurre con las frutas antes de someterse al exprimidor, los zumos naturales, los que preparas en tu cocina, son más que bienvenidos. No así los artificiales o embotellados, caracterizados por una generosa cantidad de azúcares añadidos, que disparan la inflamación y frenan tu metabolismo.
Alcohol
Rocío López recuerda que “en la mayoría de las bebidas alcohólicas no hay ninguno de los micronutrientes que el organismo necesita para funcionar”. Además, es tóxico para el cerebro, hígado y microbiota intestinal, esta última implicada directamente en el metabolismo. Su consumo en exceso causa inflamación.
Carnes rojas
Son ricas en grasas saturadas y hierro hemínico, directamente asociados con la inflamación. Trata de limitar su consumo –tres veces a la semana como máximo– y, cuando te veas capaz, sustitúyela por carnes blancas o pescado.
Carnes procesadas
A las grasas saturadas y hierro hemínico se suman cantidades ingentes de azúcar y sodio, así como aditivos que dañan la microbiota intestinal. Todo ello, sin olvidar otras sustancias y compuestos químicos que disparan la inflamación.
Dulces
Se contradice el famoso proverbio, pero pueden llegar a amargarte la existencia. Una vez más, el objetivo es evitar los alimentos con azúcares añadidos, y aquí los dulces se llevan la palma. Es cierto que en ocasiones necesitas endulzar tu vida, pero hay una forma muy fácil de evitar que empieces a salivar cuando pasas por delante de una pastelería: optar por los alimentos ricos en nutrientes, que harán que te sientas saciado y no necesites recurrir a las bombas de azúcar.
Aperitivos
“El problema aquí no es el azúcar –apunta la experta en Nutrición y Dietética–, sino la sal”, de la que los aperitivos no andan precisamente escasos. En consecuencia, su consumo abusivo provoca un aumento de la presión sanguínea. O lo que es lo mismo, el desarrollo de hipertensión arterial, enfermedad que provoca cada año que cerca de 7,5 millones de personas pierdan la vida. Pero tal y como ocurre con el azúcar, también se pueden tener antojos de sal, lo que podría ser una señal de estrés, deshidratación o, incluso, de padecer un trastorno de sueño. Así que antes de lanzarte a por la bolsa de patatas fritas, trata de ponerle remedio. Tu cuerpo te lo agradecerá. Por partida doble.
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